Meditaciones 26 de julio

 

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26 de julio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Debe existir confianza en algo más grande que nosotras y que la relación en sí para poder bienamar libre y profundamente.


 

SÉPTIMA TRADICIÓN

Cada grupo debe ser autónomo económicamente. Nos negamos a recibir contribuciones exteriores

El servicio puede ser el principio de un viaje que nos saque del aislamiento y una oportunidad de poner en práctica el relacionarnos de una manera sana como miembros del grupo.

 

Libro verde de CoDA

26 de julio

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Confianza

La naturaleza nos ha creado con la capacidad de conocer a Dios, de vivirlo.

Alice Walker

A menudo pensamos que tenemos que esforzarnos para conocer a Dios y que tenemos que tener expertos que nos enseñen cómo conocer nuestro Poder Superior.

Qué maravillosa sorpresa es descubrir de repente que la capacidad de conocer a Dios y de conectar con nuestro Poder superior actúa dentro de nosotras, y darnos cuenta de que en lugar de tener que trabajar esta conexión, sólo tenemos que admitir que existe. Tal vez hayamos perdido nuestra conciencia de nuestra relación con nuestro Poder Superior, pero la conexión nunca ha cesado. Ocurría simplemente que nuestra conciencia había disminuido y se había oscurecido.

Tengo todo lo que necesito dentro de mí para conocer y experimentar mi Poder Superior. Todo lo que tengo que hacer es salir de mi rutina.

26 de julio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Deseamos que los hechos se ajusten a nuestras ideas preconcebidas. Cuando no lo hacen, es más fácil ignorar los hechos que cambiar dichas ideas.

Jessamyn West

Para vivir en forma plena y creativa y aportar lo que sólo a nosotras nos corresponde aportar, debemos ser totalmente perceptivas ante las resonancias de cada momento. Incluso anticiparnos a lo que podría suceder puede predisponer nuestra mente y nuestro nivel de consciencia. Las ideas preconcebidas obnubilan nuestros sentidos y evitan que la situación real se materialice plenamente. Y sólo en el ahora, momento a momento, encontramos las señales que necesitamos para avanzar en el sendero elegido por nosotras.

Cuanto más cómodas nos sintamos con el Tercer Paso, entregando diariamente nuestra vida y nuestra voluntad al cuidado de Dios, tanto más gratificante serán nuestras experiencias. Veremos también que nuestras aportaciones serán mayores. Las ideas preconcebidas acerca de cualquier situación, persona o experiencia debilitan la magia y la profundidad del momento. Y sólo podemos darnos plenamente cuando estamos en armonía con lo que el momento nos ofrece. Nuestra sociedad con Dios vive ahora, según avanzamos en este momento.

Veré cada momento con ojos de niña.

Hallaré alegría y contento.

26 de julio, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Adueñémonos de nuestro poder

¿No lo ves? no tenemos por qué sentirnos tan victimados por la vida, por la gente, por las situaciones, por el trabajo, por nuestros amigos, por nuestras relaciones amorosas, por nuestra familia, por nosotros mismos, por nuestros sentimientos, por nuestros pensamientos, por nuestras circunstancias.

No somos víctimas. No tenemos que ser víctimas. ¡De eso es de lo que se trata!

Sí, admitir y aceptar la impotencia es importante. Pero ése es un primer paso, una introducción a este asunto de la recuperación.

Luego, viene el adueñarnos de nuestro poder. Cambiar lo que podamos. Esto es tan importante como admitir y aceptar la impotencia. Y hay tanto que podemos cambiar.

Podemos adueñarnos de nuestro poder, dondequiera que vayamos, dondequiera que estemos, con quienquiera que estemos. No tenemos que quedarnos ahí parados con las manos atadas, con un desamparo rastrero, sometiéndonos a cualquier cosa que venga. Hay cosas que podemos hacer. Podemos hablar. Resolver el problema. Usar el problema para motivarnos a hacer algo bueno por nosotros mismos.

Podemos hacernos sentir bien a nosotros mismos. Podemos alejarnos.

Podemos regresar en nuestros propios términos. Podemos defendernos.

Podemos rehusarnos a dejar que los otros nos controlen y nos manipulen.

Podemos hacer lo que necesitamos hacer para cuidar de nosotros mismos. Esa es la belleza, la recompensa, la corona de la victoria que se nos da en este proceso llamado recuperación. ¡De eso es de lo que se trata!

Si no podemos hacer nada respecto de la circunstancia, podemos cambiar nuestra actitud. Podemos hacer un trabajo interior: encarar valientemente nuestros asuntos para no ser victimados. Se nos ha dado una milagrosa llave para la vida. Ya no somos víctimas, a menos que queramos serlo. La libertad y la alegría son nuestras si las tomamos, si las sentimos, por el duro trabajo que hemos realizado.

Hoy me recordaré a mí mismo tan frecuentemente como sea necesario que no soy una víctima, y que no necesito ser victimado por ninguna cosa que me venga. Trabajaré duro para quitarme la máscara de víctima, ya sea que esto signifique fijar un límite y hacerlo respetar, alejarme, lidiar con mis sentimientos o darme a mí mismo lo que necesito. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de sentirme victimado.

 

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