Meditaciones 28 de mayo

 


 

28 de mayo, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Después de todo, la vida no es otra cosa que tomar conciencia y crecer. Hacemos que esos procesos sean más dolorosos porque no nos son bienvenidos.

 


Anonimato

En todas estas relaciones aprendemos y crecemos, practicamos principios y probamos formas nuevas de tratar con sentimientos viejos. Puede que debamos proteger cuidadosamente nuestro anonimato para conservar nuestro lugar en esos mundos.

Vivir limpios, el viaje continúa

Da palabras de tristeza; el dolor que no habla agarra el corazón forjado y lo obliga a romperse.

 William Shakespeare

28 de mayo

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Ocupaciones/agotamiento/sueño

Tengo los nervios tan de punta que no puedo ir a dormir por las noches. Simplemente no puedo relajarme.

Con suerte llego a dormir cinco horas por la noche.

Barbie

Uno de los efectos laterales de nuestras vidas como mujeres que hacemos demasiado es que tenemos los nervios tan de punta que no podemos descansar y dormir todo lo que necesitamos. Estamos continuamente atareadas. Incluso cuando nuestros cuerpos van a desplomarse de fatiga, no podemos relajarlos y dejarles experimentar la regeneración tranquilizante de un sueño profundo. A veces, incluso cuando queremos dejarlo todo, es tan doloroso que descubrimos que no somos capaces. Nos privamos de la curación que se produce durante la fase alfa del sueño. Nos movemos con los nervios rotos, como si fueran calcetines que no han sido remendados por manos cuidadosas. Nos hemos privado a nosotras mismas de la experiencia inconsciente de tejer reunidos los hilos descosidos y desgarrados de nuestras almas y volver a coser los agujeros producidos por las escaramuzas de nuestra cortesía cotidiana. Necesitamos nuestro descanso.

El sueño es uno de los regalos regenerativos de la vida. Sólo lo echo en falta cuando no lo tengo.

28 de mayo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

El poder espiritual de una persona se aprecia en su reverencia por la vida, tanto la suya como la de los demás, incluidos los animales y la naturaleza, y en su reconocimiento de una fuerza vital universal a la que muchos llaman Dios.

Virginia Satir

Tomarnos diariamente un tiempo para reconocer la fuerza espiritual existente en todas las cosas y en las personas que nos rodean nos enseñará a ser humildes y a sentir asombro. La reflexión sobre nuestras conexiones internas y sobre el hecho de que todas y cada una de nosotras es necesaria para completar el universo, nos hará ver en su justa dimensión cualquier adversidad que pudiésemos sentir. Nuestro poder espiritual aumenta con cada bendición que damos. Y, a medida que lo hace, las pruebas de la vida son cada vez menores. Nuestra lucha por aceptar las situaciones, las circunstancias y a los demás, y también nuestra pugna por controlarlos, disminuye cada vez que reconocemos y reverenciamos la personalidad y la existencia de los otros.

Hoy mismo comenzaré a aprender que todo en la vida merece mi reverencia. Voy a buscar el “Espíritu” en todo y me esforzaré por encontrarlo.

 

28 de mayo, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Deja ir las dudas acerca de ti mismo.

Una mujer casada que recientemente se unió a Al - Anon me llamó una tarde. Trabajaba medio tiempo como enfermera, había asumido todas las responsabilidades de la crianza de sus dos hijos y hacía todos los quehaceres domésticos, incluyendo reparaciones y finanzas.

"Quiero separarme de mi marido", sollozó." Ya no lo soporto más a él ni a su abuso. Pero dime, por favor dime", me dijo, ¿crees que puedo cuidarme sola?".

Ya no seas codependiente.

No solo está bien que cuidemos de nosotros mismos, sino que podemos cuidarnos muy bien. Muchos de nosotros confiamos en nuestra capacidad para cuidar de los demás, pero dudamos de nuestra fuerza inherente para cuidar de nosotros mismos. Hemos llegado a creer, a partir de nuestras circunstancias pasadas o presentes, que necesitamos cuidar a los demás y necesitamos que los demás nos cuiden. Esa es la más acabada creencia codependiente. No importa dónde nació esta creencia autoderrotista, podemos liberarnos de ella y reemplazarla por otra mejor, otra más sana, más adecuada. Podemos cuidar de nosotros mismos, estemos dentro de una relación o no. Se nos proveerá de todo lo que necesitemos. Tendremos seres queridos, amigos y a nuestro Poder Superior para ayudarnos. Saber que podemos cuidarnos solos no significa que a veces no tengamos sentimientos de miedo, incomodidad, duda, ira y fragilidad. Significa que debemos practicar la "valiente vulnerabilidad", como la llamó Colette Dowling en El complejo de Cenicienta. Podremos sentirnos asustados, pero lo hacemos de todas maneras.

Hoy, Dios mío, ayúdame a saber que me puedo cuidar solo.

 

 

 

 

 

 

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