Meditaciones 23 de julio
❁❁❁
23 de julio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Convertimos las relaciones afectivas prácticamente en una religión, dejando a sus pies las cargas más pesadas de ser un ser humano.
No tiene sentido que le pidamos a otro ser humano lo que deberíamos pedir a Dios.
SÉPTIMA TRADICIÓN
Cada grupo debe ser autónomo económicamente. Nos
negamos a recibir contribuciones exteriores
Para ilustrar el problema de una reunión que no está siendo totalmente
autosuficiente, toma esto en cuenta:
Un miembro de un grupo pidió que se diera dinero cada año a un grupo de
CODA de la comunidad con el fin de ayudar a llevar el mensaje a la comunidad.
Dado que no había pautas en CODA para este tipo de asuntos, la conciencia de
grupo inicial de CODA del grupo de la comunidad decidió que, si ésa era su
voluntad, así se haría. Las preguntas que surgieron en cuanto a lo que hacer
con este dinero (gastarlo, ahorrarlo, cuánto gastar, pasarlo), desviaron al
grupo de ser completamente autónomos, como lo había sido antes del legado. Con
este ejemplo, llegamos a creer que el legado había afectado la responsabilidad
del grupo de ser autónomos.
Libro verde de CoDA
23 de julio
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado,
Anne Wilson Schaef
Aceptación/autoconfianza
Un
descubrimiento chocante, dado que esas ciento cuarenta y tres mujeres tenían un
coeficiente intelectual normal, fue su falta de confianza en sus capacidades y
la creencia de que su parte intelectual era efímera o no estaba desarrollada.
Carol Tomlinson-Keasey
La
gente ha dicho que el movimiento de las mujeres es la única revolución en la
que la avanzadilla del enemigo está en nuestras propias mentes (lo cual no
quiere decir que tengamos que pensar en términos de enemigos).
Nos
gusta pensar que las mujeres hemos superado nuestra programación negativa y que
realmente nos sentimos bien con nosotras mismas. Entonces leemos un estudio
como el realizado por Carol Tomlinson- Keasey y sentimos una profunda tristeza
por un grupo de mujeres inteligentes que no creen en ellas mismas ni en sus
capacidades.
Somos
conscientes de que esas mujeres que desconfían de sí mismas y de su intelecto,
en el fondo, no son muy diferentes a nosotras mismas.
Tal
vez mostremos un buen frente, pero sabemos que todavía quedan escondidos esos
pequeños miedos nimios de que quizá no seamos lo suficientemente buenas.
Me pongo triste cuando las mujeres no se valoran a
sí mismas. Me pongo triste cuando no me valoro a mí misma. Me permitiré sentir
mi tristeza.
23 de julio, Meditación Diaria para Mujeres,
libro: Cada día un nuevo comienzo:
Pues
ésta es la sabiduría: vivir y aceptar lo que el destino a los Dioses nos dé.
Laurence Hope
No
podemos controlar los sucesos de nuestra vida, pero sí nuestra actitud ante
ellos. Hoy tendremos muchas oportunidades de reaccionar positiva o
negativamente ante las circunstancias en las que nos encontremos. Consideremos
que cada una de ellas tiene algo especial para nosotras.
Las
expectativas positivas, tanto acerca de las actividades planeadas como de las
espontáneas, influirán sobre el curso de las mismas, sobre nuestra
participación en él y sobre nuestra interacción con las demás personas
involucradas. Una actitud positiva parece suscitar experiencias positivas. En
otras palabras, atraemos a nuestra vida aquello que esperamos. ¿Con cuánta
frecuencia nos levantamos furiosas, sintiéndonos retrasadas cuando el día no ha
hecho más que empezar, impacientes con nuestros hijos, “preparadas” para algún
altercado en el trabajo, el cual generalmente se presenta?
La
Oración de la Serenidad nos ofrece todo el conocimiento y toda la sabiduría que
necesitamos. Aceptemos lo que ha de ser, cambiemos lo que podamos y no
confundamos uno con otro. Hagamos un inventario de nuestras actitudes. ¿Estamos
haciéndonos cargo de ellas? Nuestra actitud es algo que sí podemos cambiar.
Hoy no me dejaré atrapar por una actitud negativa.
Aceptaré el reto de cambiar el rumbo de mi vida.
23 de julio, El lenguaje del adiós de Melody
Beattie
Forzar a que suceda algo
Deja de tratar que suceda algo.
Dejar
de hacer, tanto si esto te está desgastando o con ello no estás logrando los
resultados deseados. Deja de pensar tanto en ello. Deja de preocuparte por
ello. Deja de estar tratando de forzar, de manipular, de obligar o de hacer que
suceda. Hacer que sucedan las cosas es controlar. Podemos tomar una acción
positiva para ayudar a que sucedan las cosas. Podemos hacer nuestra parte. Pero
muchos de nosotros hacemos más que nuestra parte.
Sobrepasamos
los límites de cuidar y hacer nuestra parte y nos embarcamos en una conducta
controladora, coercitiva, de cuidar excesivamente a los demás.
Controlar
es autoderrotista. No funciona. Al ofrecernos demasiado para hacer que suceda
algo, de hecho, podemos estar impidiendo que ocurra.
Haz
tu parte relajadamente, con armonía, en paz. Luego, déjalo ir.
Simplemente
déjalo ir. Oblígate a dejarlo ir si es necesario. "Actúa como si".
Pon tanta energía en dejarlo ir como las has puesto en tratar de controlar.
Obtendrás mucho mejores resultados.
Puede
que no suceda. Puede ser que ocurra de la manera como nosotros queríamos y
esperábamos. Pero nuestra conducta controladora tampoco hubiera logrado que
sucediera.
Aprende
a dejar que las cosas sucedan, porque así ocurrirá, de todas maneras. Y
mientras esperamos a ver qué sucede, estaremos más felices y también lo estarán
quienes nos rodean.
Hoy dejaré de forzar a que sucedan las cosas. En
vez de ello, permitiré que las cosas ocurran de manera natural. Si me sorprendo
tratando de forzar eventos o de controlar a la gente, me detendré y descubriré
una manera de desapegarme.
Comentarios
Publicar un comentario