Meditaciones 9 de marzo

 

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9 de marzo, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Las mujeres que amamos demasiado a menudo nos decimos que el hombre con el que estamos saliendo no ha sido nunca realmente amado, ni por sus padres ni por sus anteriores esposas o novias. Lo vemos como una víctima, y prestamente nos abocamos a la tarea de reparar todo lo que le ha faltado en la vida antes de que nos conociera. Interpretamos su lejanía emocional, su malhumor o depresión, su crueldad, su indiferencia, su violencia, deshonestidad o su adicción como signos de que no ha sido lo suficientemente amado. Compadecemos a nuestro amor por sus defectos, sus fracasos, incluso por sus patologías. Estamos decididas a rescatarlo mediante el poder de nuestro amor.


 

Dignidad

Unirse a la naturaleza instintiva no significa deshacerse, cambiarlo todo de derecha a izquierda, del blanco al negro, trasladarse del éste al oeste, comportarse como una loca o sin control. No significa perder las relaciones propias de una vida en sociedad o convertirse en un ser menos humano. Significa justo lo contrario, ya que la naturaleza salvaje posee una enorme integridad.

Significa establecer un territorio, encontrar la propia manada, estar en el propio cuerpo con certeza y orgullo, cualesquiera que sean los dones y las limitaciones físicas, hablar y actuar en nombre propio, ser consciente y estar en guardia, echar mano de las innatas facultades femeninas de la intuición y la percepción, recuperar los propios ciclos, descubrir qué lugar le corresponde a una, levantarse con dignidad y conservar la mayor conciencia posible.

Clarissa Pinkola Estés

Mujeres que corren con los lobos

 

9 de marzo, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Cuidemos de nosotros mismos

No podemos fijar un límite y cuidar los sentimientos de otra persona a la vez. Es imposible; las dos acciones se contradicen. ¡Qué virtud tan tremenda tener compasión por los demás! ¡Qué difícil puede ser esta misma cualidad para establecer límites! Es bueno preocuparse de otras personas y de sus sentimientos, pero también es esencial cuidar de nosotros mismos. A veces, para cuidar bien de nosotros mismos, necesitamos elegir. Algunos de nosotros vivimos con un mensaje profundamente imbuido de nuestra familia, o de la iglesia, acerca de nunca herir los sentimientos de los demás. Podemos reemplazar este mensaje con otro que diga que no está bien que nos lastimemos a nosotros mismos. A veces, cuando cuidamos de nosotros mismos, otros reaccionan sintiéndose heridos. Eso está bien. Nosotros aprenderemos, creceremos y nos beneficiaremos con la experiencia; y ellos también. El impacto más poderoso y positivo que podemos tener sobre los demás se logra asumiendo la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos y permitiendo a los otros que sean responsables de sí mismos. Tener interés en los demás funciona. Cuidarlos, no. Podemos aprender a caminar entre estos dos extremos.

Hoy fijaré los límites que necesite establecer. Dejaré ir mi necesidad de cuidar los sentimientos de los demás y, en cambio, cuidaré de los míos. Me daré permiso de cuidarme a mí mismo, sabiendo que es lo mejor que puedo hacer por mí mismo y por los demás.

9 de marzo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Quiero que te emociones por ser quién eres, por ser como eres, por tener lo que tienes y por lo que aún te aguarda. Quiero inspirarte para que veas que puedes ir mucho más lejos de donde ahora estás.

Virginia Satir

El primer paso fue decidir nuestra recuperación. Esa decisión significó que queríamos ir más allá de donde nos encontrábamos. Queríamos algo mejor para nosotras. Y en ciertos momentos fugaces nos hemos emocionado por ser quienes somos y por las perspectivas que tenemos de vivir una vida mejor. La emoción y la inspiración vienen y van; no es normal que permanezcan en nosotras de un modo estático. Sin embargo, podemos crearlas. No tenemos por qué esperar a que vengan a nosotras. Esta es una de las alternativas que tenemos como seres humanos, como mujeres. Esperar pasivamente a que nos llegue “una vida mejor” es una conducta ya pasada. Cada día, hoy mismo, podemos poner nuestras miras en una meta y dar un paso o dos hacia ella. El progreso y el logro están a nuestro alcance. Podemos avanzar hacia esa meta, cualesquiera que sean nuestros anhelos. Somos lo que necesitamos ser y tenemos todo lo necesario para avanzar.

Hoy dejaré que mi entusiasmo por las posibilidades de la vida me estimule.

9 de marzo

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Autoestima/Poder Superior

Parte de mi satisfacción y júbilo en cada erupción era inequívocamente solidaridad feminista. ¿Creéis vosotros, los hombres, que sois los únicos que podéis organizar un lío imponente? ¿Creéis que tenéis toda la potencia de fuego y Dios a vuestro lado? ¿Pensáis que lo manejáis todo? Señores, mirad esto. Mirad a la Señora actuar como una mujer.

Úrsula K. Le Guin

De alguna manera inesperada, Mount Saint Helens resultó ser un importante símbolo para todas nosotras.

Nos recordó poderes invisibles e incontrolables. Nos recordó que existen fuerzas en este planeta y en este universo sobre los que no tenemos control. No sólo no tenemos control sobre sus erupciones, ni siquiera podemos predecir qué es lo que va a hacer a continuación, a pesar de haber aplicado a ello nuestra mejor tecnología científica y de mantenerla bajo vigilancia permanente. Ha demostrado a nuestra sociedad tecnocrática que la naturaleza (con frecuencia identificada como femenina, especialmente cuando «se porta mal») no podía ser controlada.Aunque nadie quiere que se destruya este planeta ni perder su vida, de vez en cuando se nos tiene que recordar que no estamos a su cargo.

Cuando la tierra se cuece a fuego lento, es como una mujer. Cuando explota, es como una mujer. Nosotras tenemos una gran variedad de respuestas.

 

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