Meditaciones 18 de febrero



18 de febrero, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

El programa de los doce pasos puede suministrarnos el primero de los recursos para recuperarnos de las adicciones, incluso la adicción a una relación afectiva, y el asesoramiento puede servirnos como ayuda, pero no a la inversa.

 


Compromiso

El compromiso con la recuperación es algo esencial para nosotros. Mantener la recuperación como una prioridad quizá tenga diferentes significados para nosotros a lo largo del tiempo. Debemos conservar nuestra relación con NA, pero también es importante que asumamos la responsabilidad de nuestra vida. Hay muchas cosas que compiten por nuestra atención y, como adictos, tenemos tendencia a pensar de forma extremista: todo o nada, correcto o equivocado. Encontrar el equilibrio es un proceso de negociación constante. Ir a las reuniones de forma habitual no tiene por qué significar hacerlo todas las noches de la semana, aunque las reuniones sigan siendo importantes para nuestro bienestar y nuestra capacidad de llevar el mensaje. Disponer de una cuerda de salvamento sólida y a punto es cuestión de mantenimiento continuo y resulta más fácil cuando nos desprendemos de la idea de que las cosas obligatoriamente tienen que ser difíciles. Un miembro compartió que después de muchos años de recuperación por fin pudo responder con un simple «sí» a la pregunta de si era posible que la vida fuera tan sencilla.

Vivir limpios, el viaje continúa

18 de febrero

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Frenesí

Hemos llegado a una situación en la que el frenesí y el pánico parecen partes integrales de ser mujeres, especialmente de ser mujeres profesionales.

Anne Wilson Schaef

Las mujeres que hacemos demasiado tendemos a estar frenéticas casi todo el tiempo. ¿Dónde aparcamos en el aeropuerto ese coche de alquiler y, en todo caso, cómo demonios eran? ¿Estamos seguras de haber aparcado nuestro coche enfrente de la droguería en el centro comercial? ¿O fue la semana pasada?

¿Dónde pusimos esa cuenta que tenemos que pagar justamente hoy? Debe existir un modo de sacar a pasear a los niños esta mañana que sea menos frenética. Estamos seguras de que una buena madre lo haría mejor.

¿Dónde está esa pluma? ¿Dónde hemos dejado esa sartén? ¿Dónde están los pantalones? Probablemente, justo donde los dejamos. Es normalmente nuestro “frenesí” el que enturbia nuestra visión.

El frenesí y el pánico son viejos amigos conocidos.

Tal vez haya llegado la hora de que salgan de nuestra casa.

18 de febrero, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Para mantener intacto tu personaje, no puedes rebajarse a cometer actos sucios, pues esto haría más fácil que te degrades la próxima vez.

Catherine Hepburn

 Comportarnos de la manera en que Dios desea que lo hagamos parece muy fácil. Nosotras no lastimamos intencionalmente a los demás. ¿O sí? ¿Cuándo fue la última vez que nos consumió la envidia por la buena fortuna o la buena imagen de otra persona? ¿Ha habido alguna ocasión reciente en la que nos hayamos malhumorados por falta de atención…o en la que quizás hayamos buscado un pretexto para iniciar una pelea?

A partir de este momento podemos simplificar nuestra vida. Para aligerar nuestra carga y liberarnos de nuestras angustias no tenemos más que un camino a seguir, sólo una decisión que tomar. Podemos elegir actuar de buena fe.   Guardemos silencio un momento y permitamos que nuestra guía interior dirija nuestra conducta, nuestras palabras y nuestros pensamientos.

Cuando permitimos que nuestra naturaleza espiritual sea la que gobierne, sabemos cómo actuar en cada caso concreto. Si dejamos que Dios decida nuestras acciones, nuestras vidas serán más fáciles. Basta de confusión obsesiva. Basta de remordimientos. Basta de inmovilidad por miedo a cometer errores.

Si permito que Dios dirija mi conducta, mi libertad está garantizada y las cargas de la vida serán más ligeras.

Hoy avanzaré cumpliendo la voluntad de Dios y mi espíritu se mantendrá en él.

18 de febrero, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Estar en lo correcto

La recuperación no es cuestión de estar en lo correcto; se trata de permitirnos ser lo que somos y de aceptar a los demás como son. Ese concepto puede ser difícil para muchos de nosotros sí hemos vivido dentro de sistemas que funcionaban en la escala de justicia del “bien y el mal”. La persona que estaba en lo correcto estaba bien; a la persona que estaba en lo incorrecto se le avergonzaba.

Todo el valor y la valía podían haber dependido de estar en lo correcto; estar en lo incorrecto significaba la aniquilación del yo y de la autoestima. En la recuperación estamos aprendiendo a luchar por el amor dentro de nuestras relaciones y no por la superioridad. Sí, tal vez necesitemos tomar decisiones de vez en cuando acerca de la conducta de la gente. Si alguien nos está lastimando, necesitamos defendernos. Tenernos la responsabilidad de establecer límites y de cuidar de nosotros mismos. Pero no necesitamos justificar el hecho de cuidar de nosotros mismos condenando a alguna otra persona. Podemos evitar la trampa de concentrarnos en los demás en vez de en nosotros mismos. En la recuperación estamos aprendiendo que lo que hacemos necesita ser correcto sólo para nosotros. Lo que otros hagan es asunto suyo y necesitar ser correcto sólo para ellos. Resulta tentador descansar en la superioridad de estar en lo correcto y de analizar las motivaciones y las actuaciones de los demás, pero es más recompensarte ver más adentro.

Hoy recordaré que no tengo que esconderme detrás del hecho de estar en lo correcto. No tengo que justificar lo que quiero y necesito diciendo que algo está bien “bien” o está “mal”. Puedo permitirme ser como soy.

 

 

 

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