Meditaciones 3 de junio

 

♦♦♦

3 de junio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Nunca le hagas al otro la mitad del trabajo para solucionar su problema.Cuando tratamos esforzadamente de ayudar al otro, sentimos frustración y enfado, y la otra persona siente culpa y resentimiento. Hacer los cambios necesarios puede ser más importante para esa persona que necesita hacerlos, de lo que es para aquellos de nosotros que podríamos ser de alguna ayuda.


 

Amor

A medida que maduramos, llegamos a comprender que la humildad es la aceptación tanto de nuestras cualidades como de nuestras debilidades. Lo que más deseamos es sentirnos bien con nosotros mismos. Hoy en día podemos sentir de verdad amor, alegría, esperanza, tristeza, entusiasmo. Nuestros sentimientos ya no son las viejas sensaciones producidas por las drogas.

Texto Básico

3 de junio

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Agotamiento

Hemos dado a luz a una nueva generación, pero no hay nadie a mano de la otra generación para tomar nota. Nos hemos convertido en el único pasado de nuestras/os hijas/os; esto nos ha envejecido de manera prematura.

Norma Jean Harris (Sheila Ballantyne)

Las generaciones pasadas tuvieron el lujo y el apoyo de vivir en familias muy amplias. Los abuelos estaban cerca y a veces compartían historias de su vida y de su época. Cuando los niños se sentaban a escuchar, sus padres sentían el brillo cálido del reconocimiento y de la familiaridad, y se reían para sus adentros cuando se contaban una y otra vez las viejas historias. Pero ahora, la mayoría estamos aisladas/os de las grandes familias, o no tenemos el tiempo para ellas. que ser el pasado, el presente y los guías del futuro. Somos la única familia de nuestras/os hijas/os. Tenemos Esto es agotador.

En Hawái, la gente siempre se toma tiempo para “contar historias». Podemos aprender algo de ellos.

3 de junio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Sigue tu sueño…da un paso cada vez y no te conformes con menos, simplemente continúa ascendiendo.

Amanda Bradley

Los sueños no son comunes a todas, y al mismo tiempo son especiales. Es probable que nos reservemos muchos de ellos por miedo a las burlas o a la incomprensión. Quizás en ocasiones hayamos compartido algunos sueños, los que imaginamos que podrían ser aprobados por los demás. Es posible que aquellos que nos son más cercanos y más valiosos, aquellos con los que nos sentimos más vulnerables, los guardemos sólo para nosotras pensando ingenuamente “si supieran”. Ahora creemos que nuestros sueños poseen una importante carga espiritual, que son dones que nos alientan, Así como un barco en alta mar necesita un “rumbo” hacia el cual navegar, nuestros sueños dan una dirección a nuestra vida. Quizás lo que nos desespera es que para que un sueño se haga realidad necesita de mucho tiempo y esfuerzo. Pero la vida es un proceso gradual. El éxito en cualquier área se da centímetro a centímetro, golpe a golpe, paso a paso.

Mis sueños vienen a guiarme. Daré un primer paso para hacerlos realidad.

3 de junio, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Caridad

Necesitamos tener límites sanos en lo que se refiere a recibir dinero, y a dar dinero. Algunos de nosotros damos dinero por razones inadecuadas. Quizá nos sintamos avergonzados porque tenemos dinero y no creemos merecerlo. Podemos pertenecer a una organización que usa la vergüenza como una forma de control para obligarnos a soltar nuestro dinero que la organización quiere. Podemos quedarnos atrapados en darles dinero a nuestros hijos, familiares o amigos por sentimientos de culpa justificados o injustificados. Permitimos que nos chantajeen económicamente, a veces las personas que amamos. Este no es dinero que damos libre o sanamente. Algunos de nosotros damos dinero por una necesidad de cuidar en exceso. Podemos tener sentimientos de exagerada responsabilidad por otros, incluyendo la responsabilidad económica. Podemos estar dando simplemente porque no hemos aprendido a adueñarnos de nuestro poder para decir no cuando la respuesta es no. Algunos de nosotros damos porque tenemos la esperanza o creemos que la gente nos amará si cuidamos de ella económicamente. No tenemos por qué darle dinero a nadie. Dar dinero es una elección que hacemos. No tenemos por qué permitir que se nos victimice, se nos manipule o se nos obligue para sacarnos dinero. Nosotros somos económicamente responsables de nosotros mismos. Parte de estar sano es permitir que los que nos rodean sean económicamente responsables de ellos mismos. No tenemos por qué sentir vergüenza de tener el dinero que hemos ganado; nos merecemos el dinero que se nos han pagado, cualquiera que sea la cantidad, sin sentirnos obligados a regalarlo todo, o culpables porque otros quieren lo que nosotros tenemos. La caridad es una bendición. Darla es parte de vivir sanamente. Podemos aprender a desarrollar límites sanos en cuanto a dar dinero.

Hoy me esforzaré por empezar a desarrollar límites sanos en relación con dar dinero. Comprendo que el dar es una elección mía.

 

 

 

 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre