Meditaciones 14 de enero

 


 

14 de enero

 La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Nada puede evitar que realicemos la tarea que nuestra alma nos impone. Los problemas comienzan cuando tratamos de eludir o postergar esa tarea.

 


Aceptación

La aceptación de nuestra adicción va más allá de nuestra admisión consciente. Cuando la aceptamos, tenemos esperanzas de recuperación. Comenzamos a creer en un nivel profundo que nosotros también podemos recuperarnos. Empezamos a desprendernos de nuestras dudas y nos adaptamos verdaderamente a nuestra enfermedad. Nos abrimos al cambio. Nos rendimos.

Funciona como y porque (Primer Paso)

 

14 de enero

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Creencia

¿Por qué tiene que ser “Dios” una monja? ¿Por qué no una palabra... la más activa y dinámica de todas?

Mary Daly

Algunas de nosotras tienen dificultad con el concepto de Dios porque hemos visto a Dios evolucionar como alguien o algo estático, un mega-controlador, y francamente como a alguien nada agradable de tener cerca.

Tradicionalmente hemos intentado hacer que Dios sea estático para sentirnos seguras. Pero éste es nuestro problema, no el suyo.

¿Qué tal si consideramos a Dios como un proceso, como el proceso del universo? ¿Qué tal si empezamos a entender que formamos parte del proceso del universo? ¿Qué pasaría si nos damos cuenta de que sólo cuando vivimos lo que realmente somos es cuando tenemos la opción de ser uno con este proceso? Intentar ser cualquier otra persona, quienes pensamos que deberíamos ser, o quienes los demás piensan que deberíamos ser rompe nuestra unidad con ese proceso.

Si Dios es un proceso y yo soy un proceso, tenemos algo en común para empezar.

14 de enero, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

En una cultura en la que la aprobación y la desaprobación se han convertido en los reguladores predominantes del esfuerzo y, con frecuencia, en sustitutos del amor, nuestras libertades personales se disipan.

Viola Spolin

 Desear que los demás aprueben nuestros esfuerzos, nuestra apariencia, nuestras aspiraciones y nuestra conducta es algo perfectamente normal y, ciertamente, nos es enfermizo. Sin embargo, necesitar esa aprobación para proseguir con nuestra vida sí lo es.

En nuestra infancia se nos enseñó a obedecer y complacer a los demás. Confundimos el amor con la aprobación y comenzamos a marchar al ritmo de otra persona. Entonces obtuvimos aún más aprobación. Pero pronto dejamos de llevar el paso con nosotras mismas; descuidamos nuestras necesidades personales y nos convertimos en marionetas.

Entregar nuestro poder al capricho de los demás debilita nuestro Espíritu. La libertad personal significa elegir nuestra propia conducta, actuar en lugar de reaccionar. También significa permitirnos toda la aventura de vivir, de encarar plenamente cada momento, de responder de una forma pura, espontánea y personalmente honesta. Sólo entonces podremos dar a la vida lo que nos corresponde.

Cada una de nosotras desempeña un papel único en el drama de la vida. Tenemos que depender de nuestro poder superior, no de aquellos cuya aprobación creemos necesitar. Cuando buscamos orientación en nuestro interior, obtenemos toda la aprobación que podamos desear.

Hoy seré libre. No dejaré que nadie controle mis actos. Permitiré que la aprobación de Dios sea la única importante. Mi voluntad se cumplirá si la hago coincidir con la voluntad divina.

14 de enero

El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Acepta la ira.

La ira es uno de los efectos más profundos que tiene la vida sobre nosotros. Es una de nuestras emociones. Cuando se cruce en nuestro camino, vamos a sentirla, a menos que la reprimamos.

Ya no seas codependiente.

Si estuviera llevando bien el programa, no me enojaría.... si fuera un buen cristiano, no sentiría ira... si realmente estuviera usando mis afirmaciones acerca de lo feliz que soy, no sentiría enojo....

Estos son viejos mensajes que nos seducen para, otra vez, no sentir.

La ira es parte de la vida. No necesitamos permanecer en ella o desterrarla, pero no nos podemos dar el lujo de ignorarla.

En la recuperación aprendemos que podemos sentir sin vergüenza todos nuestros sentimientos, incluyendo la ira y, aun así, asumir la responsabilidad de lo que hacemos cuando nos sentimos enojados. No tenemos que permitir que la ira nos controle, pero seguramente lo hará si nos negamos a sentirla.

Ser agradecidos, positivos, sanos, no significa que nunca sintamos ira. Ser agradecidos, positivos y sanos significa que sentimos la ira cuando tenemos necesidad de hacerlo.

Hoy me permitiré sentir ira, si necesito hacerlo. Puedo sentir mis emociones y liberarlas constructivamente, incluyendo la ira. Sentiré gratitud por la ira que sienta y por las cosas que ésta está tratando de mostrarme. Puedo sentir y aceptar todas mis emociones sin vergüenza y asumir la responsabilidad de mis actos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre