Meditaciones 2 de junio

 

2 de junio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

"Todo aquello que hacemos como reacción ante la adicción del otro está mal. Tanto el deseo de ayudar como el de castigar son reacciones codependientes".

 

Compromiso

Hace falta una cantidad enorme de energía para controlamos a cada segundo y refrenar todo impulso de dejarnos llevar por los defectos. Por lo tanto, aflojamos la vigilancia en nuestra vida diaria hasta que de repente, hartos y avergonzados, nos preguntamos cómo es posible que hayamos vuelto a caer otra vez en «eso». No obstante, no nos damos por vencidos, sino que nos comprometemos con nuestra recuperación. Mantenemos nuestros nuevos principios a pesar del contratiempo. Seguimos avanzando a pesar de dar uno o varios pasos atrás. Nos proponemos una mejoría gradual, no la desaparición instantánea de todos los defectos.

Guía para trabajar Los Pasos de NA (Sexto Paso)

2 de junio

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Ocupaciones /tareas domésticas

Hay días en los que las tareas domésticas parecen la única salida.

Adrienne Rich

Una de las cualidades reconfortantes de las tareas domésticas es que siempre están ahí. Cuando nos sentimos perplejas para alimentar nuestra necesidad de estar ocupadas, siempre podemos sumergirnos en las tareas domésticas. Para algunas de nosotras eso significa estar casi desesperadas. A este respecto, la mujer adicta al trabajo es comparable a la alcohólica que prefiere un buen whisky y se toma una cerveza en caso de apuro. Es duro para nosotras admitir lo adictas que nos hemos vuelto a estar siempre ocupadas. Nuestro atareamiento nos permite el mismo estado de entumecimiento que otras personas obtienen con las drogas. Algunas perseguimos una alta segregación de adrenalina, lo mismo que otras personas drogadictas persiguen «volarse». Enfrentémoslo: estamos enganchadas.

¡Qué alivio admitir que soy adicta a mi atareamiento!

¡Ahora sé que la recuperación es posible!

2 de junio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

He llegado a darme cuenta de que todos mis problemas con la vida son producto del miedo y de la pequeñez de mi interior.

Angela L. Wozniak

Nos creamos problemas a nosotras mismas porque pensamos que necesitamos ser más de los que somos. Tememos ser inadecuadas para la tarea que nos aguarda, tememos que otra mujer sea más atractiva que nosotras, tememos que los amigos que nos rodean se aburran con nuestra presencia. El miedo nos pone trabas y evita que participemos plenamente en las experiencias que se nos proporcionan para crecer. Cuando renunciamos a una situación para salvarnos del fracaso, elegimos otra clase de ruina, que consiste en no aprovechar la vida al máximo y en no desarrollar todo nuestro potencial. Toda experiencia nos hace conocernos mejor a nosotras mismas. Cuando nos damos por vencidas nos quedamos atoradas en un mundo que debemos ya dejar atrás.

Hoy no temeré a ninguna situación que parezca problemática.Hoy no me llegará nada que no pueda manejar y, de hecho, nada que no me haga crecer. Mi fuerza interna me ayudará

2 de junio, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Adueñémonos de nuestro poder

No tenemos por qué darle tanto poder a los demás y tan poco a nosotros mismos. No tenemos por qué darle tanto crédito a los demás y tan poco a nosotros mismos. En la recuperación de la codependencia aprendemos que hay una gran diferencia entre la humildad y el menospreciarnos a nosotros mismos. Cuando los otros actúan en forma irresponsable e intentan culparnos a nosotros de sus problemas, ya no nos sentimos culpables. Los dejamos que se enfrenten a sus propias consecuencias. Cuando los demás dicen tonterías, no nos cuestionamos nuestra propia manera de pensar. Cuando otros tratan de manipularnos o explotarnos, sabemos que está bien sentir ira y desconfianza y decirle no al plan. Cuando los otros nos dicen que queremos algo que en realidad no queremos, o cuando alguien nos dice que no queremos algo que sí queremos realmente, confiamos en nosotros mismos. Cuando los otros nos dicen cosas que no creemos, sabemos que está bien confiar en nuestros instintos. Siempre podemos cambiar de opiniones después. No tenemos por qué renunciar a nuestro poder personal por nadie: extraños, amigos, cónyuges, hijos, figuras de autoridad o aquellos para quienes nosotros somos la autoridad. La gente puede tener cosas que enseñarnos. Pueden tener más información que nosotros y parecer más confiados o poderosos que lo que nosotros nos sentimos. Pero somos iguales. Ellos no tienen nuestra magia. Nuestra magia, nuestra luz, está en nosotros. Y es una luz tan brillante como la suya. No somos ciudadanos de segunda clase. Al ser dueños de nuestro poder, no tenemos por qué volvernos agresivos o controladores. No tenemos por qué menospreciar a los demás. Pero tampoco tenemos por qué menospreciarnos a nosotros mismos.

Hoy seré dueño de mi poder con la gente. Me dejaré saber lo que sé, sentir lo que siento, creer en lo que creo y ver lo que veo. Estaré abierto a cambiar y a aprender de los demás y de la experiencia, pero también confiaré en mí mismo y me validaré. Me basaré en mi propia verdad.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre