Meditaciones 18 de julio
⚘⚘⚘
18 de julio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Cuando hemos sido heridas y no estamos curadas, tendemos a ser peligrosas.
SÉPTIMA TRADICIÓN
Cada grupo debe ser autónomo económicamente. Nos
negamos a recibir contribuciones exteriores
Los
grupos son autónomos, en parte, cuando:
·
las reuniones / los grupos pagan por el espacio que ocupan
·
las reuniones / los grupos hacen donaciones a la estructura de servicio de CODA
(comunidad / intergrupo / estatal / regional / nacional, mundial)
· los miembros del grupo comparten
experiencia, fortaleza y esperanza.
·
se cubren los puestos de servicio
·
los puestos de servicios son rotativos.
Libro verde de CoDA
18 de julio, Meditación Diaria para Mujeres,
libro: Cada día un nuevo comienzo:
Ten el valor
de actuar en lugar de reaccionar.
Marlene Larson Jenks
Al darnos
tiempo de elegir cuidadosamente nuestras reacciones ante las situaciones que
nos encontramos adquirimos la libertad de tomar decisiones adecuadas para
nosotras. Si lo decidimos, podemos hacer que nuestra conducta impulsiva se
convierta en parte de nuestro pasado. Esa conducta casi nunca fue la reacción
más favorable para nuestro bienestar.
La toma de
decisiones nos levanta la moral, pues nos da la oportunidad de ejercitar
nuestros poderes personales y ello es indispensable para el sano desarrollo de
nuestro ego. Debemos tomar decisiones cuidadosamente e inteligentes porque
definirán aún más nuestro carácter. Cada acción que emprendemos refleja
claramente a las personas en las que estamos convirtiéndonos. Cuando elegimos
dichas acciones en forma consciente y deliberada por ser adecuadas para
nosotras, controlamos plenamente el proceso que nos convierte en las personas
que decidimos ser.
Nuestros
actos revelan quiénes somos ante nosotras y ante los demás. No tenemos por qué
proyectar una imagen inexacta de nosotras mismas. Sólo tenemos que darnos
tiempo y ser lo suficientemente valientes para comportarnos exactamente como lo
decidamos. Cuando lo consigamos, conoceremos una nueva libertad.
Ejerceré mi poder de actuar y sentiré la plenitud
de mi ser.
18 de julio, El lenguaje del adiós de Melody
Beattie
Tiempo para enojarse
Ya es tiempo
de que te enojes, sí, de que te enojes mucho.
La ira puede
ser una emoción tan potente, atemorizante.
También
puede ser un sentimiento que nos guíe hacia importantes decisiones, a veces
decisiones difíciles de tomar. Puede ser señal de los problemas de otras
personas, de nuestros problemas, o simplemente de problemas que debemos
enfrentar.
Negamos
nuestra ira por una serie de razones. No nos damos permiso para permitir que
aflore en nuestra conciencia, al principio.
Entiende que
la ira no desaparece; se asienta en capas bajo la superficie, esperando a que
estemos listos, a que nos sintamos seguros y que estemos lo suficientemente
fuertes para lidiar con ella.
Lo que
solemos hacer en vez de encarar nuestra ira y lo que ésta nos está diciendo
acerca del cuidado de uno mismo, es sentirnos dolidos, victimados, atrapados,
culpables e inseguros acerca de cómo cuidar de nosotros mismos. Podemos
aislarnos, negar, dar pretextos y esconder la cabeza en la arena, por un
tiempo.
Podemos
castigar, desquitarnos, levantarnos y preguntarnos.
Podemos
perdonar repetidamente a la otra persona por conductas que nos lastiman.
Podemos temer que alguien se aleje si enfrentamos la ira que sentimos hacia él
o ella. Podemos temer que tengamos que alejarnos nosotros si nos enfrentamos a
nuestra ira.
Podemos
simplemente tener miedo de nuestra ira y de la potencia de ésta. Podemos no
saber que tenemos derecho, una responsabilidad incluso –para con nosotros
mismos- de permitirnos sentir nuestra ira y aprender de ella.
Dios mío, ayuda a que afloren mis sentimientos de
ira ocultos o reprimidos. Ayúdame a tener el valor para encararlos. Ayúdame a
comprender cómo debo cuidar de mí mismo con la gente hacia la cual siento ira.
Ayúdame a dejar de decirme a mí mismo que algo anda mal conmigo cuando la gente
me victimiza y me siento enojado por la victimización. Puedo confiar en que mis
sentimientos son señal de que existen problemas que necesitan mi atención.
18 de julio
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado,
Anne Wilson Schaef
Impotencia
He
descubierto que puedo acortar mi semana laboral hasta llegar a las quince horas
por semana, y que todavía puedo seguir siendo una adicta al trabajo.
Michelle
Para las
adictas al trabajo, a las prisas y a estar siempre ocupadas, nos es casi
imposible admitir que somos impotentes respecto a nuestra enfermedad. Con
lentitud y, frecuentemente, con dolor tomamos conciencia de que simplemente no
podemos parar, incluso aunque quisiéramos hacerlo. Si no estamos ocupadas
haciendo algo, nos sentimos ansiosas y sin valor. Hemos organizado nuestras
vidas en torno al trabajo y simplemente no podemos parar. Esto es impotencia.
Nos damos cuenta progresivamente de que nuestro estado de ocupación permanente
y nuestro trabajo interfieren en nuestras vidas. Nuestras vidas se vuelven
ingobernables.
Hay
demasiadas cosas por hacer.
Para
nosotras es difícil admitir la impotencia, porque podemos hacer más que los
demás y estamos orgullosas de tener todo bajo control. A medida que nos hacemos
conscientes de que nuestro control es un descontrol, tal vez estemos listas
para empezar un camino de recuperación de nuestras vidas.
Sólo reconociendo mi impotencia respecto a mi
trabajo y a mi estado de ocupación permanente puedo empezar a curarme.
Comentarios
Publicar un comentario