Meditaciones 25 de agosto
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25 de agosto, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Cuando estamos en recuperación, nuestra prioridad debe consistir en conservar la ecuanimidad, antes que despertar compasión o tomar venganza.
Una visión de esperanza
Aprender lo que es aceptación, amor y compasión nos ayuda a aceptarnos sin condiciones. A medida que nuestra fe se hace más honda, también cambia nuestra concepción de lo que significa actuar de buena fe. Ya no usamos nuestra enfermedad, ni en qué punto estamos en nuestra recuperación, como coartada para justificar la mala conducta. Nuestra recuperación se enriquece constantemente con lo que aprendemos. Hacemos las paces con nosotros mismos —con todo lo que hemos ganado y perdido, con lo aprendido— y nos transformamos. Estamos agradecidos por los acontecimientos que nos llevan hasta este momento. El proceso es un poder más grande que nosotros. La recompensa de permanecer en el proceso es una sensación de paz con nosotros mismos por lo que somos.
Vivir limpios, El viaje continúa
25
de agosto
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Felicidad/Control
De
repente parecían ser tan felices como si hubieran sorprendido una mariposa en
los bosques de invierno.
Edith
Wharton
La
felicidad, como la mayoría de los procesos importantes de la vida, no puede ser
planificada. A menudo llegamos a creer que seríamos felices con sólo tener un
empleo importante, mucho dinero, la relación adecuada, hijos / a s inteligentes
y guapos/as y una casa adorable.
Cuando
alcanzamos estas metas y nos sentimos aún deprimidas en secreto, o no
totalmente llenas, inmediatamente nos preguntamos: «¿Qué es lo que hago mal?»
Hemos
hecho todo lo que se supone que nos debería aportar la felicidad y no nos
sentimos mejor. ¿En qué nos hemos equivocado? Siempre nos preguntamos a
nosotras mismas y creemos que hay algo que funciona mal en nosotras desde el
nacimiento. Nos lleva mucho tiempo detenernos y cuestionar el sistema que nos
enseñó que la acumulación y el control son los vehículos de la felicidad.
La
felicidad es un regalo. Llega como «una mariposa en los bosques de invierno».
Dejémosla que esté un rato con nosotras.
25
de agosto, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Estemos
dispuestos a reparar los daños
El
Paso Ocho está hablando de un cambio de corazón, de un cambio curativo.
Esta
actitud puede ser el principio de una gran cadena de recuperación y de curación
en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Significa que
estamos dispuestos a dejar ir nuestra dureza de corazón, uno de los más grandes
obstáculos para nuestra capacidad de dar y recibir amor.
En
el Paso Ocho hacemos una lista de toda la gente que hemos dañado, y nos
permitimos a nosotros mismos experimentar una actitud curativa hacia ellos. Es
una actitud de amor.
En
este Paso, no nos arrojamos con locura y empezamos a gritar: "¡Lo
siento!". Hacemos nuestra lista, no para sentirnos culpables, sino para
facilitar la curación. Antes de que realmente reparemos daños o empecemos a
considerar la manera apropiada de repararlos, nos permitimos a nosotros mismos
cambiar nuestra actitud. Ahí es donde comienza la curación, en nuestro
interior.
Esto
puede cambiar la energía. Puede cambiar la dinámica. Puede hacer comenzar el
proceso, antes de que abramos la boca y digamos lo siento.
Abre
la puerta del amor. Abre la puerta a la energía del amor y de la curación. Nos
capacita para llenarnos de sentimientos y energía positivos.
Esa
energía se puede sentir alrededor del mundo, y comienza dentro de nosotros.
¿Con
cuánta frecuencia, después de haber sido lastimados, deseábamos que la persona
simplemente reconociera nuestro dolor y dijera, "lo siento"? ¿Cuán
tan a menudo hemos deseado que la persona simplemente nos viera, nos escuchara
y volviera hacia nosotros la energía del amor? ¿Cuán frecuentemente hemos
anhelado por lo menos un cambio de corazón, una pequeña dosis de
reconciliación, en las relaciones manchadas por asuntos inconclusos y malos
sentimientos? Muy a menudo.
Los
otros también lo desean. Eso no es ningún secreto. La energía de la curación
comienza con nosotros. Nuestra disposición para reparar el daño puede
beneficiar o no a la otra persona; él o ella pueden o no estar dispuestos a
olvidarse del asunto.
Pero
nosotros nos curamos. Nos volvemos capaces de amar.
Hoy
trabajaré por lograr un cambio de corazón si están presentes la dureza de
corazón, la defensividad, la culpa o la amargura. Me dispondré a dejar ir esos
sentimientos y a reemplazarlos por la energía curativa del amor.
25
de agosto, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Cuando
interpretamos un solo – al igual que en otras actividades – es mucho más fácil
empezar que terminarlo.
Amelia
Earhart
En
un momento u otro la abulia nos atormenta a todas. Sin embargo, cualquier
actividad que merezca nuestro esfuerzo ha de ser realizada parte por parte, un
día a la vez. Si nos concentramos sólo en el logro del objetivo es muy fácil
que nos sintamos abrumadas. En lugar de ello, debemos concentrarnos en los
elementos individuales, y luego en uno de ellos a la vez. Un libro se escribe
palabra por palabra. Una casa se construye ladrillo a ladrillo. Un título
universitario se obtiene curso por curso.
Al
ingresar en este programa, la mayoría de nosotras había acumulado un pasado con
altibajos, gran parte del cual deseábamos negar u olvidar. Y el peso de nuestro
pasado puede poner trabas a la gran cantidad de oportunidades que el presente
nos ofrece.
Nuestro
pasado no tiene por qué determinar lo que nos propongamos hacer en el día de
hoy. Sin embargo, debemos ser realistas. No podemos cambiar un patrón de
conducta de la noche a la mañana, pero podemos iniciar el proceso. Podemos
decidirnos a lograr un objetivo razonable y manejable en este período de
veinticuatro horas. Una cantidad suficiente de días comprometidos al logro de
objetivos menores nos permitirá alcanzar cualquier meta, ya sea pequeña o
grande.
Puedo
concluir cualquier tarea que me proponga si la realizo un día a la vez. El día
de hoy se abre ante mí. Avanzaré poco a poco.
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