Meditaciones 4 de diciembre

 

4 de diciembre,

La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Los cambios que realices en tu vida requieren que quienes te rodean también efectúen cambios y, naturalmente, van a resistirse. Pero, a menos que des crédito a su indignación, lo más probable será que esa resistencia no se prolongue demasiado. Se trata sólo de un intento para que retornes a tu antiguo comportamiento abnegado y hagas por ellos todo lo que puedan, y deban, hacer por sí mismos.


 

DUODÉCIMA TRADICIÓN

El anonimato es la base espiritual de todas las tradiciones, y nos recuerda que debemos anteponer los principios a las personalidades.

Es más, el anonimato es la base desde la que funcionamos en las reuniones y en los grupos, anteponiendo así los principios a las personalidades.

Libro verde de CoDa

4 de diciembre,

Meditaciones para Mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Regalos

Aprende a tomar contacto con el silencio que está dentro de ti, pues has de saber que todo en esta vida tiene un propósito. No hay errores ni coincidencias; todos los acontecimientos son bendiciones que se nos dan para que aprendamos de ellas.

Elizabeth Kubler-Ross

Nuestras vidas no discurren siempre tranquilamente.

De hecho, muchas de nosotras hemos tenido muchos traumas y luchas. Cuando estamos en medio de un periodo problemático, es difícil verlo como un regalo.

Sin embargo, desde una perspectiva amplia, cada experiencia es una oportunidad de aprendizaje.

Cuando desperdiciamos nuestra energía culpabilizando a alguien y quejándonos, estamos entregando nuestro poder a la persona a la que responsabilizamos de nuestros males. Nuestro tiempo y energía están bien empleados cuando nos detenemos y nos preguntamos: «¿Cuál es la parte que me corresponde en esta situación y qué tengo que aprender de ella?» Al hacerlo, no nos estamos culpabilizando a nosotras mismas. No estamos culpabilizando a nadie en absoluto. Nos estamos abriendo a escoger cualquier aprendizaje que se nos presente. Es en este proceso en donde nos volvemos completas.

Tal vez no me guste siempre la envoltura del regalo, pero es el regalo lo que cuenta.

4 de diciembre,

Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

 Quiero sentir que formo parte de las cosas, del gran ir y venir, sin aislarme ni perderme nada, como la niña a quien mandan a dormir temprano.

Joanna Field

Sentirnos fuera de la acción sin dejar de mirar, desear atraer la atención y tener miedo de ser notadas; sin duda, estos recuerdos son comunes a la mayoría de nosotras. Quizás aún luchemos con nuestra autopercepción, pero podemos alegrarnos, pues hemos dejado de ahogar nuestros estados de ánimo. Si bien aún nos resulta difícil conectarnos con las personas que nos rodean, esto ha dejado de ser imposible si confiamos en el programa.

Hay un método infalible para ser parte de la acción. En realidad, sólo exige un pequeño esfuerzo. Simplemente podemos mirar con amor a alguien cercano a nosotras y abrir nuestros corazones con atención sincera. Cuando hacemos que alguien se sienta especial, nosotras también nos volvemos especiales.

La recuperación es capaz de ayudaros a transcender los límites de nuestro ego. La confianza en que nuestras vidas están bajo el cuidado amoroso de Dios, como quiera que lo entendamos, nos libera de la necesidad de comportarnos en forma egoísta. Podemos liberarnos de nosotras mismas ahora que Dios está al mando y descubrir que nos hemos incorporado a la acción.

Abriré mi corazón y me uniré con todo lo que rodea.

4 de diciembre,

El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Dejar ir

“¿Cuánto debemos dejar ir?”, me preguntó una amiga un día.

“No estoy segura”, le contesté, “pero tal vez todo”.

Dejar ir es un proceso espiritual, emocional, mental y físico, y a veces un misterioso proceso metafísico de soltarle a Dios y al universo aquello a lo que nos estamos aferrando tanto.

Dejamos ir nuestro agarrarnos de la gente, de los resultados, de las ideas, sentimientos, deseos, necesidades, de todo. Dejemos ir nuestro tratar de controlar nuestro progreso en la recuperación. Sí, es importante reconocer y aceptar lo que queremos y lo que queremos que suceda. Pero es igualmente importante que a continuación lo dejemos ir.

Dejar ir es la parte de acción de la fe. Es una conducta que le da permiso a Dios y al universo de enviarnos lo que nos toca tener.

Deja ir significa que reconozcamos que aferrarnos con tantas fuerzas no nos está ayudando a resolver el problema, a cambiar a la persona o a obtener el resultado que deseamos. No nos está ayudando a nosotros. De hecho, aprendemos que el aferrarnos a veces nos impide obtener lo que queremos y necesitamos. ¿Quiénes somos nosotros para decir que las cosas no están ocurriendo exactamente como necesitan suceder?

Hay magia en el dejar ir. A veces obtenemos lo que queremos poco después de que lo hemos dejado ir. A veces lleva más tiempo. A veces el resultado específico que deseamos no ocurre. A veces sucede algo mejor.

Dejar ir nos libera y nos conecta con nuestra Fuente. Dejar ir crea el ambiente óptimo para los mejores resultados y soluciones posibles.

Hoy me relajaré. Dejare ir lo que más me está perturbando. Confiaré en que, al dejarlo ir, he empezado a poner las ruedas en movimiento para que las cosas se resuelvan de la mejor manera posible.

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