Meditaciones 9 de julio

 

 

9 de julio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

La verdadera recuperación tiene lugar cuando dejamos de ver el problema como algo que está fuera de nosotras y dentro del otro.

 


 

SÉPTIMA TRADICIÓN

Cada grupo debe ser autónomo económicamente. Nos negamos a recibir contribuciones exteriores

Si una persona hace demasiado, esto hace que otras personas no tengan la misma participación. Y a la inversa, si una persona no hace nada, esto carga al resto del grupo. Hacer nuestra parte individual en el servicio, como guiados por nuestro Poder Superior, respalda la Séptima Tradición.

Libro verde de CoDA

 

9 de julio

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Entusiasmo

Se necesita algo en lo que creer, algo en lo que se pueda poner todo el entusiasmo a corazón pleno.

Necesitamos sentir que la vida tiene un sentido, de que se nos necesita en el mundo.

Hannah Senesh

Hace varios años tomé una decisión drástica. Decidí que sólo trabajaría en aquello que me entusiasmase. Yo era psicoterapeuta, conferenciante, y dirigía seminarios prácticos. Esta decisión me aterrorizó, puesto que yo era madre sin pareja y tenía responsabilidades económicas.

Decidí no aceptar a ningún/a cliente que no me entusiasmase.

No daría ninguna conferencia ni dirigiría ningún seminario práctico o taller por el dinero, el prestigio o el ego. Sólo haría lo que me pareciera justo hacer.

Sólo haría las cosas que me parecieran intuitivamente relacionadas con el sentido y propósito de mi vida. Yo temía acabar siendo una marginada, una mujerzuela y morirme de hambre, a pesar de que ingresaba más dinero que antes desde que tomé esta decisión. Todavía vivo mi vida basada en esta decisión.

No digo que esto funcione para todo el mundo, pero ha funcionado para mí.

9 de julio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Por supuesto, la fortuna influye en los asuntos humanos, pero la conducta es mucho más importante.

Jeanne Detourbey

Es muy común que nos hallemos ante el siguiente dilema: ¿Cuál es la mejor acción que podemos emprender en cierta situación? Si miramos en nuestro interior y permitimos que nuestra conciencia dirija nuestra conducta, recibiremos la orientación adecuada para cualquier situación. En las reuniones hemos oído con frecuencia que, siempre que lo necesitamos, escucharemos un mensaje de Dios, ya sea a través de nuestra consciencia o de las palabras de nuestros amigos. De esta forma, jamás tendremos dudas y nuestra conducta será irreprochable; todo lo que tenemos que hacer es escuchar.

Una conducta adecuada otorga grandes oportunidades a quienes las buscan. La conducta de la cual podemos sentirnos orgullosas parece atraer bendiciones a nuestra vida. Nuestra buena fortuna es en realidad un don de Dios y es proporcional a nuestra disposición a actuar correctamente hacia los demás en toda situación.

Uno recibe lo que da, sencillamente. Nuestra conducta vuelve a nosotras, muchas veces multiplicada. En nuestros encuentros con los demás tendremos numerosas oportunidades de decidir cuál es la mejor conducta, según la circunstancia concreta. No debemos olvidar que nuestra conducta genera las respuestas que recibimos.

9 de julio, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Gasta de más y gasta de menos

Yo solía darle unas palizas mortales a mi marido con mi tarjeta de crédito. Me hacía sentir que tenía algún control, alguna manera de desquitarme de él.

Anónimo

Me pasé diez años comprándome de todo en las ventas de garaje. Ni siquiera me compré un par de zapatos nuevos. Todo ese tiempo que me estuve privando, mi esposo se la pasaba apostando en el juego, especulando en negocios arriesgados y haciendo lo que le daba la gana con el dinero. Aprendí que cuando tomé la decisión de que merecía tener las cosas que quería, y tomé la decisión de comprar algo que quería, había suficiente dinero para hacerlo. No se trataba de ser frugal; se trataba de privarme a mí misma y ser una mártir.

Anónimo

Comprar compulsivamente o gastar en exceso nos puede dejar un sentimiento temporal de poder o satisfacción, pero al igual que otras conductas fuera de control, tiene predecibles consecuencias negativas.

Gastar de menos nos puede dejar sintiéndonos víctimas también. Hay una diferencia entre gastar responsablemente y la privación del mártir. Hay una diferencia entre tratarnos bien económicamente a nosotros mismos y gastar en exceso. Podemos aprender a discernir la diferencia. Podemos desarrollar hábitos de gasto responsables que reflejan una alta autoestima y amor hacia nosotros mismos.

Hoy lucharé por lograr el equilibrio en mis hábitos de gastar. Si estoy gastando en exceso, me detendré y lidiaré con lo que está ocurriendo en mi interior. Si estoy gastando de menos o me estoy privando, me preguntaré a mí mismo si eso es necesario y qué es lo que quiero.

 

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