Meditaciones 6 de febrero
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6 de febrero, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
A medida que nuestras almas intentan aprender las lecciones de la vida para ir acercándose a la perfección, eligen las oportunidades que les brinda la vida para hacerlo. Por esta razón, no encontrarás jamás escrito en ninguna enseñanza espiritual que la culpa de tu estado actual la tiene otra persona.
Generosidad
La
generosidad de espíritu es el antídoto contra la soledad y la alienación. Ser
útiles nos deja en libertad para entrar en nuestra propia vida y nos abre al
espíritu del amor que nos rodea. Experimentamos la esperanza incondicional y
comprendemos que no hay límites a lo mucho que podemos mejorar. Por muy lejos
que hayamos llegado, el viaje continúa.
Vivir
limpios, el viaje continúa
6
de febrero
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Creencia
Ni
el reproche ni el aliento es capaz de reavivar una fe perdida.
Nathalie
Sarratue
En
última instancia, la fe es un proceso personal. Uno de los problemas a los que
nos enfrentamos en tanto que mujeres para tener acceso a nuestro yo espiritual,
lo constituyen todas las cosas que se nos han dicho que teníamos que creer.
Hemos intentado tragarnos creencias que venían de fuera. Rara vez nos hemos
tomado el tiempo y el esfuerzo de ir adentro de nosotras y de empezar nuestro
propio proceso de toma de conciencia y de comprensión de Dios o de un poder
mayor que nosotras mismas, permitiéndonos confiar en nuestro propio
conocimiento. En nuestras atareadas vidas es más fácil rechazar que “esperar
con” nuestro conocimiento.
Es
más fácil actuar que “estar con”.
Ninguna
persona puede darnos las respuestas sobre nuestra espiritualidad. Leer y pensar
no pueden proporcionar las soluciones. Nuestra espiritualidad es vivencial, y
está íntimamente conectada con lo que somos.
A
veces, las creencias han interferido con mi conexión con un poder superior a mí
misma. Es hora de “esperar con” mi propio conocimiento.
6 de febrero, Meditación Diaria para Mujeres,
libro: Cada día un nuevo comienzo:
Creo
que el hecho de aceptar que las gratificaciones vengan después de nuestros actos
es un signo de madurez.
Peggy
Cahn.
Es
correcto desear sentirnos siempre bien. La felicidad es algo que todas
merecemos. Sin embargo, antes de alcanzar un estado de felicidad permanente,
debemos emprender ciertos pasos preparatorios, algunos de los cuales no nos
producirán alegría.
El
dolor nos ha impulsado muchas veces a buscar una satisfacción a corto plazo.
Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que, al igual que en ocasiones
anteriores, esa satisfacción dura muy poco.
La
felicidad duradera no es el resultado de sumar las pequeñas satisfacciones
inmediatas. No tenemos que ganarnos la felicidad, sino descubrir dónde se
encuentra. Que afortunadas somos por tener el programa como guía en nuestra
búsqueda encontraremos la felicidad cuando aprendamos a callar y cuando
escuchemos a nuestro yo interno, cuando nos concentremos menos en nuestros
problemas personales y más en las necesidades de los demás.
Muchas
de nosotras necesitaremos redefinir qué es la felicidad. El hecho de darnos
cuenta de que somos valiosas y necesarias para nuestro círculo de conocidos nos
dará felicidad, una felicidad que nos sostendrá. La gratitud por nuestros
amigos, por nuestra salud creciente y por nuestra abstinencia también nos
sostendrá. Al establecer un contacto íntimo y sincero con el alma de otra
persona, descubriremos la fuente de felicidad que existe en el interior de cada
una de nosotras.
Encontraré
la felicidad. Buscando en mi interior me compartiré paciente y confiadamente
con los demás.
6
de febrero, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Para
la victimización
Antes
de la recuperación, muchos de nosotros carecíamos de un marco de referencia
para poder nombrar la victimización y el abuso en nuestras vidas. Pudimos haber
pensado, que era normal que la gente nos maltratara o haber creído que
merecíamos el maltrato; pudimos haber sido atraídos por gente que nos
maltrataba.
Necesitamos
dejar ir todo eso, nuestra necesidad de ser victimados y de ser víctimas.
Necesitamos dejar ir nuestra necesidad de estar en relaciones y sistemas
disfuncionales en el trabajo, en el amor, en las relaciones familiares, en la
amistad. Merecemos algo mejor, o, mejor dicho; algo mucho mejor. Es nuestro
derecho. Cuando creamos en nuestro derecho a la felicidad, tendremos felicidad.
Lucharemos por ese derecho, y la lucha surgirá de nuestras almas. Nos
liberaremos de la opresión y de la victimización.
Hoy
me libraré a mí mismo, dejando ir mi necesidad de ser víctima, y exploraré mi
libertad para cuidar de mí mismo. Esa liberación no me apartará de la gente que
amo. Me acercará más a la gente y estaré más en armonía con el plan de Dios
para mi vida.
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