Meditaciones 31 de mayo
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31 de mayo, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Cuando te encuentres en recuperación, no vas a perder nada que realmente sea importante para ti y tu bienestar.
Sensatez
Reconozcámoslo.
Nosotras las mujeres estamos construyendo una madre patria; cada una con su
propia parcela de terreno arrancada de los sueños nocturnos o de un día de
trabajo. Y extendemos poco a poco esta parcela en círculos cada vez más amplios.
Algún día será una tierra ininterrumpida, una tierra resucitada procedente del
país de los muertos. El Mundo de la Madre, el mundo materno psíquico, coexistirá
con todos los demás mundos en condiciones de igualdad. Y lo estamos creando con
nuestras vidas, nuestros gritos, nuestras risas y nuestros huesos. Es un mundo
que merece la pena crear y en el que merece la pena vivir, un mundo en el que predomina
una honrada y salvaje sensatez.
Mujeres que corren con los
lobos, Clarissa Pinkola Estés
31
de mayo
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Aceptación
Es el conocimiento de las verdaderas
condiciones de nuestras vidas de donde debemos sacar nuestra fuerza y nuestras
razones para vivir.
Simone
de Beauvoir
¡Qué bella expresión de la profundidad
y aceptación de nuestras vidas! Con frecuencia, estamos tan atareadas corriendo
de un lado a otro que no nos damos el tiempo de aceptar simplemente lo que
somos y lo que tenemos. Paradójicamente, es en esta aceptación total como
nuestras vidas cambian. Nuestras vidas tienen un sentido... tal como son. Son
nuestros espejismos los que nos roban el sentido, no nuestra realidad. Cuando
acepto mi realidad, recupero mi fuerza y mis razones de vivir.
Mi
vida es lo que es, Puede cambiar, pero ahora mismo es lo que es.
31
de mayo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
La realidad de la vida y del hecho de
vivir – el movimiento de un lugar a otro sea físico o mental-, no suele
concordar con lo que imaginamos, esperamos o creemos merecer, por lo que con
frecuencia dejamos las cosas sin terminar, o incluso sin comenzar.
Sandra
Edwards
La insatisfacción- el descontento- con
las experiencias que la vida nos trae- obstaculiza nuestro crecimiento. La
realidad no es nuestra ruina, sino nuestro don. La realidad concreta que
cualquiera de nosotras percibe es particularmente significativa, pues encierra
las lecciones que habrán de despertarnos a la consciencia de que eso que la
vida nos ofrece es justamente lo que merecemos y todavía más. Lo que falta es
nuestra interpretación de esas realidades de la vida. Sin embargo, a medida que
crecemos espiritualmente las nubes se disiparán. Pronto comprenderemos la
interacción que existe entre los diferentes elementos de la realidad. Y
avanzaremos para cumplir con nuestro papel en el vasto panorama de la vida. En
ocasiones, lo único que puedo hacer es confiar en que todo va bien, aunque no
sea como yo hubiera esperado. En los días
malos, sólo tengo que reflexionar sobre el pasado para darme cuenta de que
estoy avanzando en la dirección correcta.
30
de mayo, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
¿Qué
tal sí?
Un día estaba hablando con una amiga
acerca de algo que había planeado hacer. De hecho, me estaba preocupada de cómo
reaccionaría una persona en particular hacia lo que yo tenía intención de
hacer.
"¿Qué tal si no lo sabe manejar
muy bien?, le pregunté. "Entonces", me dijo mi amiga, "serás tú
la que tendrás que manejarlo bien."
Los "qué tal si" nos pueden
volver locos. Ponen el control sobre nuestra vida en las manos de otro. Los
"qué tal si" son una señal de que hemos regresado a pensar que la
gente tiene que reaccionar de una manera particular para que nosotros podamos
seguir nuestro curso. Los "qué tal si" son también una clave de que
podemos estar pensando si podemos confiar en nosotros mismos y en nuestro Poder
Superior para hacer lo que mejor nos conviene. Estos son retazos de maneras
codependientes de pensar, de sentir y de comportarse, y son señales de miedo. Las
reacciones, sentimientos, gustos o desagrados de otros no tienen por qué
controlar nuestras conductas, sentimientos y dirección. No necesitamos
controlar la forma como los otros reaccionan ante lo que hemos elegido. Podemos
confiar en que nosotros, con la ayuda de un Poder Superior, manejaremos
cualquier resultado, aun el más incómodo. Y, amigo mío, podemos confiar en que
lo manejaremos bien.
Hoy
no me preocuparé de las reacciones de los demás o de los eventos que están
fuera de mi control. Mejor me concentraré en mis reacciones. Manejaré bien mi
vida hoy y confiaré en que, mañana, podré hacer lo mismo.
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