Meditaciones 3 de diciembre

 

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3 de diciembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Cuando menos necesario te es un compañero, mejor compañera te vuelves tú misma, y más sana será la pareja que se sienta atraída por ti (y que te atraiga).


 

DUODÉCIMA TRADICIÓN

El anonimato es la base espiritual de todas las tradiciones, y nos recuerda que debemos anteponer los principios a las personalidades.

La Duodécima Tradición clarifica que CoDA es un programa espiritual, y que el “anonimato es la base espiritual de nuestras Tradiciones”

Libro verde de CoDa

3 de diciembre

Meditaciones para Mujeres que hacen demasiado,

Anne Wilson Schaef

Libertad

Tenemos que establecer contacto con nuestra propia ridiculez liberadora y practicar el ser anticonvencionales inofensivas.

Sarahj. Mccarthy

Para mí, libertad significa ser quien soy. Se supone que las mujeres profesionales deben llevar el pelo corto y bien arreglado. Yo tengo el pelo largo y le dejo su caída natural. Es inofensivo... y soy yo misma. Desde luego, es liberador ser «ridícula» y anticonvencional inofensiva.

Una vez tenía que dar una conferencia en la universidad para las mujeres y el personal de la facultad a la hora del almuerzo. Durante mi discurso, pregunté si había un código sobre la manera de vestirse. Inmediatamente se me aseguró que los/as estudiantes podían vestirse como quisieran. Les dije que me refería a las mujeres que trabajaban allí. Todas estaban vestidas de la misma manera: traje de chaqueta, blusas y una especie de corbata. La única anticonvencional era una mujer que ¡tenía un fruncido en la falda!

Libertad es poder escoger la manera de vestirse que se acomoda más a nuestra personalidad y que nos sienta bien. Ésta es una manera de expresar lo que somos.

3 de diciembre, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

En ocasiones, dos hermanas pueden compartir el mismo sendero. Una puede ayudar a la otra o traicionarla ¿Triunfarán o fracasarán?

Louise Bernikov

Otras mujeres comparten nuestra lucha. Cuando tratamos a nuestras amigas como hermanas y compañeras de peregrinaje, descubrimos la gran alegría que nos proporciona nuestra ayuda mutua. Oramos a fin de obtener la sabiduría para liberarnos de nuestra inseguridad y de nuestra rivalidad con otras mujeres,

La rivalidad no es buena, pues nos lleva a olvidar nuestras cualidades únicas. Cada una de nosotras es la mejor del mundo en una cosa: en ser ella misma. Cuando compitamos, debemos mantener una perspectiva equilibrada y pensar positivamente acerca de nosotras, ganemos o perdamos. Estamos haciendo la mejor carrera que podemos; dejemos de considerar a las demás mujeres como rivales. Son nuestras hermanas y ellas también lo están haciendo lo mejor que pueden.

Hoy oraré para lograr la serenidad que me permitirá ver cuándo mis hermanas tengan en su corazón la misma ruta que yo.

3 de diciembre,

El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Desarrollemos una sana tolerancia

Muchos de nosotros somos diestros en negar y en menospreciar aquello que nos duele. Podemos soportar una situación en particular, diciéndonos a nosotros mismos repetidamente que no es tan mala; que no deberíamos ser tan exigentes; de que cambiará cualquier día de éstos; que deberíamos de ser capaces de vivir con ella; que no nos fastidia; que la otra persona no tenía esa intención; que no nos duele; que quizá simplemente seamos nosotros.

Podemos pelear y discutir con nosotros mismos acerca de la realidad y de la validez de nuestro dolor, de nuestro derecho a sentirlo y a hacer algo acerca de él.

A menudo toleraremos demasiado, o tanto que nos pondremos furiosos y nos rehusaremos a tolerar nada más.

Podemos aprender a desarrollar una sana tolerancia.

Lo hacemos fijando límites sanos y confiando en que nos adueñamos de nuestro poder con la gente. Podemos disminuir nuestro dolor y sufrimiento validándonos y prestándonos atención a nosotros mismos.

Podemos trabajar por acortar el tiempo entre que identificamos la necesidad de fijar un límite y emprender una acción clara, definida.

No estamos locos. Algunas conductas de veras nos agobian. Algunas conductas son verdaderamente inadecuadas, enojosas, hirientes o abusivas.

No tenemos por qué sentirnos culpables por cuidar de nosotros mismos una vez que hemos identificado un límite que se debe fijar. Veamos la experiencia como un experimento de adueñarnos de nuestro poder para establecer límites nuevos, sanos, para nosotros mismos.

No tenemos por qué sentirnos culpables, o disculparnos, o dar explicaciones luego de haber fijado un límite. Podemos aprender a aceptar lo embarazoso e incómodo que es fijar límites con la gente.

Podemos establecer nuestros derechos a establecer estos límites.

Podemos darle espacio a la otra persona para explorar sus sentimientos; podemos darnos espacio a nosotros mismos para tener nuestros sentimientos, mientras batallamos para adueñarnos de nuestro poder y creamos relaciones buenas, que funcionen.

Una vez que podamos confiar en nuestra capacidad para cuidar de nosotros mismos, desarrollaremos una sana y razonable tolerancia hacia los demás.

Dios mío, ayúdame a empezar a esforzarme por tener límites sanos y por desarrollar una sana tolerancia hacia mí mismo y hacia los demás.

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