Meditaciones 9 de abril
▒░
9 de abril, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
La recuperación de una relación adictiva requiere un esfuerzo tan riguroso - y aun así cuesta mensurarlo -, que es más que habitual escuchar a las adictas a relaciones afectivas afirmando que ya están totalmente recuperadas, antes que verlas llevando efectivamente a cabo la tarea. Es muy tentador considerarnos totalmente recuperadas cuando, en realidad, apenas hemos comenzado lo que será un proceso de cambio y crecimiento, de lucha y autoconocimiento, que durará toda la vida. Una de las claves para la recuperación consiste en asumir que la recuperación (y nosotras mismas) siempre será un proceso, jamás un producto terminado.
Valor
La serenidad
de aceptar las cosas que no podemos cambiar suele llegar después de haber
tenido el valor de cambiar las que podemos. Hace falta valor y humildad para
abrir nuevas puertas y cerrar las viejas. No muchos llegamos a las reuniones
precisamente llenos de valor, sino que lo descubrimos en ellas. A lo mejor
seguimos teniendo miedo, pero eso ya no nos impide encarar los desafíos de
frente. Cuando atravesamos el miedo, este se convierte en fe.
Vivir limpio
9 de abril
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado,
Anne Wilson Schaef
Fe/Poder Superior
La plegaria que reforma al pecador y cura al
enfermo es una fe absoluta de que todas las cosas son posibles para Dios.
Mary Baker Eddy
El Paso Dos del Programa de los Doce Pasos
afirma que «hemos llegado a creer que un poder mayor que nosotras puede
hacernos recobrar la cordura. Esa es una creencia tenaz. Cuando hemos subido
por la escala del éxito, hemos descubierto que una de sus exigencias sutiles
era desarrollar un cierto cinismo científico y sofisticado. Ya no queremos ser
o aparecer como inocentes, y creemos que la única opción posible es volvemos cínicas
y «científicas». Gracias a Dios, tenemos la posibilidad de dejar de lado tanto
nuestra credulidad inocente como nuestro cinismo científico. Podemos
permitirnos creer que todo es posible... no controlable, sino posible.
Parte de mi «demencia» es no ver que mi vida se
ha vuelto enfermiza y no creer que puedo volver a la cordura.
9 de abril, Meditación Diaria para Mujeres,
libro: Cada día un nuevo comienzo:
Pues
¿acaso no es cierto que el progreso humano no es sino un patrón poderoso y
creciente, tejido por tenues hilos unidos en un esfuerzo común?
Soong
Mei ling (Madame Chiang Kai Shck)
Cada una de nosotras hila sus propias fibras
dando textura, color y diseño al gran tejido que nos sirve a todas. Nuestras
acciones, nuestros pensamientos y nuestros valores complementan a los de
nuestras hermanas y a los de toda la humanidad.
Todas nos dirigimos hacia el mismo destino y nuestros senderos en
ocasiones corren paralelos, en otras se cruzan e incluso llegan a girar
decididamente cuando la inspiración nos llama. Es consolador recordar que
nuestras vidas tienen un propósito. Lo que hacemos actualmente, nuestras
relaciones con los demás, incluso nuestras metas, tienen un impacto que afecta
a muchas otras personas. Somos interdependientes. Nuestra conducta provoca en
otras personas pensamientos y conductas importantes. Todas tenemos una
aportación que hacer. Cada una da lo que está llamada a dar cuando se halla en
buena relación con Dios, que es el artista maestro de este diseño que estamos
creando.
La oración y la meditación dirigirán mis
esfuerzos el día de hoy. Mi propósito se cumplirá
9 de abril, El lenguaje del adiós de Melody
Beattie
Dar
Aprender a dar sanamente puede ser un reto.
Muchos de nosotros nos embarcamos en dar de forma compulsiva, actos caritativos
motivados por sentimientos no caritativos de culpa, vergüenza, obligación,
lastima y superioridad moral. Ahora entendemos que ser nanas de los demás y dar
en forma compulsiva no funciona. Nos sale el tiro por la culata. Cuidar
desmedidamente a los demás hace que nos sigamos sintiendo víctimas. Muchos de
nosotros dimos demasiado, pensando que estábamos haciendo bien las cosas; y
luego nos confundimos porque nuestra vida y nuestras relaciones no estaban
funcionando. Muchos de nosotros dimos tanto y durante tanto tiempo, pensando
que estábamos haciendo la voluntad de Dios, que luego en la recuperación nos
negamos a dar, a querer o a amar durante un tiempo. Eso está bien. Tal vez
necesitábamos un descanso. Pero dar sanamente es parte de vivir sanamente. La
meta en la recuperación es el equilibrio, una actitud subyacente de respeto
hacia nosotros mismos y hacia los demás. La meta en la recuperación es elegir
lo que queremos dar, a quién, cuándo y cuánto. La meta en la recuperación es
dar y no sentirnos victimados porque damos. ¿Estamos dando porque queremos
hacerlo o porque es nuestra responsabilidad? ¿O estamos dando porque nos
sentimos obligados, culpables, avergonzados o superiores? ¿Estamos dando porque
nos da miedo decir no? ¿Resultan útiles las maneras como tratamos de ayudar a
la gente, o le impiden a los demás afrontar sus verdaderas responsabilidades? ¿Estamos
dando para caerle bien a la gente o para que se sienta obligada hacia nosotros?
¿Estamos dando para probar que somos valiosos? ¿O estamos dando porque queremos
dar y porque nos sentimos bien al hacerlo? La recuperación incluye un ciclo de
dar y recibir. Mantiene una sana energía fluyendo entre nosotros, nuestro Poder
Superior y los demás.
Aprender a dar de manera sana lleva su tiempo.
Lleva su tiempo aprender a recibir. Sé paciente. El equilibrio vendrá. Dios
mío, por favor guía hoy mismo mis motivos para dar.
Comentarios
Publicar un comentario