Meditaciones 27 de diciembre
27 de diciembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
El hecho de que asumas la responsabilidad de ti misma y tu felicidad proporciona a tus hijos una gran libertad, ya que se han sentido culpables y responsables de tu desdicha (cosa que hacen habitualmente). Para un niño es imposible equilibrar los platillos de la balanza, o retribuir la deuda, cuando uno de sus padres ha sacrificado su vida, su felicidad y su realización en aras de su hijo o de la familia. Ver a su progenitor encarar la vida en su totalidad da al niño permiso para hacer otro tanto, tal como verlo sufrir le indica que la vida es mero sufrimiento.
DUODÉCIMA
TRADICIÓN
El
anonimato es la base espiritual de todas las tradiciones, y nos recuerda que
debemos anteponer los principios a las personalidades.
Cuando
cumplimos con el concepto del anonimato, “anteponemos los principios a las personalidades”
Libro
verde de CoDa
27
de diciembre
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Dilaciones
Cuando
sigo dejando algo de lado, tal vez no se trate de una dilación o un
aplazamiento, sino de una decisión que ya he tomado pero que no acabo de
reconocer ni admitir.
Judith
M. Knowlton
Contrariamente
a la creencia popular, las adictas al trabajo no son personas que estamos
haciendo continuamente algo. Solemos estar tan ocupadas y tan cansadas de
trabajar, que muchas veces nos hundimos en un pantano de dilaciones. Sabemos
que hay cosas que tienen que ser hechas, pero cuanto más pensamos en ellas más
pesadas nos sentimos. En ocasiones parece que no podemos sacar nuestro cuerpo
de la cama, levantar nuestro brazo o sostener una pluma estilográfica.
Simplemente
no podemos forzarnos hacer nada más. Por supuesto, cuando se pasa esta especie
de letargo, nos hundimos en negros periodos de autoculpabilización.
En
dichos periodos, es importante recordar que aplazar cosas es parte de nuestra
enfermedad y que somos impotentes respecto a ella. Sólo cuando admitimos esta
impotencia, reconocemos que nos volvemos dementes con nuestras dilaciones,
vemos que un poder mayor que nosotras puede hacernos recobrar la cordura, y
dirigimos nuestra voluntad y nuestra vida hacia ese poder, podemos comprobar
que hemos tomado una decisión y conseguimos admitir que esa decisión es
nuestra.
Ciertamente
complico mi vida en algunas ocasiones.
Por
fortuna, existe otra manera de hacer las cosas.
27
de diciembre, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo
comienzo:
Necesitamos
algo en qué creer, algo que pueda entusiasmarnos sinceramente.
Ana
Seneshs
La
vida nos ofrecerá poco si nos sentamos pasivamente en el centro de la
actividad. Si pretendemos crecer, la participación es un requisito
indispensable. Para lograr los propósitos de nuestra vida necesitamos
entusiasmo; y también lo necesitamos para recibir el día con fe. Cuando la
esperanza hacia el nuevo día nos inunda, nos abrimos a todas las posibilidades
de actuar.
Si
pretendemos madurar emocionalmente y recuperarnos espiritualmente, debemos
reaccionar según nuestras posibilidades. Si observamos pasivamente la vida
desde la orilla, nos resultará imposible progresar más allá de nuestro nivel
presente. Comenzamos a cambiar una vez que empezamos a vivir de acuerdo con
nuestro compromiso con el programa, con sus posibilidades y con nuestro
propósito, y es ese cambio el que nos llevará a superar el punto de vista
pasivo y negativo que manteníamos en el pasado.
El
programa nos ha dado algo en qué creer. Ya no somos las mujeres que solíamos
ser. ¡Cuánto hemos progresado! La recuperación de cada día nos acerca nos
acerca cada vez más al cumplimiento de nuestro propósito en la vida.
Creo
en mi propia recuperación; cuando creo en el éxito, lo encuentro. Creer es algo
mágico.
27
de diciembre, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Cerca
de la cumbre. Sé que estás cansado. Sé que te sientes
agobiado. Quizá sientas que esta crisis, este problema, esta época difícil
durará para siempre.
No
será así. Estás casi del otro lado.
