Meditaciones 23 de febrero

 

23 de febrero, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

" Ninguna relación puede evitarte el dolor de tu propia historia. Hasta que no atravieses y dejes atrás tu dolor, te limitarás a repetirla"

 


En la mayoría de los hijos de alcohólicos, como también en los de otras clases de hogares disfuncionales, hay una fascinación con las personas que implican problemas y una adicción a la excitación, especialmente a la excitación negativa. Si el drama y el caos siempre estuvieron presentes en nuestra vida y si como sucede con tanta frecuencia, nos vimos forzados a negar muchos de nuestros sentimientos mientras crecíamos, a menudo necesitaremos acontecimientos dramáticos para poder engendrar un sentimiento. De esta manera, necesitamos la excitación que nos proporcionan la incertidumbre, el dolor, la decepción y la lucha sólo para sentirnos vivos.

Libro: Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood

23 de febrero

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Autenticidad

Se puede mentir con palabras y también con el silencio.

Adrienne Rich

Cuando empezamos a curarnos, tenemos una nueva apreciación de las palabras de Jesús: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Parte del propósito de nuestro comportamiento adictivo es que no estemos en contacto con nosotras mismas, y, cuando esto sucede, no podemos ser honestas con ninguna persona. Debemos saber lo que pensamos y sentimos para ser honestas con los demás. Al principio de nuestra recuperación, empezamos a darnos cuenta lentamente de lo lejos que nos hemos ido de nosotras mismas... ¡desde luego, nos hemos alejado un largo recorrido!

Hemos estado temerosas de decir la verdad con toda honestidad. Hemos tenido miedo de perder nuestros empleos, nuestras amistades y todo lo que tenemos. A medida que nos volvemos más honestas, empezamos a deshacer el embrollado nudo de falsedad, introversión, control y confusión. Vemos cómo nuestra falsedad ha conducido a la confusión, e incluso cuando ha sido un proceso difícil, nos encontramos suspirando de alivio en la brisa refrescante de la autenticidad.

Estoy recuperando de nuevo, poco a poco, mi capacidad para ser honesta. Estoy asombrada de lo mucho que me había apartado de mí misma.

23 de febrero, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Quiero bailar siempre y ser una buena persona, y cuando todo terminé, no tener la sensación de que pude haberlo hecho mejor.

Ruth St. Denis

Nuestras aspiraciones en la vida pueden ser simples o complejas. Quizás no estén muy claras en nuestra mente, pero se aclararán si somos pacientes. Dios sabe cómo darnos un “aviso interno” cuando cierta dirección nos atrae. Nuestra responsabilidad es seguir el impulso y confiar totalmente en él. Con demasiada frecuencia miramos hacia el pasado con remordimientos. Lo hecho, hecho está. Esos errores nos enseñaron ciertas lecciones. Cada día es un nuevo comienzo, y si seguimos nuestra conciencia, si seguimos ese “aviso interno” que nos indica el camino, podremos concluir cada jornada sin arrepentimiento.

El día de hoy nos dará oportunidades. Oportunidades de ser buenas o malas personas. Oportunidades de tomar decisiones que nos hagan sentir bien o con remordimientos al final del día. Muchas de nuestras decisiones nos darán satisfacción y alegría por la vida, que es lo que como mujeres y como seres humanos buscamos. De este modo no llegaremos al final de nuestra vida deseando haber hecho más cosas o mejor. Vivir cada día siguiendo nuestra conciencia, nos asegurará una vida plena.

Si se lo permito, mi ego puede bloquearme.

Confiaré en mi conciencia

23 de febrero, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Fortaleza

No siempre tenemos que ser fuertes para ser fuertes. A veces, nuestra fortaleza se expresa siendo vulnerables. A veces, necesitamos deshacernos en pedazos para rehacernos, y seguir sobre el camino.

Todos tenemos días en que no podemos empujar más duro. En que no podemos contener las dudas en nosotros mismos, en que no podemos dejar de concentrarnos en el miedo, en que no podemos ser fuertes. Hay días en que no podemos concentrarnos en ser responsables. Ocasionalmente, no queremos quitarnos el pijama. A veces, lloramos delante de los demás. Exponemos nuestro cansancio, nuestra irritabilidad o nuestra ira.

No tienen nada de malo esos días. No tienen nada de malo. Parte de cuidar de nosotros mismos significa darnos permiso de "deshacernos" cuando lo necesitamos. No tenemos por qué ser torres perpetuas de fortaleza. Somos fuertes. Lo hemos probado. Seguiremos siendo fuertes, aunque tengamos el valor de permitirnos sentirnos temerosos, débiles y vulnerables cuando necesitamos experimentar esos sentimientos.

Hoy, Dios mío, ayúdame a saber que está bien que me permita a mí mismo ser humano. Ayúdame a no sentirme culpable o a castigarme a mí mismo cuando necesito "deshacerme".

Comentarios