Meditaciones 23 de agosto
✤
23 de agosto, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
A veces, sentirás un vacío tan profundo que casi podrás sentir cómo sopla el viento por el lugar donde debería estar tu corazón. Acepta este vacío y ten en cuenta que no siempre te sentirá así, y que quedándote tranquila y asumiéndolo comenzarás a llenarlo con el calor de la autoaceptación.
OCTAVA TRADICIÓN
Codependientes
Anónimos nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicios
pueden contratar a personal especializado.
Todo esto protege el programa de forma que los
miembros de la comunidad puedan experimentar su propia recuperación espiritual.
Libro
verde de CoDa
23
de agosto
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Lucha
Sales
de ti persiguiendo la riqueza, el amor o la libertad; haces todo lo que puedes
para obtener un derecho, y, una vez que has obtenido algo de esto, no lo
disfrutas.
Oriana
Fallaci
De
vez en cuando olvidamos lo que es importante.
Luchamos
tanto tiempo para establecernos que nos volvemos adictas a la lucha. Empezamos
a pensar así, que si no estamos luchando no estamos vivas. De hecho, la
intensidad y excitación de la batalla se convierte en nuestro principal foco de
interés, y olvidamos el objetivo original.
No
hay duda de que como mujeres hemos tenido que luchar individualmente y en
grupo. Pero si nos volvemos como las personas contra las que luchamos, tal vez
descubramos que nos hemos perdido a nosotras mismas en todo este proceso.
A
veces tenemos que luchar... a veces no. La cuestión no es lo romántico de la
lucha; la cuestión es:
¿Quiénes
somos cuando empezamos a luchar?
23
de agosto, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Aunque
nuestro conocimiento de las relaciones humanas fuese cien veces más confiable
de lo que es ahora, seguiría siendo absurdo buscar soluciones prefabricadas
para los problemas de la vida en el índice de un libro.
Mirra
Komarovsky
Los
problemas que experimenta cada una de nosotras tienen las soluciones más
adecuadas dentro de sus propios parámetros. Y cada una de nosotras ha de
descubrir esas soluciones, entender sus propiedades y absorberlas en el cuerpo
de información que define quiénes somos y en quiénes estamos convirtiéndonos.
Aprendemos
experimentalmente porque sólo de esa manera nuestra realidad se ve afectada de
un modo significativo. Las experiencias de los demás son útiles para nuestro
crecimiento y nos indican lo similar que es nuestro dolor, pero cada una de
nosotras debe tomar sus propias decisiones y actuar responsablemente en su
propio interés.
¡Qué
afortunadas somos por encontrarnos en esa posición en la que podemos tomar
decisiones sanas con respecto a nuestras relaciones! Al dejar de ser víctimas
adquirimos el poder de decidir cómo y con quién usar nuestro tiempo.
Participando activamente en todas nuestras relaciones podemos descubrir muchos
de los elementos ocultos de nuestra propia naturaleza y podemos desarrollar más
plenamente las características exclusivas de nuestra personalidad. Nuestro
crecimiento como mujeres en recuperación se enriquece según sea nuestra
participación sincera en las relaciones que elegimos.
Mis
relaciones me informan quién soy. Allí se encuentran las soluciones a mis
problemas.
23
de agosto, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
El
cuidado de uno mismo
¿Cuándo
nos volveremos dignos de ser amados? ¿Cuándo nos sentiremos seguros? ¿Cuándo
tendremos toda la protección, los mimos y el amor que tanto merecemos? Lo
tendremos cuando empecemos a dárnoslo a nosotros mismos.
Más
allá de la codependencia
La
idea de darnos a nosotros mismos lo que queremos y necesitamos puede causar
confusión, especialmente si hemos pasado muchos años no sabiendo que está bien
que nos cuidemos a nosotros mismos. Quitar nuestra energía y nuestra
concentración de los demás y de sus responsabilidades y poner esa energía sobre
nosotros y nuestras responsabilidades es una conducta de recuperación que se
puede adquirir.
La
aprendemos a través de la práctica cotidiana.
Empezamos
por relajarnos, respirar profundamente y dejar ir los miedos lo suficiente para
sentirnos lo más en paz que podamos.
Luego,
nos preguntamos a nosotros mismos: ¿qué necesito hacer para cuidar de mí mismo
hoy, o en este momento?
¿Qué
necesito y qué quiero hacer?
¿Qué
demostraría amor y autorresponsabilidad? ¿Estoy atrapado en la creencia de que
los otros son responsables de hacerme feliz, de que son responsables de mí?
Entonces,
lo primero que debo hacer es corregir mi sistema de creencias. Yo soy
responsable de mí mismo.
¿Me
siento ansioso y preocupado por una responsabilidad que he estado descuidando?
Entonces, tal vez necesito dejar ir mis miedos y atender esa responsabilidad.
¿Me
siento abrumado, fuera de control? Quizás necesite volver al primero de los
Doce Pasos.
¿He
estado trabajando demasiado? Tal vez lo que necesite hacer sea darme un
descanso y hacer algo divertido.
¿He
estado descuidando mi trabajo o mis tareas cotidianas? Entonces, tal vez lo que
necesite hacer es volver a mi rutina.
No
hay una receta, una fórmula, una guía para el cuidado de uno mismo. Cada uno de
nosotros tiene una guía, y esa guía está en nuestro interior. Necesitamos
hacernos la pregunta: ¿Qué necesito hacer para cuidar amorosa, responsablemente
de mí mismo? Luego, necesitamos escuchar la respuesta. Cuidar de uno mismo no
es tan difícil. La parte más desafiante está en confiar en la respuesta, y en
tener el valor de actuar conforme a ella una vez que la hemos escuchado.
Hoy
me concentraré en cuidar de mí mismo. Confiaré en mí mismo, de modo que
pongámonos en primer lugar en la lista.
Comentarios
Publicar un comentario