Meditaciones 29 de abril
✌✌✌
29 de abril, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Para curarnos es preciso que nos enfrentemos, no sólo a los recuerdos soterrados de nuestra infancia, sino también a la totalidad de nuestras conductas y decisiones desacertadas como adultas.
Buena voluntad
Hemos preparado el camino hacia la
recuperación con nuestra buena voluntad, y al vivir según estos principios,
encontramos el valor necesario para hacer el Cuarto Paso.
Funciona como y por que
29 de abril
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne
Wilson Schaef
Miedo/manipulación
Todas las mujeres nos damos prisa. Las mujeres
observamos las caras, las voces, los gestos, los cambios de humor. Somos
personas que tenemos que sobrevivir a través de la astucia.
Marge Piercy
La mayoría de las mujeres somos investigadoras
consumadas. Hemos desarrollado capacidades para reunir datos que pondrían en
evidencia a la mayoría de los investigadores. Estamos continuamente
escudriñando rostros, cuerpos y situaciones para obtener claves sobre lo que es
aceptable y sobre aquello de lo que tenemos que apartarnos. Desgraciadamente,
nos hemos convertido en muchas ocasiones en personas que tienen que «sobrevivir
a través de la astucia». Nuestro estado de alerta permanente proviene de
nuestro miedo a que hagamos lo que hagamos nunca es suficiente —nuestro miedo
de que nosotras no somos suficientes por mucho que hagamos—. Tenemos que ser
astutas para sobrevivir, o eso es lo que hemos llegado a creer. Algunas
personas han dicho que esta revolución de las mujeres es la única revolución en
la que la vanguardia del enemigo está en nuestras propias cabezas.
Soy suficiente. Sólo aceptaré lo que tengo para
dar.
29 de abril, Meditación Diaria para Mujeres,
libro: Cada día un nuevo comienzo:
El amor entre dos personas es algo precioso. No
es un acto de posesión. Ya no tengo que poseer para completarme a mí misma. El
amor verdadero es una fuente de libertad.
Angela L. Wozniak
La
actitud posesiva es generada por una desconfianza en nosotras mismas. Cuando
desconfiamos de nuestras propias capacidades, cuando tememos no dar suficiente
como mujeres, madres, amantes o empleadas, nos apegamos a una vieja conducta, a
ciertos hábitos nocivos o a otra persona. Pero en esa persona jamás podemos
encontrar lo que nos falta, pues ella cambia e intermitentemente se aleja de
nuestro lado. Entonces, una vez más nos sentimos perdidas. La integridad del
ser es un producto del desarrollo espiritual. Cuanto más conscientes somos de
que nuestro Poder Superior se ocupa de nosotras, más paz encontraremos. Estemos
seguras de que vamos convirtiéndonos en las personas que debemos ser. Todo lo que
necesitamos es tener fe en nuestra unión con ese poder superior. Si permitimos
que esa fe se apodere de nosotros, nunca necesitaremos apoderarnos de ninguna
otra persona. El amor de Dios nos pertenece en todo momento. Todo lo que
debemos hacer es reconocerlo. Al aceptar ese amor omnipresente nos sentiremos
más plenas y la desconfianza en nosotras mismas disminuirá. El hecho de
apegarnos a otra persona nos ata a nosotras tanto como a ella, y su crecimiento
y el nuestro se ven obstaculizados.
Mi libertad de vivir, de crecer y de
experimentar todas mis capacidades está tan cerca como mi fe. Me aferraré sólo
a eso y descubriré el amor que se encuentra en mi corazón y en el de mis seres
queridos.
29 de abril, El lenguaje del adiós de Melody
Beattie
Inicia relaciones
Frecuentemente podemos aprender mucho acerca de
nosotros mismos de la gente a quien atraemos. A medida que progresamos en la
recuperación, aprendemos que ya no podemos seguir estableciendo relaciones
únicamente sobre la base de atracción. Aprendemos a ser pacientes, a
permitirnos tomar en cuenta hechos importantes y a procesar información acerca de
esa nueva persona. Por lo que estamos esforzándonos en la recuperación es por
tener una atracción sana con la gente. Nos permitimos ser atraídos por gente
que ya es, no por su potencial o por lo que tenemos la esperanza de que sea. Cuanto
más trabajemos los asuntos relacionados con nuestra familia de origen,
descubriremos que vamos necesitando trabajar menos esas mismas cuestiones con
la gente que nos atrae. Resolver nuestros asuntos del pasado nos ayuda a formar
nuevas y más sanas relaciones. Entre más superamos nuestra necesidad de cuidar
en exceso a los demás, descubriremos que nos atrae menos la gente que necesita
que la estén cuidando constantemente. Entre más aprendemos a amarnos y a
respetarnos, más nos veremos atraídos por gente que nos amará y respetará y a
quien podremos amar y respetar, sin peligro. Este es un proceso lento.
Necesitamos ser pacientes con nosotros mismos. El tipo de personas que
descubrimos que nos atrae no cambia de la noche a la mañana. Ser atraídos por
gente disfuncional es algo que sigue sucediendo ya bien adentrados en la recuperación.
Eso no significa que debamos permitirnos que eso nos controle. El hecho es que
iniciaremos y mantendremos relaciones con la gente con la que necesitamos estar
hasta que aprendamos lo que necesitamos aprender, no importa cuánto tiempo
hayamos estado en recuperación. No importa con quien nos estemos relacionando y
qué descubramos que está ocurriendo en la relación, el asunto sigue siendo
nuestro, y no de la otra persona. Esa es la médula, la esperanza y el poder de
la recuperación. Podemos aprender a cuidar de nosotros mismos durante el
proceso de iniciar y establecer relaciones. Podemos aprender a ir despacio. Podemos
aprender a poner atención. Podemos permitirnos cometer errores, aunque ahora ya
sepamos mejor cómo comportarnos. Podemos dejar de echarle la culpa de nuestras
relaciones a Dios y empezar a asumir la responsabilidad de ellas. Podemos
aprender a disfrutar de las relaciones sanas y apartarnos más rápido de las que
son disfuncionales. Podemos aprender a ver lo que nos conviene, en vez de lo
que le conviene a la otra persona.
Dios mío, ayúdame a prestar atención a mis
conductas durante el proceso de iniciar relaciones. Ayúdame a asumir la
responsabilidad que tengo para conmigo mismo y para aprender lo que necesito
aprender. Confío en que la gente que quiero y necesito vendrá a mi vida.
Entiendo que, si una relación no me conviene, tengo el derecho y la capacidad
para rehusarme a establecerla, aunque la otra persona piense que a ella si le
convendría. Estaré abierto a las lecciones que necesito aprender acerca de mí
en mis relaciones, para estar preparado para establecer las mejores relaciones
posibles con la gente.
Comentarios
Publicar un comentario