Meditaciones 2 de octubre

 

2 de octubre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

¿Serás capaz, tal como alquimista luchando por extraer oro a partir de metales básicos, de buscar aquello que es precioso entre los aspectos más monótonos y poco estimulantes de tu vida?

Si eso es así, habrás de encontrarlo allí, aguardando tu descubrimiento consciente.


 

DÉCIMA TRADICIÓN

Coda no tiene opinión sobre asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente, su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas.

La Décima Tradición le da a CoDa una directriz clara– CoDa no tiene opinión sobre asuntos ajenos.

Libro verde de CoDA

 

2 de octubre

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Devenir/hacerse vieja

No nos hacemos mejores o peores al envejecer, sino que somos más nosotras mismas.

Mary Lamberton Becker

Una vez encontré a una mujer de unos sesenta años que compartía la maravillosa revelación que había supuesto para ella el que su pelo se hubiera vuelto blanco.

«Puedo poner mis ideas totalmente en orden como quiero», decía, «y no me viene toda esa extraña energía sexual de los hombres como cuando era más joven».

Otra mujer de unos cincuenta años me hacía la confidencia de que uno de los secretos mejor guardados de esta cultura era lo que ella llamaba el «entusiasmo posmenopáusico». «Yo pensaba que era una persona muy activa antes de la menopausia», murmuraba con un aire de conspiración, «y míreme ahora».

Éstas son mujeres que obviamente habían escogido permitir que el proceso de envejecer facilitara el convertirse más plenamente en ellas mismas.

A medida que disminuyen las demandas de falsificarnos, podemos concentrarnos más fácilmente en ser la persona que siempre hemos querido ser.

2 de octubre, El Lenguaje del adiós, Melody Beattie

Lidiemos con la familia

Hay muchos caminos para el cuidado de uno mismo con las familias.

Algunas personas eligen cortar el contacto con los familiares durante un tiempo. Otras escogen permanecer en contacto con los familiares y aprender diferentes conductas. Algunos se desconectan por un tiempo y luego regresan lentamente sobre una base diferente. No hay una manera perfecta de lidiar con nuestros familiares en la recuperación. A cada uno de nosotros le corresponde escoger un camino que se adapte a nosotros y a nuestras necesidades en un momento dado.

La idea que es nueva para nosotros en la recuperación es que podemos elegir. Podemos fijar los límites que necesitemos establecer con los miembros de la familia. Podemos escoger un camino que nos funcione a nosotros, sin sentimientos de culpa ni de obligación, ni con una indebida influencia de cualquier fuente, incluyendo a los profesionales de la recuperación.

Nuestra meta es desapegarnos con amor de los familiares. Nuestra meta es ser capaces de cuidar de nosotros mismos, de amarnos a nosotros mismos y de vivir vidas sanas a pesar de lo que los familiares hagan o no hagan.

Nosotros decidimos qué límites o decisiones son necesarias para hacerlo.

Está bien decirles no a nuestras familias cuando eso es lo que queremos, pero también decirles sí si sentimos que eso es lo correcto. Está bien pedirles un tiempo para estar a solas y regresar como una persona diferente.

Dios mío, ayúdame a escoger el camino correcto para mí con mi familia. Ayúdame a entender que en este proceso no existe lo correcto ni lo incorrecto. Ayúdame a esforzarme por perdonar y a aprender a desapegarme con amor, siempre que esto sea posible. Entiendo que esto no implica que tengo que renunciar al cuidado de mí mismo ni a mí la salud por el bien del sistema.

2 de octubre, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Qué afortunados son aquellos que tienen raíces profundas.

Agnes Meyer

Las raíces profundas dan fuerzas y estabilidad a un organismo, lo alimentan abundantemente y lo afianzan para que pueda soportar los fuertes vientos. Cuando nos entregamos plenamente al programa, todas nosotras recibimos el don de las raíces.

Una vez que hemos descubierto la recuperación, nunca tendremos ya que afrontar a solas ninguna situación difícil. Nunca más deberemos tomar ninguna decisión a solas y constantemente recibiremos ayuda. La orientación procedente de la compañía de los demás y de nuestros contactos con Dios siempre estará a nuestra disposición. El programa nos afianza. Cada oración que hacemos y cada paso que damos, alimentan las raíces que estamos creando.

Al enraizarnos en el programa y recibir diariamente el alimento que necesitamos, obtenemos salud y esperanza. Ninguna situación es ya demasiado para nosotras. Entre los beneficios derivados del crecimiento de nuestras raíces están la fuerza, la confianza y la liberación de nuestros miedos. Si hacemos lo que debemos hacer, nuestras raíces estarán bien firmes, pero sólo podremos recibir los dones del programa si lo trabajamos.

El día de hoy no descuidaré mis raíces.

Las alimentaré, a fin de que éstas, a su vez,

Me den confianza cuando la necesite.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre