Meditaciones 5 de junio
5 de junio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
"La gente raramente cambia, si no es a través de algún dolor intolerable. Cuando servimos para aliviar el dolor de otro, a menudo interrumpimos el proceso de motivación para el cambio de esa persona. Por esta razón, la mayoría de nuestros esfuerzos para resolver los problemas del otro no hacen sino prolongarlos y perpetuarlos en el tiempo. Desgraciadamente, cuando amamos demasiado, la tolerancia de esa persona ante el dolor es mayor que la nuestra para presenciarlo. En lugar de tratar de arreglar el problema, necesitamos apartarnos para no sufrir sus consecuencias".
Autoaceptación
Cuando nos dejamos llevar por un defecto en
contra de nuestra voluntad, tenemos que practicar el principio de
autoaceptación
Guías para trabajar los pasos
5 de junio
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne
Wilson Schaef
Responsabilizarse
Nunca te
retractes, nunca expliques, nunca te disculpes... consigue que las cosas se
hagan y deja que los demás griten.
Nellie Mcclery
Hay tantos
niveles a los que una podría responder a esta cita. A un nivel, suena como un
consejo de cómo ser una apisonadora y aplastar a cualquiera que presente
oposición. Yo no lo recomiendo. A otro nivel, una podría suspenderse por el
tiempo empleado en explicar, pedir disculpas y retractarse, mientras la casa se
está quemando. Habría que decir algo sólo para salir adelante. Y a otro nivel,
cuando sentimos claramente la dirección que tenemos que tomar y el trabajo que
queremos que se haga, existe una cierta serenidad que emerge cuando estamos
dispuestas de verdad a que «los demás griten».
¡Qué maravilla que cada asunto tenga tantos niveles de
verdad! Esto hace que la vida sea cualquier cosa menos aburrida.
5 de junio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada
día un nuevo comienzo:
El nivel de
ansiedad que siento cuando una mujer atractiva entra en la oficina es la clave
que me indica lo cerca que estoy de Dios en ese momento.
Anónimo.
Nuestra seguridad
estriba, ahora y siempre, en nuestra relación con Dios. Cuando estamos unidas
espiritualmente adquirimos confianza y seguridad en nosotras mismas, y no
dudamos de nuestro valor para quienes nos rodean. Tener una amistad activa con
nuestro Dios nos mantiene siempre conscientes de que, en todo momento, se nos
dará aquello que es bueno para nosotras, sin importar lo que sea, y de que cada
una de las personas que forman parte de nuestra vida también transita por un
camino ordenado por la Divinidad, que las lleva a algún lugar especial para su
crecimiento. Es un hecho lamentable, pero cierto, que muchas de nosotras hemos
tenido experiencias dolorosas con otras mujeres en las primeras etapas de
nuestra vida. Quizás perdimos a algún amor o a nuestro esposo a manos de una
mujer que conocíamos, por ello nos es difícil creer que lo que sea bueno para
nosotras vendrá a nuestro encuentro y que nunca tenemos porqué temer a otra
mujer. El programa nos ofrece diariamente la oportunidad de saber que somos
valiosas. Y lo que es más importante: nos promete seguridad y serenidad si
invitamos cada día a nuestro poder superior a hacernos compañía. No tenemos por
qué temer la presencia de nadie ni temer a ninguna situación nueva. Con Dios a
nuestro lado, todo irá bien. ¡Y así lo sentiremos!
Hoy me haré amiga de Dios y disfrutaré el gozo de vivir
5 de junio, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Combatamos la vergüenza
La vergüenza
puede refrenarnos, oprimirnos y mantenernos mirándonos los pies.
Más allá de la codependencia.
Cuidado con la
vergüenza.
Muchos sistemas y
mucha gente destilan vergüenza. Son controlados por la vergüenza y pueden
querer que nosotros les hagamos el juego. Pueden tener la esperanza de
engancharnos y controlarnos por medio de la vergüenza. No tenemos por qué caer
en su vergüenza. En vez de ello, tomaremos los sentimientos agradables:
autoaceptación, amor y solicitud. Las conductas compulsivas, las conductas
sexualmente adictivas, el comer en exceso, el abuso de sustancias químicas y la
conducta adictiva de apostar son conductas basadas en la vergüenza. Si
participamos en ellas, nos sentiremos avergonzados. Es inevitable. Necesitamos
vigilar las conductas adictivas y otras conductas compulsivas porque nos
sumergen en la vergüenza. Nuestro pasado, y el lavado de cerebro que podemos
haber sufrido y que nos impuso esa "vergüenza original", pueden
tratar de avergonzarnos. Esto puede suceder cuando estemos completamente solos,
al ir caminando por el supermercado o cuando estemos viviendo nuestra vida
calladamente. No pienses...No sientas...No cambies ni crezcas... No estés vivo.
No vivas la vida. ¡Avergüénzate! Acaba ya con la vergüenza. atácala. Declararle
la guerra. Aprende a reconocerla y a evitarla como a una plaga.
Hoy rehusaré deliberadamente quedar atrapado en la
vergüenza que va flotando por el mundo. Si no puedo resistirla, la sentiré, la
aceptaré y luego la desecharé tan pronto como sea posible. Dios mío, ayúdame a
saber que está bien que me ame a mí mismo y ayúdame a rehusar someterme a la
vergüenza. Si me salgo de mi curso, ayúdame a aprender a cambiar la vergüenza
por sentimientos de culpa, a corregir la conducta y a seguir adelante con mi
vida en un estado inmediato de amor propio.
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