No
sólo piensas que ha sido duro; ha sido duro. Se te ha probado, se te ha
examinado y se te ha vuelto a probar acerca de lo que has aprendido.
Tus
creencias y tu fe han sido probadas con fuego. Has creído, luego has dudado,
luego has trabajado por creer algo más. Has tenido que tener fe, aunque no
pudieras ver o imaginar aquello en lo que se te ha pedido creer. Quizá algunos
de los que te rodean hayan tratado de convencerte de no creer en lo que tú
esperabas poder creer.
Has
tenido oposición. No has llegado hasta este sitio con un apoyo total y con
alegría. Has tenido que trabajar duro, a pesar de lo que estaba sucediendo a tu
alrededor.
A
veces, lo que te motivaba era la ira; a veces, el miedo.
Las
cosas salieron mal, más problemas de los que anticipaste. Te topaste con
obstáculos, frustraciones y molestias en el camino. Tú no planeaste que esto
fuera de la manera como se desenvolvió. Gran parte de esto ha sido una
sorpresa; algo de ello no ha sido para nada lo que tú deseabas.
Sí
ha sido bueno. Una parte de ti, la parte más profunda que sabe la verdad, lo ha
presentido todo el tiempo, aunque tu cabeza te dijera que las cosas eran una
locura, que no había un plan ni un propósito, que Dios se había olvidado de ti.
Han
pasado tantas cosas, y cada incidente –el más doloroso, el más perturbador, el
más sorprendente-tiene una relación. Estás empezando a verlo y a sentirlo así.
Nunca
soñaste que las cosas sucederían de esta manera, ¿no es así?
Pero
así ocurrieron. Ahora estás aprendiendo el secreto, tenía que ocurrir de esta
manera, y esta manera es buena, mejor de lo que tú esperabas.
Tampoco
creíste que esto se tardaría tanto, ¿no es cierto? Pero se tardó. Has aprendido
la paciencia.
Nunca
pensaste que podrías tenerlo, pero ahora sabes que lo tienes.
Se
te ha conducido. Fueron muchos los momentos en que pensaste que habías sido
olvidado, cuando estabas convencido de haber sido abandonado. Ahora sabes que
se te estaba guiando.
Ahora
las cosas se están acomodando en su lugar. Estás casi al final de esta fase, de
esta parte difícil del camino. La lección es casi completa. Tú sabes, la
lección contra la que luchaste, te resististe, e insististe que no podrías
aprender. Sí, ésa. Ya casi la has dominado.
Se
te ha cambiado desde dentro hacia fuera. Se te ha llevado a un nivel diferente,
a un nivel superior, a un nivel mejor.
Has
estado escalando una montaña. No ha sido fácil, pero escalar montañas nunca es
fácil. Ahora estás cerca de la cumbre. Un momento más y la victoria será tuya.
Afloja
los hombros. Respira profundo. Sigue adelante con confianza y en paz. Está
llegando el momento de que paladees y disfrutes todo aquello por lo que has
luchado. Se está acercando ese momento, por fin.
Ya
sé que has pensado antes que se estaba acercando el momento, sólo para darte
cuenta de que no era así. Pero ahora está llegando la recompensa. Tú lo sabes,
también. Puedes sentirlo.
Tu
lucha no ha sido en vano. Por cada esfuerzo en este viaje, hay un clímax, una
resolución.
La
paz, la alegría, abundantes bendiciones y una recompensa son tuyos aquí en la
Tierra. Disfrútalas.
Habrá
más montañas, pero ahora ya sabes cómo escalarlas. Y has aprendido el secreto
de qué hay en la cumbre.
Hoy
aceptaré el lugar donde estoy y continuaré yendo hacia adelante. Si estoy en
medio de una experiencia de aprendizaje, me permitiré continuar con la fe de
que vendrá el día de la maestría y de la recompensa. Ayúdame, Dios mío, a
entender que, a pesar de mis mejores esfuerzos para vivir en apacible
serenidad, hay épocas en que hay que escalar montañas. Ayúdame a dejar de crear
caos y crisis y ayúdame a enfrentar los retos que me harán seguir arriba y
adelante.
Comentarios
Publicar un comentario