Meditaciones 29 de diciembre
29 de diciembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Los hechos que van teniendo lugar a lo largo de la vida pueden ser o no bienvenidos, pero ya sean afortunados o desafortunados, sólo podremos discernirlos con la perspectiva que otorga el tiempo.
Dignidad
Empezamos a vivir una vida más espiritual.
Dejamos de pensar tanto en lo que vamos a sacar, incluso de la
recuperación, y empezamos a ver cómo podemos contribuir. Las cosas que hacemos
para sostener y nutrir nuestro espíritu se vuelven hábitos; hasta puede que
incluso las esperemos con ganas. Descubrimos que tenemos la libertad de elegir
la manera de enfocar cualquier situación de nuestra vida. Dejamos de refunfuñar
por las pequeñas dificultades como si fueran grandes tragedias. Somos capaces
de ir con la cabeza bien alta, con dignidad, y mantenemos íntegros
independientemente de lo que nos depare la vida. A medida que empecemos a
sentimos más cómodos con nuestro ser espiritual, aumentará el deseo de reparar
nuestras relaciones. En el Octavo Paso empezamos ese proceso.
Guía
para trabajar Los Pasos de NA
29
de diciembre,
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Conciencia
del proceso
El
destino continúa haciéndose.
Anua
Loos
Nuestras
vidas no son como piedras. La vida, como las flores, continúa desarrollándose.
Tenemos opciones y decisiones que tomar todo el tiempo.
Ciertamente
hemos sido influenciadas por nuestro pasado y por las muchas fuerzas que nos
han afectado durante nuestros años de formación, Pero tenemos la capacidad de
modificar nuestro presente y nuestro futuro.
El
destino es un proceso que continúa emergiendo.
Lo
mismo que aceptamos lo que somos, tenemos la posibilidad de convertirnos en
personas diferentes. Ésta es la paradoja de la vida y de estar vivas.
Cuando
puedo dejar que ocurra la vida, me siento mejor. Cuando puedo participar en los
acontecimientos de mi vida, me animo de nuevo.
La
vida se hace viviéndola. El proceso de la vida continúa sucediendo.
29
de diciembre, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo
comienzo:
La
amabilidad y la inteligencia no siempre nos libran de las trampas y de las
emboscadas. No hay forma de lograr que las relaciones humanas dejen de ser
peligrosas.
Barbara
Grizzuti Harrison
Para
escapar a la soledad necesitamos establecer relaciones con otras personas. Sin
embargo, éstas no nos garantizan que nos liberaremos del dolor. Para alimentar
una relación significativa con otro ser humano necesitamos paciencia, aun
cuando no la sintamos. Necesitamos actuar de manera desinteresada incluso en
los momentos en los que nuestro propio ego reclame nuestra atención.
Con
todo, necesitamos establecer relaciones con los demás, pues nos dan
inspiración. Las relaciones nos enseñan lo que somos y lo que podemos llegar a
ser, al tiempo que favorecen nuestros logros y alientan nuestra creatividad y
nuestro desarrollo emocional y espiritual.
Miremos
a nuestro alrededor con atención y sintámonos favorecidas aún en una situación
negativa. Toda situación puede hacernos dar un paso positivo hacia delante.
Toda situación tiene como objetivo nuestro propio bien.
Las
relaciones humanas son arriesgadas y, con frecuencia, el riesgo produce dolor.
Pero mi crecimiento está garantizado y encontraré la felicidad que busco.
El
día de hoy tenderé mis brazos a alguien.
29
de diciembre, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Vayamos
hacia adelante
Aprender
el arte de la aceptación. Causa muchísima pena.
Libro
Ya no seas codependiente
A
veces, como parte del cuidar de nosotros mismos, llega el momento de terminar
ciertas relaciones. A veces, llega el momento de cambiar los parámetros de una
relación en particular.
Esto
es cierto en el amor, con las amistades, con la familia y en el trabajo.
Las
rupturas y los cambios en las relaciones no son fáciles. Pero a menudo, son
necesarios.
A
veces nos aferramos a relaciones que están muertas, por miedo a estar solos o
para posponer el inevitable proceso de pena que acompaña a las rupturas. A
veces necesitamos aferrarnos un tiempo, para prepararnos, para ponernos
suficientemente fuertes y preparados para manejar el cambio.
Si
eso es lo que estamos haciendo, podemos ser suaves con nosotros mismos. Es
mejor esperar hasta el momento en que actuar nos parezca sólido, claro y
consistente.
Sabremos
cuando hacerlo. Lo sabremos. Podemos confiar en nosotros mismos.
Saber
que una relación está cambiando o que está a punto de terminar es una situación
incómoda, especialmente cuando aún no es tiempo de actuar, pero sabemos que se
acerca el momento. Puede ser embarazoso e incómodo, a medida que se cierra la
lección. Podemos volvernos impacientes por cerrarla, pero aún no nos sentimos
con fuerza para hacerlo. Eso está bien. El momento todavía no es el correcto.
Algo importante aún está sucediendo. Cuando sea el momento preciso, podemos
confiar en que ocurrirá. Recibiremos la fuerza y la capacidad para hacer lo que
necesitamos hacer.
Terminar
relaciones o cambiar los límites de una relación en particular no es fácil.
Requiere valor y fe. Requiere de una disposición de parte nuestra para cuidar
de nosotros mismos, a veces para quedarnos solos una temporada.
Deja
ir el miedo. Entiende que el cambio es una parte importante de la recuperación.
Amate lo suficiente para que hagas lo que necesites hacer para cuidar de ti
mismo, y encuentra la suficiente confianza para creer que volverás a amar de
nuevo.
Nunca
estamos volviendo a empezar. En la recuperación estamos yendo hacia delante en
una progresión de lecciones perfectamente planeada.
Nos
encontramos con cierta gente –en el amor, en la familia, con los amigos, en el
trabajo- cuando necesitamos estar con ella. Cuando hayamos dominado la lección,
seguiremos adelante. Nos encontraremos en un nuevo lugar, aprendiendo nuevas
lecciones, con gente nueva.
No,
las lecciones no son dolorosas. Llegaremos a ese lugar donde podremos aprender,
no a partir del dolor, sino de la alegría y el amor.
Nuestras
necesidades serán satisfechas.
Hoy
aceptaré el lugar donde me encuentro en mis relaciones, aunque ese lugar sea
difícil e incómodo. Si estoy en medio de una ruptura, la enfrentaré y aceptaré
mi pena. Dios mío, ayúdame a confiar en que el sendero en que me encuentro ha
sido perfecta y amorosamente planeado para mí. Ayúdame a creer que mis
relaciones me están enseñando lecciones importantes. Ayúdame a aceptar y a
tener gratitud por las relaciones a medias, por las que terminan y por los
nuevos comienzos.
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