Meditaciones 22 de marzo

 

 

22 de marzo, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Toda mujer que ama demasiado puede abandonar su conducta obsesiva por un tiempo, pero el continuo control de voluntad es una ilusión fatal: la verdadera recuperación sobreviene tan sólo cuando se corta con la adicción.

 


Responsabilidad

La fiera es una mujer que regresa. Está aprendiendo a despertar, a prestar atención, a dejar de ser ingenua y desinformada. Asume la responsabilidad de su propia vida. Para reaprender los profundos instintos femeninos reviste vital importancia comprender ante todo de qué manera éstos fueron decomisados.

Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con los lobos

22 de marzo

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Paciencia / Decisiones

Nuestras decisiones más importantes no son tomadas, sino descubiertas. Podemos tomar las decisiones sin importancia, pero las más importantes requieren de nosotras que esperemos a que sean descubiertas. Solemos forzar las decisiones sin haberlas madurado y cuando no están todavía listas para que las tomemos. Nos castigamos a nosotras mismas por ser indecisas, y otras personas comparten esta opinión de nosotras. Creemos que, si fuéramos suficientemente sensatas, inteligentes, o claras, sabríamos lo que queremos. No respetamos que tal vez la razón por la que no podemos tomar una decisión es porque todavía no sabemos. Durante muchas generaciones, las mujeres hemos sentido que teníamos que decir sí a todo. Después aprendimos que también es apropiado decir no, así que hemos practicado el decir no. Sin embargo, desgraciadamente es demasiado difícil para nosotras decir «no sé», y sentirnos cómodas con nuestro estado de no saber, hasta que sepamos.

La cualidad de mis decisiones es directamente proporcional a mi paciencia respecto a no saber.

22 de marzo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Criadas y educadas en una sociedad orientada hacia lo joven y lo bello, nos evaluamos a nosotras mismas de acuerdo con nuestro valor ornamental.

Janea Harris

Rara es la mujer que no anhela un cuerpo esbelto, pechos firmes, dientes bellos y un cutis terso. Rara es la mujer que se siente contenta y verdaderamente satisfecha con toda su persona. Con frecuencia nos dividimos entre el deseo de llamar la atención y el de que nadie nos dirija una mirada. Somos todo lo que necesitamos ser hoy, en este momento. Y cada una de nosotras posee una belleza interna que es su verdadera aportación a la vida de los demás. Nuestra belleza interna brillará si la invitamos a que lo haga. Cualquiera que sea nuestra experiencia, nunca conmoverá ni aliviará el sufrimiento como hacen nuestras palabras, las que salen del corazón, que es donde reside nuestra belleza interior. Quizás el mejor espejo para reflejar nuestra verdadera belleza sea la presencia o la ausencia de amigos en nuestra vida. Todas hemos conocido mujeres bellas que parecen dirigirnos sólo miradas frías y hombres guapos que desprecian arrogantemente a los demás. Lo que los demás valoran es nuestra belleza interna. La sorpresa que nos aguarda a cada una de nosotras es descubrir que el brillo de nuestra belleza interna transforma también nuestra apariencia exterior.

El día de hoy mi belleza se enriquecerá con mi amable atención hacia las personas que compartes mi vida.

22 de marzo, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Deja el papel de víctima

Está bien tener un buen día. Realmente está bien. Está bien que te esté yendo bien y que sientas que tu vida es gobernable y que vas por buen camino. Muchos de nosotros hemos aprendido, como parte de nuestra conducta de supervivencia, que la manera de obtener la atención y la aprobación que queremos es siendo víctimas. Si la vida es espantosa, difícil, ingobernable, demasiado dura, injusta, entonces, pensamos, los otros nos aceptarán, les agradaremos, nos aprobarán. Podemos haber aprendido esto por haber vivido y habernos relacionado con gente que también aprendió a sobrevivir siendo víctima. Nosotros no somos víctimas. No necesitamos ser victimados. No necesitamos estar desvalidos y fuera de control para obtener la atención y el amor que anhelamos. De hecho, el tipo de amor que buscamos no se puede obtener de otra manera. Podemos conseguir el amor que realmente queremos y necesitamos sólo cuando nos adueñamos de nuestro poder. Aprendemos que podemos pararnos sobre nuestros pies, aunque a veces nos sintamos bien al apoyarnos un poquito. Aprendemos que la gente en quien nos estamos apoyando no nos está deteniendo. Está parada junto a nosotros. Todos tenemos días malos, días en que las cosas no van como nos gustaría, días en que sentimos tristeza y miedo. Pero podemos lidiar con nuestros días malos y con nuestros sentimientos más oscuros de manera que reflejan responsabilidad por uno mismo más que victimización. También está bien tener días buenos. Quizá no tengamos tanto de qué hablar, pero tendremos más qué disfrutar.

Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de ser la víctima. Ayúdame a dejar ir mi creencia de que para ser amado y captar la atención necesito ser una víctima. Rodéame de gente que me ame cuando me adueñe de mi poder. Ayúdame a empezar a tener días buenos y a disfrutar.

 

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