Meditaciones 7 de enero
7 de enero
La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Comenzamos por desear canalizar toda la energía y el esfuerzo que antes gastábamos en intentar cambiar al otro hacia el objetivo de cambiarnos nosotras mismas.
Sensatez
Restitución del sano juicio
El libro Funciona:
cómo y por qué define el concepto de «devolución»
como «cambiar
Descubrimos que podemos elegir cómo actuar comenzamos a poseer la madurez y sensatez para detenemos y sopesar todos los
aspectos de una situación antes de actuar
Guía
para trabajar Los Pasos de NA (Segundo Paso)
7 de enero
Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada
día un nuevo comienzo:
El mejor regalo que podemos darnos
mutuamente es una atención total a la existencia del otro.
Sue Atchley Ebaugh
Todas deseamos ser importantes para los
demás. En el pasado, y en ocasiones en el presente, nuestra conducta con
frecuencia ha gritado para obtener la atención que buscamos. Quizás, en lugar
de tratar de obtener atención, deberíamos darla. El programa nos indica que
para conservar la atención de los demás debemos renunciar a ella. La sabiduría
antigua también dice que en la vida no existen los accidentes. Las personas que
nos rodean, y las que simplemente pasan por nuestras vidas, están ahí por un
motivo. Nuestra vocación es atender a los demás como seres humanos.
Hoy atenderé plenamente a otra persona con
la que tenga ocasión de estar. Ella me importará y mi atención será importante
para ella.
7 de enero
El lenguaje del adiós de Melody Beattie
El manejo de los sentimientos dolorosos
El sentimiento de haber sido lastimados y
el de ira son los más difíciles de encarar. Nos podemos sentir vulnerables,
asustados e impotentes cuando estos sentimientos comienzan a aflorar, porque
pueden disparar el recuerdo de ocasiones similares en que nos sentíamos
impotentes.
A veces, para recuperar el sentido de
control, quizá castiguemos a la gente que está a nuestro alrededor, ya sea que
los culpemos de esos sentimientos o que sean víctimas inocentes. Quizá tratemos
de “desquitarnos” o de manipular a espaldas de la gente para ganar la sensación
de poder sobre la situación.
Estas acciones quizá nos den un sentimiento
temporal de satisfacción, pero sólo nos harán posponer la decisión de afrontar
nuestro dolor.
Sentirse herido no tiene que ser algo tan
atemorizante ni tenemos que trabajar tan duro para evitarlo. Aunque sentirse
herido no es tan bonito como sentirse feliz, los sentimientos siguen siendo
sólo eso, sentimientos.
Podemos someternos a ellos, sentirlos y
seguir adelante. Eso no significa que tengamos que buscar sentirnos heridos o
detenernos innecesariamente en ese tipo de sentimientos. El dolor emocional no
tiene por qué devastarnos. Podemos sentarnos derechos, sentir el dolor, indagar
si necesitamos hacer algo para cuidar de nosotros mismos y luego proseguir con
nuestra vida.
No tenemos que actuar con prisas; no
tenemos que castigar a los demás para tener control sobre nuestros
sentimientos. Podemos empezar compartiendo con otros nuestro dolor de sentirnos
lastimados. Esto trae un alivio y a menudo la curación tanto para ellos como
para nosotros.
Con el tiempo aprenderemos la lección de
que la verdadera fuerza proviene de que nos permitamos a nosotros mismos ser lo
bastante vulnerables como para sentir el dolor. La verdadera fuerza proviene de
saber que podemos cuidar de nosotros mismos, aunque sintamos dolor emocional.
La verdadera fuerza nos viene cuando dejamos de hacer responsables a los demás
de nuestro dolor y asumimos la responsabilidad de nuestros propios
sentimientos.
Hoy me someteré a mis sentimientos, incluso
a los que son emocionalmente dolorosos. En vez de actuar con urgencia, o de
intentar castigar a alguien, seré lo bastante vulnerable para experimentar mis
sentimientos.
7 de enero
Meditaciones para mujeres que hacen
demasiados, Anne Wilson Schaef
Rigidez
Los cambios “en la vida “son no sólo
posibles y
predecibles, sino que negarlos es ser
cómplice de un
proceso innecesario de autoconvertirse en
vegetales.
Gail Sheehy
Parte del modo irracional de pensar de las
adicciones es creer que podemos estar en seguridad si conseguimos que todo esté
en orden, que todo esté en su sitio, y que se mantenga así. Gran parte de
nuestra energía la gastamos en intentar contribuir a la calcificación de
nuestras vidas. Desafortunadamente, los seres calcificados son frágiles y se
rompen con facilidad.
Cuando nos volvemos rígidas sobre cualquier
asunto, perdemos el contacto con el proceso de nuestra vida y nos salimos de la
corriente de la vida; morimos. Como dice Lillian Smith, “cuando dejas de
aprender, de escuchar, de mirar y de plantear cuestiones, siempre cuestiones
nuevas…. es el momento de morir”.
¿Acaso me he muerto ya?
¿Soy una de las muertas vivientes?
Lo rígido no es estable, simplemente es
algo que se quiebra.
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