Meditaciones 30 de julio

 

 

30 de julio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

La principal ayuda que podemos recibir proviene de un enfoque más centrado en el tema, de manera que es importante que encontremos un programa al que asistan otros que comparten nuestro problema.

Con un programa de recuperación, ya no tendremos necesidad de revivir nuestra infancia en nuestras relaciones adultas.


 

SÉPTIMA TRADICIÓN

Cada grupo debe ser autónomo económicamente. Nos negamos a recibir contribuciones exteriores

¿Qué es para mí demasiado servicio? En qué

sentido puede ser perjudicial?

Libro verde de CoDA

30 de julio

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Contradicciones

¿Cómo puede ser que siempre veas las trampas que atrapan a las demás y después caigas en ellas?

Norma Jean Harris (Sheila Ballantyne)

Gran parte de nuestras vidas está formada por contradicciones flagrantes. Juramos que nunca seremos como nuestras madres, y después nos encontramos desafinando la misma nota. Sabemos que no queremos manipular a nadie, y después nos pillamos haciéndolo.

Parecemos ver tan claro «afuera», mientras que «dentro» es un lío. Calma, todo forma parte del proceso de adicción. Se llama rechazo. Trascender el rechazo en lo que sucede realmente en nuestras vidas es el primer paso de la recuperación.

Tal vez lo que percibimos «fuera» es lo que necesitamos ver «dentro». Lo comprobaré.

30 de julio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

El potencial creativo del ser humano es la imagen de Dios.

Mary Daly

La presencia de Dios está dentro de nosotras, ahora y siempre, aunque la mayor parte del tiempo nos sintamos solas, alienadas, asustadas y olvidadas. Con frecuencia pasamos por alto la presencia de Dios porque no la reconocemos. Nuestros talentos, nuestros deseos y nuestras búsquedas son la prueba – la única prueba que necesitamos una vez que lo hemos comprendido – de que Dios está presente en nosotras y a nuestro alrededor todo el tiempo.

Muchas de nosotras no desarrollamos todo nuestro potencial creativo, quizás porque tenemos una definición muy rígida de lo que es la creatividad. Somos creativas. Todas y cada una de nosotras lo somos. Y debemos serlo, porque la presencia de Dios se encuentra aquí y ahora. Cuando decidimos permitirle que nos guíe, podemos ofrecer nuestros propios dones únicos al mundo de amigos que nos rodean. Para alentar nuestra creatividad y la de los demás, quizás debamos romper con nuestros viejos hábitos. Pero con toda seguridad debemos dejar de obstruir nuestro propio camino. Asimismo, hemos de entregarnos plenamente a la experiencia del momento y debemos confiar en que la presencia de Dios nos impulsará a entregar nuestro don especial.

En este momento, Dios vive dentro de nosotras.

En este momento soy creativa y me favorecen dones únicos.

Moraré en el momento presente y los ofreceré guiada por el Dios que está en mi interior.

30 de julio, El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Acepta la impotencia

Desde que era niña, he tenido una relación antagónica con una importante parte emocional de mí misma: mis sentimientos. Constantemente he tratado, ya sea de ignorar, reprimir o forzar mis sentimientos a que se alejen. He tratado de crear sentimientos no naturales o de forzar a que se alejen sentimientos que estaban presentes.

He negado que estaba enojada, cuando de hecho estaba furiosa. Me he dicho a mí misma que algo estaba mal conmigo por sentirme enojada, cuando la ira era la respuesta razonable y lógica para la situación.

Me he dicho a mí misma que las cosas no me dolían, cuando me dolían muchísimo. Me he contado a mí misma historias tales como "esa persona no tenía la intención de lastimarme"... "él o ella no saben actuar de otra manera"..."necesito ser más comprensiva". El problema era que yo ya había sido demasiado comprensiva con la otra persona y no tan comprensiva y compasiva conmigo misma.

Y no sólo he estado en guerra con los sentimientos grandes; he luchado contra todo el aspecto emocional de mí misma. He tratado de usar energía espiritual, energía mental e incluso el agotamiento físico para no sentir lo que necesitaba sentir para estar sana y viva.

No tuve éxito en mis intentos por controlar las emociones. El control emocional ha sido una conducta de supervivencia para mí. Puedo darle gracias a esa conducta por ayudarme a atravesar muchos años y situaciones en las que no tenía opciones mejores. Pero he aprendido una conducta más sana: aceptar mis sentimientos. Estamos hechos para sentir. Parte de nuestra disfunción es tratar de negar eso o de cambiarlo. Parte de nuestra recuperación significa aprender a dejarnos ir con la corriente de lo que estamos sintiendo y con lo que nuestros sentimientos están tratando de decirnos. Somos responsables de nuestras conductas, pero no tenemos que controlar nuestros sentimientos. Podemos dejar que se den. Podemos aprender a abrazar, a disfrutar y a experimentar –sentir- nuestra parte emocional.

Hoy dejaré de tratar de forzar y controlar mis emociones. En vez de ello, le daré poder y libertad a mi parte emocional.

 

 



Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre