Meditaciones 11 de agosto

 

 

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11 de agosto, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Nadie, jamás, debería buscar un terapeuta para otra persona.

Cuando tratamos de llevar a terapia a otro, nuestra real motivación es el propio interés, oculto bajo el disfraz de mostrarnos solidarias.


 

Cuando exploro en mi alma para ayudar a un compañero que sufre, cuando comparto en una reunión un trozo de mí mismo que de otro modo no habría compartido en un grupo, seguro que me motiva un poder superior a mí, porque yo, por mí mismo, tengo mucho miedo de contarte quién soy.

A mí, personalmente, no me gusta ponerme en situaciones comprometedoras.

Pregonar mis debilidades y mis defectos no es, de ninguna manera, mi pasatiempo favorito. Sin embargo, cuando comparto, a pesar de mí mismo y recordando la palabra anonimato, eso que oyes no soy yo hablando. Si puedo ayudar a otra persona, hoy en día elijo, con el espíritu del anonimato, entregarme completamente. Cuando elijo no esconderme, aprendo a vivir.

G. D., Texas NAWAY

11 de agosto

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Ocupaciones

Siempre estamos haciendo algo..., hablando, leyendo, escuchando la radio, planeando la próxima actividad. La mente continúa ocupada y aturdida por cualquier cosa externa, fácil e insignificante que pasa durante el día.

Brenda Ueland

¡Qué lejos vamos con tal de mantenernos apartadas de nosotras mismas! ¡Tenemos tal incapacidad de relajarnos!

Siempre hay algunas tareas más que queremos hacer. A veces, parecería como si estuviéramos asustadas de lo que podría suceder si dejásemos ociosas nuestras mentes por un momento. Llenamos cada hueco y cada grieta con actividades. En ocasiones, incluso intentamos acumular dos o más actividades a la vez, como hacer una lista de las cosas que tenemos que hacer mientras miramos el telediario, o dirigir las actividades de los/as niños/as mientras trabajamos en un informe.

Nos hemos vuelto adictas a las ocupaciones, y si no estamos ocupadas nos sentimos sin valor, perdidas e incluso asustadas.

Darme cuenta de lo ocupada que me mantengo es el primer paso. Tomar conciencia de lo impotente que soy al respecto es el segundo. El siguiente paso es reconocer que mi atareamiento permanente está afectando mi vida de manera negativa.

11 de agosto, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

La imaginación siempre ha tenido poderes de resurrección que ninguna ciencia puede imaginar

Ingrid Bengins

Dios nos transmite sus mensajes a través de nuestra imaginación. Ahí, nace la inspiración, lo mismo que los sueños. Ambos dan origen a las metas que nos impulsan a avanzar, que nos invitan a honrar esta vida que nos ha sido concedida y a ofrecer nuestra contribución, que es diferente de cualquier otra.

Nuestra imaginación nos da ideas para meditar, ideas específicas para nuestro desarrollo. Nos alienta a dar pasos únicos según nuestro momento, nuestro lugar y los dones que hemos de dar al mundo. Debemos estar alertas ante esta “voz interior”, permitirle que guíe nuestras decisiones y confiar en sus consejos. Su misión es servirnos, pero sólo nosotras podemos decidir “escucharlas”.

La imaginación nos da otra herramienta: la creencia en nosotras mismas. Y la magia de esta creencia nos da fuerza y capacidades que superan nuestras mayores esperanzas. Ambas nos preparan para realizar el esfuerzo que necesitamos hacer y manejar cualquier resultado que Dios nos haya asignado.

Hoy mi imaginación me servirá y me ofrecerá las ideas y el valor que necesito para seguir adelante.

11 de agosto, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Curación

Deja que la energía de la curación fluya a través de tu cuerpo.

La energía curativa de Dios, del universo, de la vida y de la recuperación nos rodea. Está a nuestra disposición, esperando a que la atraigamos, esperando a que la extraigamos. Está esperando en nuestras reuniones o grupos, en las palabras de una plegaria que se murmura, en un gesto gentil, en una palabra y un pensamiento positivo. La energía curativa está en el sol, en el viento, en la lluvia, en todo lo que es bueno.

Deja que venga la energía curativa. Atráela. Acéptala. Déjala que te empape. Respira la luz dorada. Exhala. Deja ir el miedo, la ira, el dolor, la duda. Deja que la energía curativa fluya hacia ti, a través de ti.Es tuya si la pides, si crees en ella.

Hoy pediré y aceptaré la energía curativa de Dios y del universo. La dejare fluir hacia mí, a través de mí, y que regrese a los demás. Yo soy parte del ciclo continuo de curación, y uno con él.

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