Meditaciones 27 de abril

◘•◘•◘•◘

 

27 de abril, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Tras toda una vida de relaciones enfermizas, la mujer que ama demasiado con frecuencia se sentirá peor en las primeras etapas de su recuperación, aunque vaya haciéndolo cada vez mejor. Esto se debe a que está liberándose de sus viejos esquemas de conducta y de pensamiento, todos los cuales deben ser modificados si desea mejorar


Analiza lo que ha sucedido. Si se trata de un incidente menor, serás capaz de sobreponerte tú solo. Si el problema es serio, o si te perturba seriamente, tal vez quieras discutirlo con un buen amigo que te ayude a aclarar tus pensamientos y emociones. Las dificultades y los sentimientos crecen cuando tratamos de apresarlos en nuestro interior. Habla acerca de tus sentimientos. Asume la responsabilidad de ellos. Siente verdaderamente lo que estés sintiendo. Nadie te hizo sentir así. Alguien pudo haberte ayudado a que te sintieras de determinada manera, pero el sentimiento lo sentiste tú. Manéjalo. Luego, esclarece tú mismo la verdad sobre lo que sucedió.! ¿Estabas alguien tratando de molestarte? (Si hay duda al interpretar algo como un insulto o rechazo, prefiero creer que eso no tuvo nada que ver conmigo. Me ahorra tiempo y me ayuda a sentirme bien conmigo misma.) ¿Estabas tratando de controlar a alguien o algún evento? ¿Qué tan serio es el problema o el asunto? ¿Estás tomando la responsabilidad de otro? ¿Estás enojado porque alguien no adivinó lo que en realidad querías o lo que en verdad querías decir? ¿Estás tomando la conducta de otro de un modo demasiado personal? ¿Alguien oprimió tus botones de culpa o de inseguridad? ¿Es en verdad el fin del mundo, o es meramente algo triste y decepcionante?

Ya no seas codependiente

Melody Beattie

 

27 de abril

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Shaef

Opciones /Sentirse atrapada

He descubierto que siempre tengo opciones y que, en ocasiones, se trata simplemente de optar por un cambio de actitud.

Judith M. Knowlton

Una de las características más devastadoras del proceso de adicción es que nuestras percepciones, nuestro discernimiento y nuestro pensamiento se vuelven tan distorsionados que no tenemos más opciones y nos quedamos totalmente atrapadas. Tenemos la ilusión de que sólo existen dos opciones (normalmente continuar en lo que estamos o dejarlo) y ninguna de las dos nos atrae. Pero tenemos opciones. Tenemos opciones incluso si la única posible por el momento es la de ver que estamos estancadas y aceptar ese «estancamiento». Sorprendentemente, cuando aceptamos de verdad nuestro estancamiento, nuestra situación comienza a cambiar. Con frecuencia no es la situación la que nos mantiene estancada, sino nuestra actitud en relación con una situación concreta.

Las opciones son parte del ser humano. Cuando siento que no tengo elección, probablemente estoy actuando impulsada por mi enfermedad.

 

 

27 de abril, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

¡Hay tanto que decir! ¡Y tanto que callar! Es mejor que algunas cosas permanezcan ocultas, pero si son demasiados pueden convertirse en una pesada carga.

Virginia Mae Axline

 En muchas ocasiones nos gustaría compartir un sentimiento, una observación, o quizás hasta una crítica con otra persona. Sin embargo, el riesgo es grande. La otra persona puede sentirse lastimada o alejarse, dejándonos solas. Muchas veces no necesitamos compartir directamente nuestras palabras. Sopesando y evaluando el posible resultado y pidiendo orientación interna, podremos decidir cuándo hablar y cuándo no hacerlo. Pero si nuestros pensamientos interfieren en nuestras relaciones, no podemos ignorarlos durante mucho tiempo. En ocasiones es necesario purificar el ambiente y ello refresca todas las relaciones. El momento indicado para hacerlo es difícil decidir, pero en la quietud de nuestro interior nos será posible saber cuándo ha llegado el momento de hablar. El momento adecuado llega solo, y las palabras adecuadas también las hallamos en la paz de nuestro interior.

 Si me siento incómoda con ciertas personas y esa sensación no desaparece, consideraré lo que puede ser necesario decir, Me abriré a misma y pediré que se me muestre los pasos que debo dar. Luego seré paciente.

 

27 de abril, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Deja ir la necesidad de controlar

Las recompensas del desapego son grandes: serenidad, una profunda sensación de paz interior, la capacidad de dar y recibir amor de una manera que nos enaltece y nos llena de energía, y la libertad para encontrar soluciones reales a nuestros problemas. Ya no seas codependiente. Dejar ir nuestra necesidad de controlar puede liberarnos a nosotros y a los demás. Puede liberar a nuestro Poder Superior para que nos envíe lo que es mejor para nosotros. Si no estuviéramos tratando de controlar algo o a alguien, ¿Qué estaríamos haciendo de otra forma? ¿Qué estaríamos haciendo que no nos estamos dejando hacer ahora? ¿Adónde iríamos? ¿Qué diríamos? ¿Qué decisiones tomaríamos? ¿Qué pediríamos? ¿Cuáles límites fijaríamos? ¿Cuándo diríamos sí o no? Si no estuviéramos tratando de controlar si le caemos bien o no a otra persona y su reacción hacia nosotros, ¿Qué haríamos de manera diferente? Si no estuviéramos tratando de controlar el curso de una relación, ¿Qué haríamos de otra manera? Si no estuviéramos tratando de controlar la conducta de otra persona, ¿Cómo pensaríamos, sentiríamos, hablaríamos y nos comportaríamos de manera diferente a como lo hacemos ahora? ¿Qué es lo que no nos hemos estado dejando hacer mientras albergábamos la esperanza de que nuestra abnegación influyera sobre una situación o persona en particular? ¿Hay algunas cosas que hemos estado haciendo y que dejaríamos de hacer? ¿Cómo nos trataríamos a nosotros mismos de otra manera? ¿Nos permitiríamos disfrutar más de la vida y sentirnos mejor ahora mismo? ¿Dejaríamos de sentirnos tan mal? ¿Nos trataríamos mejor a nosotros mismos? Si no estuviéramos tratando de controlar, ¿Qué haríamos en forma diferente? Haz una lista y luego síguela.

Hoy me preguntaré a mí mismo qué estaría haciendo de otra manera si no estuviera tratando de controlar. Cuando escuche la respuesta, lo haré. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de controlar. Ayúdame a liberarme y a liberar a los demás.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre