Meditaciones 23 de mayo

 

23 de mayo, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

"Para muchas de nosotras que somos adictas a relaciones afectivas es mucho más fácil decir: Esta persona es mi problema, que admitir el miedo y la dificultad de estar coherente e íntimamente presente con el otro."

 


 Buena voluntad

Decidimos poner nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, tal como lo concebimos. Este es un paso enorme. No hace falta que seamos religiosos; cualquier persona puede dar este paso. Lo único que se necesita es buena voluntad. Lo esencial es abrir la puerta a un Poder superior a nosotros.

Texto básico

23 de mayo

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Control/Arrogancia

La pasión por intentar enderezar a la gente es en sí misma una penosa enfermedad.

Marianne Moore

Las mujeres que hacemos demasiado pensamos con inusitada frecuencia que nos corresponde a nosotras enderezar a los demás. Tras reunir mucha información y adquirir conocimientos, hemos llegado realmente a creer que sabemos qué es lo mejor para la gente. Puesto que sabemos qué es lo mejor, no tenemos dificultades en compartir esta importante información con cualquiera que esté dispuesto/a escuchar —y, a veces, con quien no lo está—. Algunas somos incluso pagadas por saber qué es lo mejor para los/as demás y enderezarlos/ as. ¡Ufff!, no parece tan bueno cuando se escribe, ¿verdad?

Tal vez hoy sería un buen día para considerar mi arrogancia. La arrogancia benevolente sigue siendo arrogancia.

23 de mayo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Entrega todo lo que puedas de ti misma a tu poder superior.

S.H.

Cuanto más en armonía estemos con Dios, mayores serán nuestras alegrías. El reconocimiento de nuestra colaboración con nuestro poder superior nos hace más fácil tomar cualquier decisión, nos simplifica la conclusión de cualquier tarea y elimina cualquier incertidumbre acerca de nuestro valor en este mundo, particularmente en relación con las personas que nos rodean. Saber que nunca estamos solas, que en cualquier circunstancia alguien cuida nuestros intereses, suaviza cualquier dificultad que debamos afrontar. Las dificultades nos enseñan, son las lecciones que nuestro yo interior ha solicitado, y no olvidemos que tenemos un protector siempre dispuesto que nos acompaña en todas las circunstancias de nuestra vida. Cuanto mayor sea nuestra fe en que Dios nos mira tanto a través de nuestras actividades cotidianas como las experiencias problemáticas, más seguras estaremos de que todo va bien, de que nuestras vidas siguen el camino trazado y de que poco a poco se está desarrollando un plan cuyo centro son nuestros mejores intereses.

Mi comprensión de Dios y del poder de Su presencia es proporcional a mi confianza en Él. Al igual que ocurre con la energía eléctrica, he de conectarme con la fecha de la que procede la luz del entendimiento y la energía para que pueda ver mi camino en cualquier experiencia que el día de hoy me presente.

 

 

23 de mayo, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Disfrute

La vida no es para soportarla, es para disfrutarla y abrazarla. La creencia de que debemos encogernos de hombros y vivir una existencia de escasez y privaciones para tener nuestra "recompensa en el Cielo" es una creencia codependiente. Y, sin embargo, la mayoría de nosotros todavía tenemos temporadas en que la vida es estresante y reta a nuestra habilidad para soportarla. Pero en la recuperación estamos aprendiendo a vivir nuestra vida, a disfrutarla y a manejar las situaciones como vienen. Nuestras habilidades de supervivencia nos han servido bien. Nos han acarreado en tiempos difíciles, de niños y de adultos. Nuestra capacidad para congelar sentimientos, negar problemas, privarnos a nosotros mismos y lidiar con el estrés nos han ayudado a llegar a donde estamos hoy. Pero ahora estamos a salvo. Estamos aprendiendo a hacer algo más que sobrevivir. Podemos dejar ir conductas de supervivencia enfermizas. Estamos aprendiendo maneras nuevas, mejores, de protegernos y cuidar de nosotros mismos. Estamos libres para sentir nuestros sentimientos, identificar problemas y resolverlos, y darnos a nosotros mismos lo mejor. Estamos libres para abrirnos y sentirnos vivos.

Hoy dejaré ir mis habilidades para soportar y sobrevivir. Escogeré un nuevo modo de vivir, uno que me permita estar vivo y disfrutar de la aventura.

 

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