Meditaciones 16 de mayo

 

16 de mayo, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

¿Comienzas una relación asumiendo el papel de la madre que todo lo da, todo lo acepta y todo lo consiente a su niño malo y exigente? Las que amamos demasiado les proponemos un acuerdo tácito a los hombres que se nos aparecen como necesitados: primero yo me haré cargo de ti, y luego tú te harás cargo de mí.


 

Valor

Cada vez que tengamos miedo, deberíamos recordar que entregarnos a éste raramente ha tenido más que consecuencias negativas en nuestra vida, y esta vez no será diferente. Este recordatorio tendría que ser motivo suficiente para que reunamos valor.

Guías para trabajar los Pasos de NA

16 de mayo

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Pedir ayuda

Un consejo es lo que pedimos cuando ya conocemos la respuesta, pero nos gustaría no conocerla.

Erica Jong

¡Exacto! Normalmente, cuando pedimos un consejo es porque ya somos conscientes de la respuesta dentro de nosotras, pero no queremos enfrentar nuestro conocimiento interno. Entonces dejamos que otra persona nos dé un pequeño empujón. Además, cuando pedimos consejo, hay una parte de nosotras que teme que cualquier persona nos lo dé.

Cuando lo hace, nos quita la presión de encima, aunque sepamos que no funcionará y en el fondo lo rechacemos internamente. Por otra parte, pedir ayuda es ya otro asunto completamente diferente. La mayoría de las mujeres que hacemos demasiado tenemos mucha dificultad en pedir ayuda. Por lo general, podemos hacer las cosas solas, sea lo que sea, y nos sentimos más a gusto haciéndolas por nosotras mismas. Podemos dar órdenes y decir a los demás cuáles son las cosas que hay que hacer. Podemos organizar y supervisar. Hemos aprendido muchas maneras de obtener ayuda sin pedirla y sin reconocer que la necesitamos. Sin embargo, es infinitamente más auténtico pedir ayuda cuando la necesitamos. Pedir ayuda no significa que somos débiles o incompetentes.

Habitualmente indica un nivel elevado de honestidad e inteligencia.

16 de mayo, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Amor propio

"Me desperté en la mañana y tuve unos momentos difíciles durante un rato", dijo un hombre en recuperación. "Luego me di cuenta de que eso se debía a que no me estaba gustando mucho a mí mismo". La gente que está en recuperación a menudo dice: "Simplemente no me gusto a mí misma ¿Cuándo empezaré a gustarme?". La respuesta es: empieza ahora. Podemos aprender a ser amables, amorosos y cariñosos con nosotros mismos. De todas las conductas de recuperación que estamos luchando por lograr, amarnos a nosotros mismos puede ser la más difícil y la más importante. Si habitualmente somos duros y críticos con nosotros mismos, aprender a ser amables puede requerir de un delicado esfuerzo.

¡Pero qué valiosa aventura!

Al no gustarnos a nosotros mismos, podemos estar perpetuando el desprecio, el abandono o el abuso que recibimos durante la niñez por parte de la gente importante en nuestra vida. No nos gustó lo que sucedió entonces, pero nos descubrimos copiando a aquellos que nos maltrataron al tratarnos mal a nosotros mismos. Podemos detener ese patrón. Podemos empezar a darnos el tratamiento amoroso, respetuoso, que merecemos. En vez de criticarnos, podemos decirnos que nos hemos desempeñado suficientemente bien.

Podemos despertar por la mañana y decirnos que nos merecemos tener un día bueno. Podemos hacer el compromiso de cuidar bien de nosotros mismos durante el día. Podemos reconocer que somos merecedores de amor. Podemos hacer cosas amorosas por nosotros mismos. Podemos amar a otras personas y dejarlas que nos amen. La gente que en verdad se ama a sí misma no se centra destructivamente en sí misma. No abusa de los demás. No deja de crecer y de cambiar. La gente que se ama bien a sí misma aprende a amar también a los demás. Continuamente crece para convertirse en gente más sana, aprendiendo que colocó su amor en el lugar correcto.

Hoy me amaré a mí mismo. Si caigo en el viejo patrón de no gustarme a mí mismo, encontraré una manera de

salir de él.

16 de mayo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Sólo las mujeres cuyos ojos han sido lavados por las lágrimas obtienen la visión que las hermanas con todo el mundo.

Dorothy Dix.

Las tormentas que sacuden nuestras vidas nos benefician, al igual que las que azotan nuestros campos y ciudades, limpiando el aire que respiramos. Nuestras tormentas traen a la superficie los asuntos que nos molestan. Quizás temamos a un cierto trabajo que entraña responsabilidades. Quizás todavía luchemos con las demás personas que son importantes en nuestra vida. La actitud posesiva es una tormenta particular que con frecuencia dificulta nuestro progreso. Las tormentas nos fuerzan a reconocer esas tendencias que continúan obstruyendo nuestro camino, y el reconocimiento es un paso necesario para la liberación. La recuperación incluye toda una serie de tormentas, las cuales propician un nuevo crecimiento y limpian nuestras cañerías atascadas. La paz que viene después de la tormenta es digna de nuestra alabanza. Cada tormenta puede ser comparada con un peldaño en la escalera hacia la plenitud, la escalera que nos lleva a incorporarnos a una humanidad sana. Las tormentas dificultan el ascenso, pero cada paso nos vuelve más fuertes. De esta forma podremos superar más fácilmente la próxima tormenta.

Si éste es un día tormentoso, recordaré que va a refrescar el aire que respira.

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre