Meditaciones 8 de julio
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8 de julio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Admitir que en una relación nada pasa por accidente, y que no somos las víctimas, nos obliga a madurar y a enfrentar nuestro lado oscuro.
Paciencia
La
confianza y la fe por sí solas no nos servirán para que trabajemos este paso a
lo
Guías
para trabajar los Pasos (Séptimo Paso)
8 de julio
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson
Schaef
Evolución
Lo que más me gusta
es ir donde nunca he estado.
Diane Arbus
Ir donde nunca hemos
estado, sea interna o externamente, siempre es excitante. Esta excitación puede
ser ocultada por el miedo y una sensación trepidante. Pero siempre he
encontrado que en alguna parte profunda dentro de nosotras nos animamos cuando
tenemos la oportunidad de explorar lo desconocido.
Los hombres no son
los únicos exploradores. Las mujeres también somos exploradoras. Tal vez
nuestras exploraciones adopten formas diferentes: a nosotras nos encanta
intentar nuevas recetas; nos gusta poner en práctica una nueva idea o una nueva
ideología; adoramos visitar sitios nuevos y aprender de culturas diferentes.
Somos especialmente
adeptas a lanzarnos con valor en las zonas desconocidas de nosotras mismas y de
los demás. A pesar de nuestros miedos, existe una búsqueda de la verdad en cada
una de nosotras.
Prefiero un mapa de carreteras para mis viajes, pero estoy
dispuesta a viajar sin ninguno si es necesario.
8 de julio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada
día un nuevo comienzo:
A las mujeres les
gusta sentarse con los problemas como si estuvieran tejiendo.
Ellen Glasgow
¡Con cuánta
frecuencia convertimos pequeños retos en barreras monumentales, concediéndoles
una atención indebida y olvidando que todo problema trae consigo su propia
solución! Sin embargo, si predeterminamos hallarla, deberemos dejar de
concentrarnos en la maraña del problema. El mejor remedio para este dilema es
la Oración de la Serenidad.
No podemos cambiar a
nuestros hijos, a nuestro esposo, a nuestra pareja y ni siquiera a nuestros
mejores amigos, que sabemos que nos aman. Pero con la ayuda de Dios podemos
transformar la actitud que en este momento nos mantiene empantanadas. Al
cambiarla, dejando de presionarnos a nosotras mismas y reduciendo nuestras
expectativas acerca de los demás, abriremos la puerta al tipo de relaciones que
buscamos y a los días tranquilos que anhelamos.
No tenemos por qué
tomar la vida demasiado en serio. De hecho, no debemos hacerlo. Podemos evaluar
nuestra salud emocional por la forma en que nos reímos sinceramente de nosotras
y con los demás. Las 24 horas que nos esperan a partir de este momento nos ofrecerán
muchas oportunidades de elegir nuestra actitud. Podemos preocuparnos,
enfurecernos, deprimirnos o sentirnos frustradas, o bien podemos confiar en que
nuestro poder superior nos guiará en cualquier situación. Por tanto, podemos
relajarnos. Es nuestra decisión, la única ante la cual no somos impotentes.
Hoy controlaré mi actitud. Puedo tener el tipo de día que
anhelo.
8 de julio, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Ve con la corriente.
Deja ir el miedo y
tu necesidad de control. Despójate de la ansiedad. Déjala que se escurra,
mientras te zambulles en el río del momento presente, el río de tu vida, tu
sitio en el universo. Deja de tratar de forzar la dirección. Trata de no nadar
contra la corriente, a menos que esto sea necesario para tu supervivencia. Si
te has estado aferrando a una rama de la orilla, suéltala. Déjate ir hacia
delante. Déjate que se te lleve hacia delante. Evita los rápidos cuando sea
posible. Si puedes, permanece relajado. Hacerlo, te puede llevar seguro por las
fieras corrientes.
Si te hundes por un
momento, permítete subir a la superficie de manera natural.
Lo harás. Aprecia la
belleza del paisaje, tal como es. Ve las cosas con frescura, con novedad.
¡Nunca volverás a pasar por el paisaje de hoy!
No pienses demasiado
en las cosas. La corriente es para que la experimentes. Dentro de ella, cuídate
a ti mismo. Tú eres parte de la corriente, una parte importante. Trabaja con la
corriente, trabaja dentro de la corriente. No es necesario patalear. Deja que
la corriente te ayude a cuidarte a ti mismo. Déjala que te ayude a fijar
límites, a tomar decisiones y a llevarte a donde necesites estar cuando sea
tiempo de ello.
Puedes confiar en la
corriente, y en tu parte dentro de ella.
Hoy me dejaré ir con la corriente.
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