Meditaciones 13 de noviembre

 

 

13 de noviembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Todas las mujeres llevan consigo una acumulación de experiencias que podrían llegar a conducirlas al abuso de sustancias alucinógenas, con el propósito de escapar de sus propios sentimientos. Pero hay que saber que los hijos de padres drogodependientes también tienden a heredar la predisposición genética al consumo de sustancias tóxicas.Antes de encarar la recuperación de la adicción a una relación afectiva es preciso encarar primero la recuperación de la adicción a una sustancia química, porque el consumo de una sustancia alucinógena hace que la abstención de otras conductas adictivas, incluida la de amar demasiado, sea imposible.


 

UNDÉCIMA TRADICIÓN

Nuestra política de relaciones públicas se basa en la atracción y no en la promoción. Debemos mantener siempre el anonimato personal ante la prensa, la radio, la televisión y el cine.

Si lo consideramos apropiado, entonces contamos nuestra experiencia personal, nuestra fortaleza y esperanza sobre cómo vivimos en recuperación hoy y la diferencia con respecto a cómo vivíamos antes.

Libro verde de Coda

13 de noviembre,

Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

Mi declaración de autoestima:

Yo soy yo. No existe en todo el mundo nadie exactamente igual a mí. Hay personas que poseen algunas partes semejantes a las mías, pero ninguna es exactamente como yo. Por tanto, todo lo que sale de mí es auténticamente mío, porque yo sola lo elegí.

Virginia Satir

Para muchas de las personas que nos encontramos en este programa de recuperación, el hecho de sentirnos especiales, de sentir que somos valiosas y únicas debido a lo que aportamos a nuestro entorno, es algo que quizás no nos resulte muy familiar. Es posible que hayamos admitido nuestras diferencias con respecto a las demás, pero no de manera positiva. Y quizás hasta nos hayamos imaginado que ese era nuestro problema. Si al menos fuese más parecida a ella…La celebración de nuestra singularidad, de la contribución única que hacemos a cada situación que experimentamos, es uno de los dones de la recuperación.

El hecho de darnos cuenta de la realidad de nuestra autenticidad, de darnos cuenta de que ninguna decisión será nunca exactamente igual a la nuestra, de darnos cuenta de que ninguna aportación será como la nuestra, es algo que conmueve a nuestro espíritu. Nosotras mismas somos nuestra contribución a la vida. Lo que ésta nos ofrece es la oportunidad de percatarnos de nuestro valor.

Hoy seré consciente de mis dones, los ofreceré y los recibiré con agradecimiento.

13 de noviembre,

El lenguaje del adiós de Melody Beattie

Cuidemos de nosotros mismos

No tenemos que esperar a que los demás vengan en nuestra ayuda. No somos víctimas. No estamos desamparados.

Dejar ir los pensamientos equivocados significa que debemos darnos cuenta de que no hay caballeros de caballo blanco, ni abuelas mágicas mirándonos desde el cielo, esperando a rescatarnos.Nos podrán llegar maestros, pero no nos rescatarán. Nos enseñaran.

Vendrá gente que se interese por nosotros, pero no nos rescatará.Se preocupará por nosotros. Vendrá la ayuda, pero la ayuda no rescata.

Nosotros somos nuestros propiosrescatadores.Nuestras relaciones mejorarán dramáticamente cuando dejemos de rescatar a los demás y dejemos de esperar que nos rescaten. 

Hoy dejaré ir los miedos y las dudas acerca de mí mismo que me impiden tomar una acción asertiva de acuerdo con lo que mejor me convienen. Yo puedo cuidar de mí mismo y dejar que los otros hagan lo mismo por ellos mismos.

13 de noviembre

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Pedirse demasiado

Si supieras cuántas veces me digo a mí misma:

¡Al infierno con todo y con todo el mundo! He cumplido mi parte, deja que los demás hagan lo que les corresponda; ya es suficiente, suficiente, suficiente.

Golda Meir

Antes de que empezáramos a recuperar la salud, siempre éramos las primeras en hacer el esfuerzo extraordinario que había que realizar. Estábamos convencidas de que éramos indispensables y de que, si no solucionábamos nosotras la situación, nadie lo haría.

Ahora tenemos una visión diferente. Cuando llegamos a un punto en el que nos gustaría decir «al infierno con todo», sabemos que la solución no está «ahí fuera», sino «aquí dentro», y que no nos hemos descuidado a nosotras mismas. Cuando cuidamos de nosotras, dejamos cualquier actividad antes de vernos postradas de rodillas. Trabajar nuestro programa de recuperación nos ha enseñado a estar atentas a las señales de auto abandono.

Todavía no estoy ahí. Cuando presto atención a las señales que me doy a mí misma, cada vez me encuentro mejor.

 

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