Meditaciones 25 de septiembre

 

 

25 de septiembre,

La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:

Toda enfermedad, toda herida, toda experiencia sirve finalmente como limpieza y purificación.

Aunque tal vez no logremos entender exactamente cómo se produce, si tenemos presente esta enseñanza podremos comenzar a discernir algunas de las valiosas maneras en que nos son útiles nuestras dificultades.


 

NOVENA TRADICIÓN

CoDA, como tal, nunca debe adoptar una estructura organizada, pero podemos crear juntas de servicios o comités que sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven

Estas estructuras tienen que llevar a cabo ciertas responsabilidades legales al ser responsables de los asuntos de cada corporación respectiva, pero su finalidad es servir a la Comunidad.

Libro verde CoDa

25 de septiembre

Meditaciones para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef

Pensamiento confuso

Cada vez que no sigues tu guía interna, sientes una pérdida de energía, una pérdida de poder, una sensación de muerte espiritual.

Shakti Gawain

A veces simplemente pensamos demasiado. Tenemos un problema que resolver y creemos que si podemos resolverlo todo estará bien. Cuanto más pensamos cómo resolverlo, más confusas nos quedamos, hasta que nos encontramos en un completo laberinto. Entonces, utilizamos la ocasión para castigarnos por ser tan torpes y estúpidas de no poder encontrar la solución—y la espiral hacia abajo continúa—. En esos momentos, estamos en medio de nuestra enfermedad adictiva.

Estamos actuando influenciadas por ella. Estamos experimentando una pérdida de energía, una pérdida de poder, una sensación de muerte espiritual.

¡Alto! Es hora de esperar y hacer caso a nuestra “guía interna». Siempre está ahí. Sólo que la hemos cubierto con la concentración compacta de la masturbación mental.

25 de septiembre,

Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:

En este mundo no siempre nos gusta lo que es bueno para nosotras.

Eleanor Roosevelt

La mayoría de nosotras puede mirar atrás y recordar como combatió algún cambio concreto. ¡Qué seguras estábamos de que no sobreviviríamos! Quizás perdimos un amor o fuimos obligadas a dejar un hogar o un trabajo. El hecho de recordar nos permite ver el lado positivo del cambio y apreciar el necesario papel que cada uno de ellos ha desempeñado en nuestro desarrollo como mujeres en recuperación. Para transitar las distancias que hemos recorrido hemos tenido que cambiar. Y continuaremos haciéndolo.

El programa y su estructura, así como nuestra fe en ella, son capaces de suavizar las duras consecuencias del cambio. Nuestro poder superior sólo desea lo mejor para nosotras, de eso podemos estar seguras. Sin embargo, es posible que lo mejor no siempre nos guste cuando lo probamos por primera vez. Cuando nos llega la hora de aceptar algún cambio la paciencia, la confianza y la oración son la combinación ganadora. Sabremos cuando dicho cambio se aproxime, pues nuestras circunstancias presentes comenzaran a acicatearnos.

El cambio significa crecimiento. Es un tiempo para celebrar, no para temer. Significa que estoy lista para avanzar, que he aprobado el examen actual.

25 de septiembre,

 El lenguaje del adiós de Melody Beattie

En paz con el pasado

Ni Dios puede cambiar el pasado.

Agatón

Aferrarse al pasado, ya sea a través de la culpa, de la nostalgia, de la negación o del resentimiento, es un desperdicio de valiosa energía, de energía que se puede usar para transformar el hoy y el mañana. "Yo solía vivir en mi pasado", dijo una mujer en recuperación. "O bien estaba tratando de cambiarlo, o lo estaba dejando que me controlara. Por lo general eran ambas cosas" "Constantemente me sentía culpable de cosas que habían sucedido. De cosas que yo había hecho; de cosas que otros me habían hecho a mí, aunque había reparado casi todos los daños, la culpa me embargaba. De alguna manera, todo era mi culpa. Simplemente, nunca pude dejarlo ir."

"Me aferré a la ira durante años, diciéndome a mí misma que era justificada. Estaba en negación acerca de muchas cosas. A veces, trataba de olvidarme absolutamente de mi pasado, pero nunca me detuve a analizarlo realmente; mi pasado era como una nube oscura que me perseguía, y del cual no me podía sacudir. Supongo que me asustaba dejarlo ir, que le temía al hoy, que le temía al mañana.”

“He estado en recuperación durante años, y me ha llevado casi los mismos años tener una perspectiva adecuada de mi pasado. Estoy aprendiendo que puedo olvidarlo; necesito curarme de él. Necesito sentir y dejar ir cualquier sentimiento que aún tenga, especialmente la ira.” ocurrieron y confiar en que todo ha sucedido de acuerdo con lo que era.

“Necesito dejar de culparme a mí misma por los eventos dolorosos que he programado y que verdaderamente todo está bien. He aprendido a dejar de tener remordimientos, a empezar a sentirme agradecida”. “Cuando pienso en el pasado, le doy gracias a Dios por la curación y el recuerdo. Si ocurre algo que necesite de una reparación, la hago y termino con ello. He aprendido a ver mi pasado con compasión hacia mí misma, confiando en que mi Poder Superior tenía el control, incluso entonces”. “Me he curado de algunas de las peores cosas que me pasaron. He hecho las paces conmigo misma acerca de estas cuestiones y he aprendido que curarme de algunas de ellas me ha permitido ayudar a los otros a curarse también. Soy capaz de ver cómo las peores cosas me ayudaron a formar mi carácter y a desarrollar algunas de mis facetas más sutiles.” “Incluso he llegado a desarrollar gratitud por mis relaciones fracasadas porque ellas me han llevado a ser quien soy y a encontrarme donde me encuentro hoy.” “Lo que he aprendido ha sido la aceptación, sin culpa, sin ira, sin culpar y sin vergüenza. He tenido incluso que aprender a aceptar los años que pasé sintiéndome culpable, enojada, avergonzada y culpando a los demás.” Nosotros no podemos controlar el pasado. Pero podemos transformarlo permitiéndonos curarnos de él y aceptándolo con amor a nosotros mismos y a los demás. Lo sé, porque esa mujer soy yo.

Hoy empezare a sentir gratitud por mi pasado. No puedo cambiar lo que ocurrió, pero puedo transformar el pasado adueñándome de mi poder, ahora, para aceptar, para curarme y para aprender de él.

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre