Meditaciones 31 de enero
▀▄▀
31 de enero, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Aprende a vivir sin tener tu atención centrada en un hombre, considerándolo como tu problema, o más bien como la solución a tu problema.
Servicio desinteresado
Es
una gran paradoja el hecho de que el servicio desinteresado se convierta en una
expresión de nuestro ser más profundo. Gracias al trabajo de los pasos
anteriores hemos descubierto nuestro propio ser un ser que se preocupa más por
dejar que el Poder Superior obre a través de él que por el reconocimiento y la
gloria. Hemos descubierto un ser que se preocupa más por los principios que por
ejercer la propia personalidad. Así como nuestra enfermedad suele manifestarse
por medio del egocentrismo, nuestra recuperación se expresa con toda su belleza
en el servicio desinteresado.
Guía
para trabajar Los Pasos de NA (Duodécimo Paso)
31 de enero
Meditaciones para mujeres que hacen
demasiado, Anne Wilson Schaef
Darnos a nosotras mismas
Alguien casi se marchó con todo lo que tenía.
Ntozake Shange
En tanto que mujeres, solemos ser tan
generosas, especialmente con nosotras mismas, que vamos dando pequeños pedazos
de nosotras, casi a cualquiera que lo pide. Con el tiempo, apenas lo notamos. A
veces, los pedazos que damos son tan minúsculos que parecen realmente sin
importancia... un favor por aquí... algo que sabemos que no es correcto y
dejamos pasar, por allá... tragarnos la rabia de una injusticia que se nos
hace, por otro lado... No podemos solucionarlo individualmente, y no somos
conscientes del efecto acumulativo de años de desprendernos de pequeños pedazos
de nosotras mismas.
Nos sentamos y gritamos: ¡¡¡Alguien casi se
marchó con todo lo que yo tenía!!! Nos hemos dejado casi devorar por los que
nos rodean.
Darme a mí misma o ser tacaña no son mis
dos únicas opciones. Puedo compartirme a mí misma. Pero para compartirme a mí
misma tengo que tener algo que poder compartir.
31 de enero, Meditación Diaria para
Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
La mujer no debe aceptar, sino poder en
duda. No debe temer lo que se ha acumulado a su alrededor, sino que debe
venerar a la mujer que lleva dentro de sí y que lucha por expresarse.
Margaret Sanger
Nuestro deseo de crecer, de obtener un
lugar en el mundo de nuestros amigos, de saber que hemos sido importantes en
las vidas de otros, es saludable y necesario para nuestra existencia como
mujeres plenas. La necesidad interna de avanzar, de ensayar un nuevo enfoque
para un problema viejo, de buscar un nuevo trabajo, de aprender una nueva
habilidad, es una prueba de que el Espíritu Eterno de Dios está en nuestro
interior.
Cuando seguimos la orientación que nos
lleva hacia esos nuevos horizontes, quizás hacia nuevas amistades e incluso
hacia una nueva ubicación, descubrimos cuál es nuestra importancia en esta
vida. Podemos confiar en esa necesidad y venerarla. No nos llevará por mal
camino, a menos que intentemos dirigirla. Cada una de nosotras posee un don
especial que ha de expresar en esta vida, entre aquellos hacia quienes hemos
sido dirigidos.
Durante años, el miedo hizo que muchas de
nosotras reprimiésemos nuestras necesidades internas, pero por fortuna, éstas
no nos abandonaron. Ser humana significa desear constantemente ser más de los
que somos. Los miedos seguirán surgiendo, pero a medida que los superemos con
el apoyo de otras mujeres y de otras amistades, el programa nos dará la emoción
del logro. Sabremos que nuestra existencia tiene significado.
La necesidad de crecer, de cambiar, de
influir en el mundo que nos rodea, es parte del plan que Dios ha establecido
para cada una de nosotras. Confiaré en esa necesidad y dejaré que guíe mis
pasos.
31 de enero, El lenguaje del adiós de
Melody Beattie
Pidamos lo que necesitamos
Una noche estaba yo sola, harta y exhausta.
Había estado viajando sin cesar, lejos de mis amigos y de mi familia. Había
volado de regreso a casa esa noche, pero parecía que nadie se había dado
cuenta. La gente estaba acostumbrada a verme en casa. Ya era tarde y empecé a
discutir con Dios.
“He estado fuera trabajando duro. Me siento
sola. Necesito saber que alguien me quiere. Tú me has dicho que Te diga lo que
necesito, y esta noche, Dios mío, necesito particularmente la presencia de
energía masculina. Necesito un amigo, alguien en quien yo confíe que le guste
estar conmigo en una forma no sexual. Necesito que me abracen. Pero ¿dónde
estás? Me recosté en el sillón y cerré los ojos. Estaba demasiado cansada para
hacer cualquier otra cosa que no fuera dejar ir lo que sentía.
El teléfono sonó unos minutos después. Era
un antiguo colega que se había convertido en mi amigo. “Hola, chica”, me dijo.
“Te oyes muy cansada y con necesidad de hablar. Quédate exactamente dónde
estás.
Voy para allá a darte un masaje en los
pies. Me parece que eso es exactamente lo que necesitas”.
Media hora después tocó mi puerta. Trajo
una pequeña botella con aceite y suavemente me dio masaje en los pies, me
abrazó, me dijo cuánto me quería y luego se fue.
Sonreí. Había recibido exactamente lo que
había pedido.
Es seguro confiar en Dios.
Hoy recordaré que a Dios le importa lo que
yo necesito, especialmente si me importa a mí.
Comentarios
Publicar un comentario