Meditaciones 12 de julio
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12 de julio, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Recibimos lo que damos... ¡da, entonces, bendiciones!
Rendición
La
rendición nos libera del sentimiento de tener que ofrecer constante
compensación por ser tan horribles. Podemos ocuparnos de la parte que nos toca,
rendirnos y soltar el resto. Aceptar que cometemos errores y que no son el fin
del mundo o el fin de una relación forma parte de hacer las paces con nuestra
propia condición humana.
Vivir
limpios
12
de julio
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Culpabilidad/tiempo
para estar sola
Quería
llegar aquí sola y varias personas me pidieron si podían venir conmigo. No os
puedo ni decir lo difícil que ha sido llegar por mí misma.
Mary
Con
frecuencia nos sentimos culpables cuando hacemos algo solas. Hemos aceptado
tanto el mandato de estar conscientes de los sentimientos de los demás, de
cuidarlos y de ponernos las últimas, que muchas veces nos sentimos incómodas
incluso de tener necesidades.
Cuando digo no a una
demanda de mi tiempo, no estoy separándome de la persona que me lo pide, sino
que me estoy permitiendo actuar para mí misma.
12
de julio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Los
interesados en perpetuar las circunstancias actuales siempre lloran el
maravilloso pasado que está a punto de desaparecer, sin tener ni siquiera una
sonrisa para el joven futuro.
Simona de Beauvoir
Al
aferrarnos a cualquier momento ya desaparecido nos privamos de las alegrías y
las lecciones del presente. Debemos aprender a desprendernos de las personas,
de las situaciones dolorosas e incluso de las experiencias significativas. La
vida sigue y la lección más fructífera que nos aguarda es movernos con las
vibraciones, es estar en armonía con ellas.
Celebraré la emoción
del presente, aprovecharé al máximo los momentos del día de hoy y confiaré a
Dios el resultado.
12
de julio, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Deja ir el miedo al
abandono
"Dios
mío, ¿Dónde estás? ¿Adónde te has ido?"
Tantas
personas se han ido. Podemos habernos sentido tan solos. En medio de nuestras
batallas y lecciones, podemos preguntarnos si Dios se ha ido también.
Hoy recordaré que Dios
no me ha abandonado. Puedo confiar en que Dios está conduciendo, guiando,
dirigiendo y planeando con amor cada detalle de mi vida.
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