Meditaciones 25 de diciembre

 

Feliz Navidad

25 de diciembre,

La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Para comenzar en serio a recuperarse, antes debes aprender a guardar silencio.Luego, aprende a ser silenciosa.Cuando sepas oír, sentir y conocer el silencio, sabrás oír, sentir y conocer a Dios.

 


Navidad, año nuevo, cumpleaños y aniversarios arrojan a muchas personas dentro de las marañas de la autocompasión. Podemos aprender a reconocer esa antigua inclinación para concentrarnos en la tristeza nostálgica, o mantener en circulación una letanía de lo que hemos perdido, de la gente que nos desprecia, y de los pequeños que nos sentimos al compararnos con los ricos y los poderosos. Para contrarrestar esto, añadimos al otro lado del libro mayor nuestra gratitud por la salud, por las personas amadas que nos rodean, por nuestra habilidad para dar amor, ahora que vivimos en la sobriedad. Y nuevamente, el balance mostrará utilidades.

Viviendo Sobrio

25 de diciembre,

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Capacidad de conexión

Dios no conoce la distancia.

Charleszetta Waddles

¡Qué lejos parecemos estar a veces de cualquier Poder Superior! Simplemente no podemos conectar con un poder más grande que nosotras y perdemos fe en su existencia. Es importante recordar que la distancia está dentro de nosotras. Somos las primeras en habernos apartado de este poder superior y de ese estado de conexión. Él no se ha alejado de nosotras. El estar siempre corriendo de un lado para otro, nuestro estado de permanente ocupación, nuestro constante cuidar de los demás y nuestro trabajo compulsivo deja poco tiempo y energía o ninguno en absoluto para que pueda entrar alguien o algo. Pero cuando nos detenemos y nos damos cuenta, la conexión con este poder más grande que nosotros está siempre ahí. Nunca nos ha dejado. Nosotras nos hemos dejado.

La distancia es mía. El potencial de conexión también es mío.

25 de diciembre,

Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Lo que sufrimos, lo que soportamos…lo hacemos nosotras mismas, individualmente y en privado.

Louise Bogan

Podemos ponernos en lugar de los demás. Y hallaremos a alguien que haga lo mismo con nosotras.

Pero nadie más que nosotras podemos compartir, entender y comprender realmente nuestro dolor en su parte más profunda. Cada una de nosotras se resigna en soledad a su tristeza, a su desesperación e incluso a su culpa.

El hecho de saber que no estamos solas en nuestro sufrimiento alivia las dificultades que cada una debe afrontar. No hemos sido segregadas, de eso podemos estar seguras. Si recordamos que nuestros retos nos proporcionan las lecciones que necesitamos en la escuela de la vida, éstas se vuelven más aceptables. Con el tiempo, y a medida que progrese nuestra recuperación, incluso esperaremos esos retos con avidez, considerándolos como las verdaderas y emocionantes oportunidades para las que fuimos creadas.

El sufrimiento propicia los cambios necesarios para nuestro crecimiento espiritual y nos impulsa hacia Dios como ninguna otra experiencia, dándonos comprensión, alivio y una seguridad inconmovible. No es fácil considerar que el sufrimiento es un don. Y no tenemos por qué entenderlo plenamente, sin embargo, con el tiempo su valor en nuestras vidas se aclarará.

No me cuidare de los retos de la vida.

Celebraré la función que cumplen en mi crecimiento.

25 de diciembre,

El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Las festividades

A veces, las festividades navideñas están llenas de la alegría que asociamos a esa época del año. La temporada fluye. Hay magia en el aire.

A veces, las fiestas de Navidad pueden ser difíciles y solitarias.

He aquí algunas ideas que he aprendido a través de la experiencia personal y de la práctica, para ayudarnos a superar las fiestas difíciles:

Lidia con los sentimientos, pero trata de no morar indebidamente con ellos. Pon las festividades en perspectiva: un día festivo es un día entre 365. Podemos superar cualquier periodo de veinticuatro horas.

Pasa el día, pero mantente consciente de que puede haber una reacción post-día festivo. A veces, si usamos nuestras conductas de supervivencia para pasar el día, los sentimientos nos embargaran al día siguiente. Manéjalos también. Vuelve al camino lo antes posible.

Encontremos y apreciemos el amor que esté a nuestra disposición, aunque no sea exactamente lo que queramos. ¿Hay alguien a quien podamos darle amor y recibir amor de esa persona? ¿Amigos en recuperación? ¿Hay una familia que disfrutaría de compartir este día de fiesta con nosotros? No seas un mártir, ve. Puede haber algunos que apreciarían nuestro ofrecimiento de compartir con ellos nuestro día.

No somos de la minoría si nos encontramos experimentando una festividad poco ideal. Cuán fácil, pero falso, decirnos a nosotros mismos que el resto del mundo está experimentando una festividad perfecta y que sólo nosotros estamos en conflicto.

Nosotros podemos crear nuestro propio programa para este día festivo. Cómprate un regalo. Encuentra a alguien a quien le puedas dar. Dale rienda suelta a tu parte amorosa, cariñosa y entrégate al espíritu de la Navidad.

Tal vez las navidades pasadas no hayan sido maravillosas. Tal vez la de este año tampoco lo haya sido. Pero el año que entra puede ser mejor, y el que sigue mucho más. Trabaja por lograr una vida mejor, que satisfaga tus necesidades. Antes que pase mucho tiempo, la tendrás.

Dios, mío, ayúdame a disfrutar y a apreciar este día de fiesta. Si mi situación no es la ideal, ayúdame a tomar lo bueno de ella y a dejar ir el resto.

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