Meditaciones 7 de febrero
░░
7 de febrero, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Cuando dejas de hacerte cargo de él y comienzas a hacerte cargo de ti misma, el hombre de tu vida se enfada, y te acusa de que ya no te preocupas más por él. Este enfado proviene del pánico que le genera el darse cuenta de que deberá hacerse responsable de su propia vida. En tanto pueda pelear contigo, hacerte promesas o tratar de imponerse sobre ti, su lucha esta puesta en el exterior, contigo, y no dentro de sí mismo, devuélvele su vida, y recupera la tuya.
Sensatez
Aprendí a orar como una forma de practicar el contacto
consciente. Ahora veo que, si logro acordarme de mi Poder Superior en el aquí y
ahora, mi vida se convierte en una oración, la meditación activa mi sensatez y
existo en la voluntad de mi poder Superior. Soy espiritualmente libre, estoy
muy lejos de la adicción activa y muy cerca de la felicidad pura de vivir el
momento.»
Vivir
limpios, el viaje continúa
7
de febrero
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Plazos
fijos /Estrés
La
tensión fue en aumento en mi casa, y mi trabajo se fue deteriorando a medida
que me comprometía con plazos cada vez más ajustados.
Ellen
Sue Stern
Uno
de los mitos sobre las personas adictas al trabajo es que son muy productivas y
de que hacen un buen trabajo. Los mitos nos confunden porque frecuentemente
actuamos como si fueran verdad, aunque sabemos que no lo son.
En
contra de la creencia popular, las personas que somos adictas al trabajo y a
hacer las cosas deprisa no solemos ser muy productivas y, con frecuencia,
hacemos trabajos mal hechos y sin creatividad. Los plazos demasiado ajustados
que nos marcamos se vuelven más importantes que la calidad de nuestro trabajo.
Entonces
sufrimos, sufren nuestras familias y sufre nuestro trabajo.
Otro
mito sobre la adicción al trabajo es que se trata sólo de estrés y de cansancio
y que puede controlarse con técnicas de reducción del estrés. Toda persona
alcohólica ha querido culpar a alguien de su estado y ha querido creer
fervientemente que había una manera de controlarlo, frecuentemente, con
resultados desastrosos.
La
adicción al trabajo es una enfermedad fatal y progresiva que gobierna nuestras
vidas. Afortunadamente, una adicción es la única enfermedad progresiva y fatal
de la que está garantizada la recuperación si hacemos lo que tenemos que hacer.
Tal
vez es ya el momento de asistir a una reunión sobre los Doce pasos.
7
de febrero, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Seamos
dueños de nuestro poder
Necesitamos
hacer una distinción entre la impotencia y la posesión de nuestro poder.
El
primer paso en la recuperación es aceptar nuestra impotencia. Hay algunas cosas
que no podemos hacer, no importa cuán duro o prolongadamente tratemos. Estas
cosas incluyen hacer cambiar a otras personas, solucionarles sus problemas y
controlar su conducta. A veces nos sentimos impotentes ante nosotros mismos,
acerca de lo que sentimos o creemos, o a causa de los efectos que nos produce
una persona o situación en particular.
Es
importante someternos a la impotencia, pero lo es igualmente adueñarnos de
nuestro poder. No estamos atrapados ni desamparados. A veces podremos sentir
que lo estamos, pero no es así. Todos tenemos el poder y el derecho que Dios
nos ha dado de cuidar de nosotros mismos bajo cualquier circunstancia y con
cualquier persona. El justo medio del cuidado de sí mismo está entre los dos
extremos que son controlar a los demás y permitirles a ellos que nos controlen.
Podemos
caminar por ese justo medio de manera suave y asertiva, con la confianza de que
es nuestro derecho y responsabilidad. Que me venga el poder para caminar por
ese sendero.
Hoy
recordaré que tengo que cuidar de mí mismo. Tengo alternativas y puedo
ejercitar las opciones que elija sin sentimientos de culpa.
7
de febrero, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Sin
importar cuál parezca el escenario de nuestra vida, podemos hacerle frente y
podemos salir adelante.
Muriel
Rukeyser
Tal
vez en algunos momentos de nuestra vida sintamos miedo, o incluso terror.
Encontraremos situaciones que, al menos durante un tiempo, parecerán ser más de
lo que podemos soportar. Pero las nubes se disiparán. Nunca se nos da más de
los que podemos manejar, y cada día que pasa nos encontraremos más a gusto con
nosotros mismas y con lo que la vida nos da. Terminaremos por aprender que todo
pasa y nuestra confianza aumentará a medida que nuestro programa espiritual se
fortalezca.
Los
lazos que nos unen entre nosotras y que nos ligan al programa nos dan plenitud.
Si reflexionamos acerca de quiénes somos y sobre lo lejos que hemos llegado,
veremos que ahora podemos resolver con facilidad problemas que antes nos
abrumaban. La alegría que compartimos es que todo problema ha dejado de ser
demasiado grande para enfrentarlo. Y que no tenemos por qué encarar solas
ninguna situación, a menos que rechacemos la ayuda de Dios.
Voy
a dar gracias por mi crecimiento hacia la plenitud y por las oportunidades que
encontraré el día de hoy, pues me armonizarán con el plan divino de mi vida.
Comentarios
Publicar un comentario