Meditaciones 8 de septiembre
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8 de septiembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
La mayoría de las mujeres que amamos demasiado ya hemos aprendido la gran lección espiritual que es la compasión. En realidad, muchas de nosotras exageramos la compasión. Queremos hacer por los demás todo lo que deberíamos estar haciendo para nosotras mismas. Estamos, entonces, listas para la siguiente gran lección espiritual: la separación. Debemos aprender a separarnos –con amor y compasión- de aquellas vidas que intentamos controlar.
La
práctica de los principios espirituales en nuestra vida cotidiana nos
proporciona una nueva imagen de nosotros mismos. La honestidad, la humildad y
la buena voluntad nos ayudan a tratar a nuestros compañeros como merecen.
Nuestras decisiones se moderar con la tolerancia. Aprendemos a
respetarnos.
Texto
Básico de NA
8
de septiembre
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Ambición
A
veces te preguntas cómo llegaste a lo alto de esta montaña. Pero en ocasiones
te preguntas: «¿Cómo puedo bajar de ella?»
Joan
Manley
La
ambición ha sido importante para muchas de nosotras. Siendo todavía unas niñas,
nos dimos cuenta de que era importante que trabajásemos duro y convertirnos en
alguien de peso. Queríamos salir adelante y estábamos dispuestas a ir muy lejos
para ser competentes e importantes. En los últimos años, las mujeres hemos
tenido muchas más opciones para nuestras vidas, y hemos querido aprovecharnos
de estas oportunidades.
¿Cuándo
cambiaron las cosas? ¿Cuándo cruzamos la línea de tener ambición —lo cual es
bueno— a ser poseídas por nuestra ambición —que nos está matando?
Frecuentemente,
a causa de las adicciones, las mismas capacidades que nos mantenían vivas
cuando éramos jóvenes (como la de ser inauténticas, controlar y manipular), son
ahora mortales y están robándonos la vida. Esto puede que sea también así
respecto a la ambición.
Si
es ésta la que maneja ahora nuestras vidas, es hora de cambiar de perspectiva.
Lo
que era bueno para nosotras en una fase de nuestra vida, puede ser ahora
mortal. Necesitamos hacer un balance y ver en dónde estamos en nuestras
vidas.
8
de septiembre, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo
comienzo:
¡Es
sorprendente cómo en este mundo las cosas no resultan en absoluto como uno
espera!
Agatha
Christie
Es
probable que cada día de nuestra vida fracase algún plan. Muchas veces contamos
con obtener un resultado concreto. Generalmente suponemos que tenemos todo bajo
control y que sabemos exactamente qué es lo mejor para nosotras y para todo el
mundo. Pero no es así. Hay un esquema mayor que el que somos capaces de ser. Y
el resultado de ese esquema está fuera de nuestro alcance.
Nuestra
visión es limitada, nuevamente por designio divino. Sin embargo, somos capaces
de ver todo lo que necesitamos en el día de hoy. Y, lo que es más importante,
si confiamos en nuestra orientación interna con respecto a los sucesos del día
de hoy, comenzaremos a ver cómo cada jornada añade un tono más al gran esquema
de nuestra vida. Mirando hacia atrás podemos ver cómo todos los sucesos han
contribuido de manera importante a transformarnos en las mujeres en las que nos
estamos convirtiendo. No podemos saber con certeza hacia dónde nos conducen los
acontecimientos del día de hoy, pero podemos confiar en el plan divino.
Esperaré
con fe lo que me depare el día de hoy. Todas las experiencias me llevan a
alcanzar mi meta en la vida. Estaré alerta a la señal.
8
de septiembre, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Algunos
de mis sentimientos han estado guardados tanto tiempo que se han quemado por
congelamiento.
Más
allá de la codependencia.
Hay
muchas fuentes de dolor en nuestra vida. Aquellos que lo estamos recuperando de
problemas como hijos adultos de alcohólicos y de codependencia frecuentemente
tenemos un pozo negro de dolor no resuelto del pasado. Tenemos sentimientos, a
veces desde la niñez hasta el presente, que o bien son demasiado dolorosos de
sentir o no habíamos tenido permiso ni apoyo para lidiar con ellos. En nuestra
vida hay también otras fuentes
Están
la tristeza y la pena que nos vienen cuando experimentamos un cambio, incluso
un buen cambio, cuando dejamos ir una parte de nuestra vida y empezamos nuestro
viaje hacia una nueva. Hay dolor en la recuperación, a medida que empezamos a
permitirnos sentir y vamos despojándonos de nuestro escudo protector de
negación. Está el dolor que nos lleva y nos guía a tomar mejores alternativas
para nuestro futuro.
Tenemos
muchas opciones para detener este dolor. Podemos haber experimentado con
diferentes alternativas. Las conductas compulsivas y adictivas detienen el
dolor, temporalmente. Podemos haber usado alcohol, otras drogas, relaciones o
el sexo para detener nuestro dolor.
Podemos
usar la religión para evitar nuestros sentimientos. Podemos recurrir a negar lo
que estamos sintiendo para hacer cesar nuestro dolor.
Podemos
permanecer ocupados para no tener tiempo parar sentir. Podemos usar el dinero,
el ejercicio o la comida para detener nuestro dolor.
Tenemos
muchas alternativas. Para sobrevivir, podemos haber utilizado algunas de estas
opciones, solo para descubrir que eran “curitas”, que aliviaban temporalmente
el dolor, pero no solucionaban el problema. No detenían realmente nuestro
dolor; lo posponían.
En
la recuperación hay una alternativa mejor para que podamos detener el dolor.
Podemos enfrentarlo y sentirlo. Cuando estemos listos, con la ayuda de nuestro
Poder Superior, podemos reunir el valor para sentir el dolor, dejarlo ir y
dejar que nos lleve hacia adelante, a una nueva decisión, a una vida mejor.
Podemos
dejar las conductas que estamos siguiendo y que nos causan dolor si eso es
apropiado. Podemos tomar la decisión de apartarnos de situaciones que causan un
dolor repetido, similar. Podemos aprender la lección que nuestro dolor está
tratando de enseñarnos. Si estamos sintiendo dolor, ahí hay una lección. Confía
en esa idea. Algo se está resolviendo en nosotros. La respuesta no vendrá de
las conductas adictivas o de otras conductas compulsivas; recibiremos la
respuesta cuando sintamos nuestros sentimientos.
Se
necesita valor para estar dispuestos a permanecer quietos y sentir lo que
debemos sentir. A veces tenemos en nuestro interior lo que parece ser infinitas
capas de dolor. El dolor duele. La pena duele. La tristeza duele. No se siente
bonito. Pero tampoco se siente uno bien al negar lo que ya está ahí, tampoco se
siente uno bien viviendo una vida entera con bolsas nuevas y viejas de dolor
empacado, guardado y amontonado dentro.
Dolerá
un rato, no más tiempo del necesario para curarnos. Podemos confiar en que, si
hemos de sentir dolor, eso es parte de la curación, y es bueno. Podemos
ponernos en disposición de aceptar y de someternos a los inevitables
sentimientos dolorosos que son una buena parte de la recuperación.
Ir
con la corriente, aunque la corriente nos lleve por sentimientos incómodos. El
alivio, la libertad, la curación y los sentimientos positivos están del otro
lado.
Hoy
estoy abierto y dispuesto a sentir lo que necesito sentir. Estoy dispuesto a
dejar mis conductas compulsivas. Estoy dispuesto a dejar ir mi negación. Estoy
dispuesto a sentir lo que necesito sentir para curarme, para sanar.
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