Meditaciones 8 de febrero

 

 

8 de febrero, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

A veces ocurre que las adictas a las relaciones afectivas prefieren relaciones fantasiosas antes que relacionarse con verdaderos y auténticos seres humanos. La elección de personas inaccesibles es una buena manera de evitar la prueba de la intimidad.

 


Los cuentos de hadas, los mitos y los relatos proporcionan interpretaciones que aguzan nuestra visión y nos permiten distinguir y reencontrar el camino trazado por la naturaleza salvaje. Las enseñanzas que contienen nos infunden confianza: el camino no se ha terminado, sino que sigue conduciendo a las mujeres hacia el conocimiento cada vez más profundo de sí mismas. Los senderos que todos seguimos son los del Yo instintivo innato y salvaje.

Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con los lobos

8 de febrero

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Claridad

Empezamos nuestras vidas como niños pequeños, llenos de luz y de la visión más clara.

Brenda Ueland

Cuando empezamos nuestra recuperación de nuestra adicción a hacer demasiado, tal vez tengamos poca o ninguna experiencia de cómo es nuestra claridad o nuestra sobriedad respecto a nuestro comportamiento de adicción. Hemos retozado tanto con estas pautas de pensamiento y de comportamiento que casi nos parecen normales. La última vez que tuvimos claridad quizá fuese cuando éramos niñas.

Después de haber admitido nuestra impotencia sobre nuestro trabajo compulsivo y adictivo, y después de seguir el programa durante un tiempo, tal vez tengamos de repente un momento de claridad. Surge a través de nuestra conciencia como un meteorito y nos da un susto de muerte. Y, sin embargo, sentimos que todo lo que experimentamos tiene una importancia extraordinaria.

Es como una nana cantada hace tiempo. Las palabras se han desvanecido, y la melodía resuena en nuestro ser.

La claridad no nos es desconocida... sólo que nos hemos olvidado de cómo es.

8 de febrero, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Deja ir los sentimientos de culpa

Sentirnos bien con nosotros mismos es una elección que hacemos. Lo mismo ocurre con el hecho de sentirnos culpables. Cuando el sentimiento de culpa es legítimo, actúa como una señal de advertencia, indicando que nos hemos salido del camino. Y ahí termina su propósito.

Revolcarnos en la culpa les permite a los demás controlarnos.

Provoca que no nos sintamos tan buenos. Nos impide fijar límites y tomar algún otro curso de acción sano para cuidar de nosotros mismos.

Podemos haber aprendido a sentirnos culpables habitualmente, como una reacción instintiva a la vida. Ahora sabemos que no necesitamos sentirnos culpables. Aunque hayamos hecho algo que viole un valor establecido, el sentimiento prolongado de culpa no soluciona el problema, sino que lo prolonga. Así que, mejor repara el daño. Cambia una conducta y, luego, deja ir los sentimientos de culpa.

Hoy Dios mío, ayúdame a disponerme por completo a dejar ir los sentimientos de culpa. Por favor apártalos de mí y reemplázalos con amor a mí mismo.

8 de febrero, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Reaccionar no es lo mismo que actuar, es decir, no es algo realmente creativo.

Elizabeth Janeway

Debemos aprender a actuar en lugar de reaccionar. Por desgracia, tenemos mucha práctica en esto último. Y todas somos muy buenas imitadoras. Somos una sociedad acostumbrada a reaccionar, pues permitimos que la buena o mala conducta de otra persona determine nuestro propio comportamiento. Pero tenemos oportunidades ilimitadas de elegir responsablemente nuestra conducta, independientemente de todas las demás personas que forman parte de nuestra vida.

Podemos cambiar si lo queremos. Un mal gesto de nuestra pareja no tiene por qué hacernos sentir rechazadas. Las críticas en el trabajo no tienen por qué arruinar nuestro día. Podemos dar las gracias educadamente a un conductor de autobús aún si éste es desconsiderado. Y cuando decidimos por nosotras mismas cómo deseamos actuar y lo hacemos, nuestra autoestima crece.

Si alguien nos ofende, quizás dudemos de nosotras mismas durante un momento, pero cuando rápidamente nos convencemos de que todo marcha bien y reaccionamos con respecto, crecemos. Una sensación de bienestar recorre nuestro cuerpo.

Al hacernos cargo de nuestros sentimientos y de nuestras acciones, evitamos que la ansiedad desatada nos atrape. Somos quienes elegimos ser. Y tenemos nuevas aventuras por delante.

Hoy tendré muchas oportunidades de reaccionar. Pero cada vez que pueda, haré una pausa, decidiré cuál es la acción con la que me sentiría mejor y la llevaré a cabo.

Mi salud emocional se refuerza cada vez que tomo una decisión responsable.

 

 

 

Comentarios