6 de julio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Niégate a considerarte la víctima de una relación. Asume que has participado por completo en cada uno de los juegos que han tenido lugar.


 

Orientación para Nuestras Vidas

Descubrimos que recibimos orientación para nuestras vidas en la medida que dejamos de hacer peticiones a Dios para que nos la otorgue de acuerdo con nuestros términos.

* * *

Al rezar, pedimos sencillamente que durante el día Dios ponga en nosotros la mejor comprensión de Su voluntad que podamos tener en ese día, y que nos conceda la gracia para cumplirla.

* * *

Existe un encadenamiento directo entre el examen de sí mismo, la meditación y la oración. Tomadas separadamente, esas prácticas pueden traer mucho alivio y beneficio. Pero cuando están lógicamente relacionadas y entrelazadas, el resultado es una base firme para la vida.

DOCE Y DOCE

1. pág. 111 - 2. pág. 109 - 3. pág. 105

Como Lo Ve Bill

6 de julio

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

El Perdón/Enmiendas

Le dolían los pechos y los brazos con la belleza de su propio perdón.

Meridel Le Sueur

Dolerme algo perdonándome es aceptarme totalmente a mí misma. Todas necesitamos el perdón. En nuestra enfermedad hemos dañado a las personas que estaban más cerca de nosotras. Éste es uno de los aspectos más dolorosos de las enfermedades de adicción: herimos a las personas que más queremos. Y nos herimos a nosotras mismas cuando herimos a las personas que amamos. Cuando nos preparamos para rectificar con los demás, primero tenemos que rectificar hacia nosotras mismas y perdonarnos por los errores que hemos cometido. Sólo entonces podemos estar realmente preparadas para rectificar con los demás.

Sin duda, existe una gran belleza en el perdón de nosotras mismas. Podemos ser directas y sin ostentación en nuestro propio perdón.

Tengo necesidad de perdón. Tengo necesidad de perdonarme a mí misma.

6 de julio, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Paso Siete

Con humildad le pedimos a Dios que nos liberase de nuestros defectos.

Paso Siete de Al-anón

En los pasos Seis y Siete del programa nos disponemos a dejar ir nuestros defectos de carácter: asuntos, conductas, viejos sentimientos, penas no resueltas y creencias que nos están bloqueando la alegría que nos pertenece. Luego, le pedimos a Dios que nos libere de ellos.

¿No es sencillo? No tenemos que retorcernos para hacernos cambiar. No tenemos que forzar el cambio. Por una sola vez, no tenemos que “hacerlo nosotros mismos". Lo único que tenemos que hacer es luchar por una actitud de disposición y de humildad. Lo único que tenemos que hacer es pedirle a Dios lo que queremos y necesitamos, y luego confiar en que hará por nosotros lo que nosotros no podemos hacer y no tenemos que hacer por nosotros mismos.

No tenemos que esperar con el aliento entrecortado cómo y cuándo cambiaremos. Este no es un programa de hágalo usted mismo. Este milagroso y eficaz programa ha logrado la recuperación y el cambio en millones de personas, nosotros también hemos cambiado al trabajar los Pasos.

Hoy, Dios mío, ayúdame a someterme a la recuperación y al proceso por medio del cual seré cambiado. Ayúdame a concentrarme en el Paso que necesito. Ayúdame a hacer mi parte, a relajarme, y a permitir que ocurra el resto.

6 de julio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Ella suponía que la paz era un estado relacionado con cierta disposición del alma, una disposición a recibir el don que sólo es posible mediante el desapego de uno mismo.

Elizabeth Goudge

Para muchas de nosotras, el egoísmo, egocentrismo y el individualismo son sentimientos habituales. Hemos juzgado al mundo y a todas sus personas y situaciones según la forma en que su existencia afecta a la nuestra. Nos hemos ligado a él o a ella o a una situación dada, tan firmemente como el ancla al bote. La mayoría de nosotras aprendimos en nuestra primera infancia a interpretar la conducta de los demás, y determinamos nuestro valor de acuerdo con ella.

Ahora que somos adultas nos esforzaremos por interpretar las acciones de los otros esperando encontrar aceptación, lo cual significa que siempre somos vulnerables y que exponemos nuestro “yo” al capricho de otros “yos” igualmente vulnerables. Lo que buscamos es la paz y la serenidad. Pensamos que, si los demás nos aceptan y nos aman, estaremos en paz y conoceremos la serenidad. Una lección importante que debemos aprender en esta vida es que tendremos paz cuando nos unamos firmemente a nuestro Dios. La paz, el bienestar y una serena alegría acompañarán cada uno de nuestros pasos si dejamos nuestro vulnerable yo al cuidado de Dios y sólo al cuidado de Dios. Ya no tenemos por qué preocuparnos por el yo que tratamos de proyectar, pues éste será tratado con cuidado.

La paz me espera hoy. Recurriré a Dios y sólo a Dios para saber que todo va bien, que soy todo lo que necesito ser.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre