Meditaciones 24 de agosto
⋆⋆⋆
24
de agosto, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
La vida mejorará en relación directa con el grado de seguridad en nosotras mismas que adquiramos.
"Lo que no reconocemos en voz alta no
existe para nosotros como familia y, por lo tanto, no puede lastimarnos."
"Para la mujer que ama demasiado, su
enfermedad principal es la adicción al dolor y la familiaridad de una relación
que no es gratificante."
Libro,
Las mujeres que aman demasiado, Robin Norwood
24
de agosto
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Secretos
A
medida que aumenta la conciencia, casi disminuye proporcionalmente la necesidad
de mantener secretos personales.
Charlotte
Painter
Como
dice Isak Dinesen, «un secreto es algo feo». En el programa de los Doce Pasos
de los Alcohólicos Anónimos, solemos oír esta frase: «Estás tan enferma/o como
los secretos que mantienes.»
A
menudo se nos pasa por alto darnos cuenta de los secretos que tenemos en
nuestras vidas. Son como un cáncer silencioso que va royendo nuestras almas y
devorando nuestras relaciones. Cuando hacemos un pacto de secreto con alguna
persona, nos desprendemos de una parte de nosotras mismas. Cuando entregamos
muchas partes, somos devoradas, lo mismo que la heroína de la novela de
Margaret Atwood, La mujer comestible.
Una
parte importante de la recuperación del proceso de adicción es abandonar la
actitud de mantener secretos. Sólo cuando vivimos nuestra vida abiertamente,
aceptamos la responsabilidad de las decisiones que tomamos, y nos
responsabilizamos de nuestro comportamiento, podemos empezar a conocer la
salud.
Como
dicen los franceses, nada es tan oneroso como un secreto.
24
de agosto, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Había
muchas formas de romper un corazón. Las historias estaban repletas de corazones
destrozados por amor, pero lo que en realidad rompía un corazón era arrebatarle
su sueño, cualquiera que éste fuese.
Peral
S. Back
Si
no existe la urgencia interna de crecer no se abre ninguna puerta nueva. Los
sueños nos guían, nos alientan, nos hacen alcanzar nuevas alturas y nos dejan
momentáneamente vacías cuando se destrozan.
La
recuperación nos ha hecho más resistentes y nos ha dado una multitud de razones
para vivir. Hemos llegado a comprender que cuando un sueño ha dejado de
servirnos, abre camino para otro mejor. Nuestros sueños son nuestros maestros.
Cuando el alumno está listo, aparece un nuevo maestro.
En
el pasado, nuestros sueños no se hicieron realidad, pues no pudieron atraer
nuestra atención tanto como la conmiseración. La orientación que nos ofrecían
se perdió. Pero cada día que miramos con optimismo hacia el futuro, alejamos de
nuestra mente el fracaso del pasado.
Nuestros
sueños son como los descansos en un viaje a campo través. Nos refrescan, nos
ayudan a calcular la distancia recorrida y nos dan la oportunidad de considerar
nuestro destino.
Los
sueños y las experiencias de hoy son puntos del mapa de mi vida. No dejaré que
pasen inadvertidos.
24
de agosto, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Celebra
quién eres
Hoy
celebra quién eres. Sí, tú tienes mucho en común con los demás; pero también
eres único.
Toma
un pedazo de papel y algo con que escribir.
Ahora
apunta:
1.
Una lección que hayas aprendido de la vida.
2.
Una capacidad que tengas, por curiosa que pueda ser.
3.
Tu comida favorita.
4.
El nombre de un amigo/a al que le gustes por tu forma de ser.
5.
Una actividad con la que tú disfrutes.
Ahora,
toma el teléfono y llama a tu amigo/a. Invítalo /a una fiesta contigo. Lleva a
cabo la actividad que más te gusta: un paseo, ir a un partido de pelota
sentarte en casa a ver un video, lo que más te pueda agradar. Después prepara
tu comida favorita, o ve a un restaurante en donde te la tengan preparada.
Muéstrale a tu amigo/a tu habilidad, y recuerda que él o ella te aprecia y te
respeta por ser tú quién eres. Así que, si lo tuyo es sostener una pelota de
pimpón en la nariz, hazlo sin más. Muéstrale lo bueno que eres haciéndolo.
Háblale de las lecciones que has aprendido, e invita a tu amigo o tu amiga a
que compartan contigo esa lección aprendida.
En
vez de confundirte y preocuparte por lo diferente que eres, agradece el hecho
de ser único.
Festeja
el hecho de ser tú.
Dios,
gracias también por mí.
Comentarios
Publicar un comentario