Meditaciones 23 de marzo

 

 

23 de marzo, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

En lo referente a aquellas relaciones ineludibles - con nuestros padres, madres y el resto de la familia-, las casualidades no existen. Las dificultades que nuestros padres y otros miembros de la familia representan para nosotros son dones de nuestras almas a nuestras personalidades. A través de la fricción generada por estas relaciones inevitables, muchos de nuestros defectos de carácter más profundos terminan desgastándose con el tiempo.

 


Respeto

Disponer de una nueva forma de vida significa que tenemos que vivir de otra manera, y cabe la posibilidad de que nos sintamos confusos o perdidos, incluso aunque llevemos muchos años limpios. Permitir que cada uno crezca a su propio ritmo es difícil, especialmente cuando nos preocupamos los unos por los otros, pero la autoaceptación y el respeto por uno mismo son el resultado de pasar por ese proceso de una manera personal.

Vivir limpios, el viaje continúa

 

23 de marzo

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Colgarse

Para ser alguien tienes que durar.

Ruth Gordon

Las mujeres que hacemos demasiado sabemos cómo «colgarnos». Nos quedamos atrapadas en situaciones que una persona cuerda hubiera abandonado hace años. Desde luego, esta persistencia es parte de nuestra locura. Estamos tan inmovilizadas al «colgarnos», que perdemos la perspectiva y no vemos que nuestra misma persistencia agrava una situación enfermiza. Si nos salimos de la situación, las organizaciones en las que participamos tal vez tengan la oportunidad de comprobar su propia realidad, o incluso quizá se permitan «tocar fondo» y salir a flote sin nosotras. Aceptamos la virtud de la perseverancia, pero desafortunadamente nuestra dedicación a ella ha afectado nuestro juicio y nuestra capacidad de discernir lo que se necesita realmente. En algunas situaciones es mejor abandonar; en otras es importante perseverar, y en otras, simplemente tenemos que esperar y ver qué sucede.

El truco consiste en saber distinguir en qué situación nos encontramos.

 

23 de marzo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

En ocasiones me doy cuenta de que es mejor hacer un alto, rezar la oración de la serenidad y reafirmar mi fe, Que continuar con lo que estoy haciendo.

S.H

El dolor del cambio es una realidad. Pero también lo es el dolor de no cambiar cuando lo que se necesita es hacerlo. A pesar de nuestros deseos, cambiar a los demás nunca será posible, mientras que para cambiarnos a nosotras mismas sólo debemos decidirnos. Esto es algo que siempre está a nuestro alcance.

Analicemos la situación. ¿Cuál de nuestras acciones presentes hace que nos sintamos avergonzados, furiosos o asustadas? Podemos deshacernos de esa conducta y elegir responsablemente un nuevo camino. Si necesitamos, podemos pedirla. El tercer Paso nos asegura que nuestras vidas están bajo el cuidado de Dios y que nuestras necesidades siempre son atendidas, no nuestros caprichos, pero si nuestras verdaderas necesidades. Hoy como en el pasado, muchas de nuestras luchas tienen que ver con personas y situaciones y tratamos de controlar por la fuerza. ¡Que injustos son generalmente nuestros actos! Y tan impositiva es nuestra conducta, que siempre encontramos resistencia. La solución es siempre encontrarnos siempre aceptarlas cosas que no podemos cambiar y transformar gustosamente aquellas que sí podemos. Nuestras luchas personales terminarán cuando nos comprometamos plenamente con la Oración de la serenidad.

El día de hoy me esforzaré en “reconocer la diferencia”

 

23 de marzo, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Las reacciones de los demás cuando fijamos límites.

Necesitamos saber cuán lejos iremos, y cuán lejos le permitiremos ir a los demás con nosotros. Una vez que entendamos esto, podemos ir dondequiera.

Mas allá de la codependencia

Cuando nos adueñamos de nuestro poder para cuidar de nosotros mismos--fijar un límite, decir "no", cambiar un antiguo patrón de conducta- podremos obtener una reacción airada por parte de algunas personas. Eso está bien. No tenemos por qué dejar que sus reacciones nos controlen, nos detengan o influyan sobre nuestra decisión de cuidar de nosotros mismos. No tenemos por qué controlar sus reacciones ante nuestro proceso de autocuidado. Esa no es nuestra responsabilidad. Tampoco tenemos por qué esperar que ellos no reaccionen.

La gente reaccionará cuando hagamos las cosas de distinta manera o cuando tomamos una acción asertiva para cuidar de nosotros mismos, particularmente si nuestra decisión les afecta de alguna manera. Déjalos que sientan lo que quieran. Pero sigue tu camino, de todos modos. Si la gente está acostumbrada a que nos comportemos de cierta forma, intentará convencernos de seguir siendo así para evitar que el sistema cambie. Si la gente está acostumbrada a que nosotros digamos "si" todo el tiempo, puede empezar a murmurar y a refunfuñar cuando digamos "no". Si la gente está acostumbrada a que nosotros asumamos sus responsabilidades, sentimientos y problemas, podrían reaccionar airadamente cuando dejemos de hacerlo. Eso es normal. Podemos aprender a vivir con un poco de reacciones adversas en nombre de nuestra salud mental. No con abuso, acuérdate, con reacciones adversas. Si la gente está acostumbrada a controlarnos a través de la culpa, de la bravata y de fastidiar, puede intensificar sus esfuerzos cuando cambiamos y nos rehusamos a que nos controlen. Eso está bien. Eso también es una reacción airada. No tenemos por qué dejar que las reacciones adversas nos hagan volver a los viejos procederes si hemos decidido que queremos y necesitamos cambiar. No tenemos por qué reaccionar a las reacciones airadas ni prestarles demasiada atención. No la merecen. Irán muriendo solas.

Hoy no haré caso a ninguna reacción adversa que reciba por estar cambiando mi comportamiento o por estar haciendo otros esfuerzos por ser yo mismo.

 

 

 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre