Meditaciones 13 de diciembre

 

 

13 de Diciembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Cuando ya no amamos demasiado, aquellos amigos con quienes antes nos habíamos quejado interminablemente pueden ahora parecernos obsesivos y enfermizos. La miseria compartida, con criterio para justificar una amistad, es reemplazable por intereses mutuos más gratificantes. De manera que lo que frecuentemente ocurre es que, a medida que cambian nuestras maneras de relacionarnos con los otros, también cambia nuestro círculo de amistades.

 




DUODÉCIMA TRADICIÓN

El anonimato es la base espiritual de todas las tradiciones, y nos recuerda que debemos anteponer los principios a las personalidades.

Tenemos la oportunidad única de escuchar y trabajar con personas que tienen el mismo objetivo.

Libro verde de CoDa

 

13 de Diciembre

Meditaciones para Mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Devenir

Uno no nace siendo mujer, sino que se llega a ser mujer.

Simone de Beauvoir

Vivimos una sociedad que pone tanto énfasis en la juventud, la apariencia y en lo atractivo que tenemos modelos de verdadera feminidad.

Sin que sepamos cómo se llega a ser mujeres, de repente se espera de nosotras que lo seamos y que tengamos la sabiduría y la estatura moral de una mujer.

En una sociedad que sabe poco sobre lo que es un proceso, existe la presunción de que una es una niña pequeña y de repente se convierte en una mujer. En nuestra cultura sexualizada, convertirse en mujer casi siempre está ligado a nuestra sexualidad. La verdadera fertilidad es mucho más que poder tener una actividad sexual y producir bebes. La verdadera feminidad es el proceso progresivo de reunir todo lo que tenemos que aportar como personas a nosotras mismas y a los que nos rodean.

Estoy siendo una mujer. Es un proceso, no un estado.

13 de Diciembre, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

A través de los campos puedo ver el brillo de tu sonrisa y en mi corazón sé que estás ahí. Pero la angustia que siento me hace más difícil salvar esa distancia.

Deidra Sarault

Cuando reflexionamos acerca de nuestras vidas percibimos muchos recovecos incómodos. Pero están ahí y esa incomodidad facilita el entendimiento. Descubrimos que la seguridad que anhelábamos ha estado siempre con nosotras. Todo lo que necesitábamos hacer era entrar en el recoveco con confianza.

Es posible que el miedo nos abrume cuando enfrentamos cualquier problema, cualquier tarea nueva, cualquier ambiente desconocido. En esos momentos nos sentimos solas. Pero tenemos la alternativa, ahora y siempre, de invitar al espíritu de Dios a que comparta con nosotras el espacio que ocupamos. Cuando estamos en armonía con el espíritu Divino, ningún problema y ninguna tarea supera nuestra capacidad para manejarlos.

Nuestras vidas se facilitarán en proporción directa a nuestra fe en que Dios está aquí, haciéndose cargo de cada una de nuestras preocupaciones, asignándonos las experiencias que necesitamos para crecer. Liberémonos de nuestra angustia, de nuestras dudas y nuestros miedos. El triunfo eterno está a nuestro alcance.

Permitiré que los rostros sonrientes que hoy encuentre me den la seguridad de que todo va bien.

13 de Diciembre, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Dar

No tengas miedo de dar.

Durante un rato, quizá necesitemos abstenernos de dar mientras aprendemos a discernir la diferencia entre dar sanamente y cuidar en exceso, lo cual nos deja sintiéndonos victimados y a los otros, resentidos. Esto es temporal. Para estar sanos, para hacer la parte que nos toca en esta forma espiritual de vida, para ser parte del infinito ciclo del universo, guiado por nuestro Creador, necesitamos dar y recibir. Ambas partes son importantes. ¿Qué es dar sanamente? Es una conducta bien definida que cada uno de nosotros debe tratar de entender. Es dar de manera que nos sintamos bien y que no nos deje con la sensación de haber sido victimados. Es dar de manera que tanto el que da como el que recibe queden con la estima en alto. Es dar basándose en el deseo de hacer en vez de dar a partir de un sentimiento de culpa, de lástima, de vergüenza o de obligación. Es dar sin condiciones. O es dar basándose en un trato limpio, directo. Ya sea que se trate de dar nuestro tiempo, esfuerzo, energía, consuelo, cariño, dinero o de darnos nosotros mismos, es un dar que podemos permitirnos. Dar es parte de la cadena del dar y recibir. Podemos aprender a dar sanamente; podemos aprender a dar con amor. Necesitamos mirar bien cómo damos, para asegurarnos de no cruzar la línea de lo que ya es cuidar excesivamente a los demás. Pero necesitamos aprender a dar de manera que nos funcione a nosotros y que le funcione a los demás.

Hoy, Dios mío, guíame en mi forma de dar. Ayúdame a darles sanamente a los demás. Ayúdame a dar lo que sienta correcto, lo que sienta bien, lo que sienta limpio y lo que esté dentro de mi capacidad.

 

 

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