Meditaciones 17 de diciembre
17 de diciembre,
La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
La recuperación comienza cuando nos volvemos deseosas de canalizar toda la energía y el esfuerzo que antes utilizábamos en fomentar nuestra enfermedad, en llevar adelante nuestra recuperación.
DUODÉCIMA
TRADICIÓN
El
anonimato es la base espiritual de todas las tradiciones, y nos recuerda que
debemos anteponer los principios a las personalidades.
El
anonimato da seguridad porque crea un ambiente en el que podemos hablar con
menos miedo a ser juzgados o mencionados.
Libro
verde de CoDa
17
de diciembre,
Meditación
para las mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Curación
Te
diré lo que he aprendido por mí misma. A mí me ayuda un paseo de siete u ocho
kilómetros. Y hay que hacerlo sola y cada día.
Brenda
Ueland
La
curación requiere tiempo. Es un asunto de día a día. Algunos acontecimientos
traumáticos de nuestra vida exigen una curación física, emocional y/o
espiritual, y, a veces, tenemos que dejar que se curen las esquirlas, los
desconchones y las abolladuras del vivir de cada día. Hacer el trabajo que
hacemos y mantener las cosas con coherencia cobran su impuesto.
Cuando
necesitamos esos momentos de curación, no hay nada mejor que un buen paseo. Es
sorprendente cómo los movimientos rítmicos de los pies y de las piernas están
tan íntimamente ligados a limpiar las telarañas del cerebro. Tenemos que dar un
paseo largo, porque durante un buen momento seguimos pensando en nuestros
problemas. A medida que pasa el tiempo, éstos se disipan, permitiendo que
empiece la curación, y entonces ya no estamos concentradas en nuestros
pensamientos.
Cuando
mis talones tocan tierra, estoy curando mis heridas.
17
de diciembre,
Meditación
Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Da
al mundo lo mejor que tengas, y a cambio recibirás lo mejor.
Madeleine
Bridge
En
alguna medida y en algún momento, cosechamos lo que sembramos. Nuestro respeto
por los demás hará que éstos nos respeten. Cuando expresamos nuestro amor lo
recibimos multiplicado por diez. La amabilidad con la que saludemos a los demás
les hará más fácil relacionarse con nosotras. Obtenemos de los demás lo que les
damos, si no en este momento y en este lugar, en algún otro. Podemos estar
seguras de que nuestros mejores esfuerzos hacia nuestros semejantes no pasarán
desapercibidos. Y podemos calcular lo que recibiremos de acuerdo con lo que
hayamos dado.
Uno
de los principales elementos de nuestra recuperación es la manera en que nos
concentremos en nuestra conducta y la seriedad con la que realizamos nuestros
inventarios: observémonos a nosotras mismas, a la forma en que recurrimos a los
demás y en la que nos relacionamos con ellos, veremos que media un gran abismo
entre nuestro comportamiento actual y el que mostrábamos cuando ingresamos en
el programa. La mayoría de nosotras nos obsesionábamos con lo que él me hizo o con lo que ella me dijo y les pagábamos con la misma
moneda.
¡Qué
emocionante es saber que podemos suscitar una conducta amable comportándonos
amablemente! Tenemos un gran control sobre el flujo y el reflujo de nuestra
vida. Siempre podemos controlar nuestra conducta. Por ello, nunca tenemos que
sorprendernos por las condiciones de nuestra existencia.
Recibimos
lo que damos. Buscaré oportunidades para ser amable y percibiré los resultados.
17
de diciembre,
El
lenguaje del adiós de Melody Beattie
Consintámonos
a nosotros mismos
Muchos
de nosotros hemos estado tan privados de consentimientos que pensamos que esto
es tonto o es una autoindulgencia. Consentirse ni es tonto ni es
autoindulgente; es la forma como nos demostramos amor a nosotros mismos. Por
eso es por lo que nos estamos esforzando en la recuperación, por una relación
amorosa con nosotros mismos que funcione, para que podamos tener relaciones
amorosas que funcionen con los demás.
Cuando
nos sentimos heridos, nos preguntamos a nosotros mismos qué necesitamos hacer
para ayudarnos a sentirnos mejor. Cuando nos sentimos solos, buscamos a alguien
que sea seguro. Sin sentir que somos una carga, le permitimos a esa persona
darnos su apoyo.
Descansamos
cuando nos sentimos cansados; comemos cuando tenemos hambre; nos divertimos o
nos relajamos cuando nuestro espíritu lo necesita. Consentirnos significa que
nos demos regalos, ir al salón de belleza o a la peluquería, un mensaje, un
libro, un abrigo, un traje o un vestido nuevos. Significa un largo baño
caliente para olvidarnos de nuestros problemas y del mundo por unos breves
momentos cuando eso nos siente bien.
Aprendemos
a ser amables con nosotros mismos para abrirnos al consentimiento que los demás
tienen para darnos.
Como
parte del consentirnos a nosotros mismos, nos permitimos dar y recibir contacto
físico positivo, un contacto que nos parezca apropiado, que sintamos seguro.
Rechazamos el contacto que no nos hace sentir bien o seguros y que no es
positivo.
Aprendemos
a darnos a nosotros mismos lo que necesitamos de una manera suave, amorosa,
compasiva. Hacemos esto en el entendimiento de que hacerlo no nos hará gente
floja, echada a perder, egoísta o narcisista. La gente que se consiente es
efectiva en su trabajo y en sus relaciones.
Aprendemos
a sentirnos tan amados por nosotros mismos que realmente podemos amar a los
demás y dejarles que nos amen.
Hoy
me consentiré a mí mismo. También estaré abierto al consentimiento que pueda
darles a los demás y a recibir por parte de ellos.
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