Meditaciones 24 de marzo

 

24 de marzo, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Debemos abandonar el papel que nos ha servido durante tanto tiempo, y a veces nos ha servido bien: el de víctima, el de mártir, el de salvadora o vengadora soberbia, o quizá todos ellos, cada uno en su momento.


 

Buena voluntad

Inmediatamente después de una rendición, por lo general sentimos muy buena voluntad. La buena voluntad a menudo surge tras la desesperación o la lucha por el control. Sin embargo, podemos practicar el principio de buena voluntad antes de que sea necesario y así posiblemente nos ahorraremos cierto dolor

Guías para trabajar Los Pasos de NA

24 de marzo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

El amor tiene cien finales felices.

Leonora Speyer

Dejarse ir es un proceso que no siempre resulta fácil. Para muchas de nosotras, su significado es huidizo. ¿Cómo nos dejamos ir? Dejarse ir significa dejar de enfocar nuestra atención en una experiencia o en una persona concreta y concentrarnos en el aquí y en el ahora. Nos aferramos al pasado, a dolores idos, pero también a alegrías remotas. Tenemos que desprendernos del ayer. La lucha por aferrarnos a él o a cualquiera de sus partes oscurece nuestro presente. Si tu mente sigue apegada a lo que ya pasó, no podrás ver las posibilidades que te ofrece el día de hoy. Dejarse ir puede ser un proceso de paz. Nuestra confianza en el poder superior y nuestra fe en que el bien prevalecerá a pesar de las apariencias, lo hacen más fácil. Dejemos que cada experiencia, sea buena o mala, de amor, o de pena, concluya cuando su momento haya pasado. Es útil recordar que todas las experiencias contribuyen a nuestro crecimiento y a nuestra plenitud. Nuestro yo interior, que se encarga de trazar nuestro curso, no ignora ninguna experiencia. Todas forman parte del viaje. Cada momento tiene un final feliz, y ninguno de ellos se olvida.

El viaje que emprenda hoy se asemejará al de ayer y al de mañana. Saboreare cada momento y me prepararé para el siguiente.

 

24 de marzo, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Apreciémonos a nosotros mismos Nosotros somos lo más grande que alguna vez pueda sucedernos. Créelo. Esto hace la vida mucho más fácil.

Ya no seas codependiente.

Ya es tiempo de parar esa tontería de andar por ahí criticándonos a nosotros mismos. Quizá hayamos caminado la mayor parte de nuestra vida pidiendo disculpas directa o indirectamente, sintiéndonos menos valiosos que los otros, creyendo que ellos saben más que nosotros y creyendo que de alguna manera los otros tienen derecho a estar aquí y nosotros no. Tenemos derecho a estar aquí. Tenemos derecho a ser nosotros mismos. Estamos aquí. Hay un propósito, una razón, una intención para nuestra vida. No tenemos por qué disculparnos por estar aquí o por ser lo que somos. Somos suficientemente buenos y merecedores. Los otros no tienen nuestra magia. Nosotros la tenemos. Está en nuestro interior. No importa lo que hayamos hecho en el pasado. Todos tenemos un pasado, entretejido de errores, éxitos y experiencias de aprendizaje. Tenemos derecho a nuestro pasado. Es nuestro. Ha trabajado para moldearnos y para formarnos. A medida que progresemos en este viaje, veremos cómo cada una de nuestras experiencias se volteará y será usada para nuestro bien. Ya hemos pasado demasiado tiempo sintiéndonos avergonzados, disculpándonos y dudando de nuestra belleza interior. Hay que acabar con eso. Dejarlo ir. Es un lastre innecesario. Los otros tienen derecho, pero nosotros también. No somos ni más ni menos que ellos. Somos iguales. Somos quienes somos. Para eso fuimos creados, y eso era lo que debíamos ser. Eso, mi amigo, es un regalo maravilloso.

Dios mío, ayúdame a adueñarme de mi poder para amarme y apreciarme a mí mismo. Ayúdame a valorarme en vez de buscar que los otros lo hagan.

24 de marzo

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Gratitud

Amas como una cobarde. No des ningún paso. Permanece simplemente cerca y espera a que las cosas sucedan por sí mismas, desagradecida e ignorante, como un cerdo bajo una encina. Comiendo y gruñendo con las orejas colgando por encima de tus ojos, y sin mirar nunca hacia arriba para ver de dónde vienen las bellotas.

Zora Neale Hurston

Muy a menudo vamos por la vida como cerdos. Escarbamos alrededor y mascamos las golosinas sin darnos cuenta ni una sola vez de dónde proceden o del hecho que las estamos recibiendo como regalos. El proceso del universo es tan generoso con nosotras que damos demasiadas cosas por sentado. «Amamos como cobardes». Esperamos que todo y todas las personas de nuestro alrededor tomen riesgos, mientras que nosotras nos aprovechamos. Nos volvemos tan arrogantes que nos convencemos a nosotras mismas de que todo lo que tenemos es un regalo de nosotras hacia nosotras mismas. No nos detenemos para ver que no podríamos mascar esas sabrosas bellotas si no hubiera un árbol providencial que las dejara caer.

Hoy tengo la oportunidad de detenerme, mirar hacia arriba y agradecer los muchos regalos que poseo.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre