Meditaciones 9 de septiembre
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9 de septiembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
La necesidad de controlar a los demás so pretexto de ser solidarias es muy típica de las personas adictas a relaciones afectivas. Cuando amamos demasiado, el curarnos significa que debemos dejar de buscar maneras de ayudar a los otros.
El Amor
Al llegar aquí, ya hemos eliminado
muchos de los criterios y sentimientos destructivos que teníamos, para que de
este modo hubiera más espacio para el amor en nuestra vida.
Guías para trabajar los Pasos
9 de septiembre
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado,
Anne Wilson Schaef
Sabiduría
Las mujeres han sido siempre las guardianas de
la sabiduría y de la humanidad, lo cual les hace gobernantes de manera natural,
aunque secreta.
Ahora les ha llegado la hora de gobernar
abiertamente, pero junto con los hombres y no contra ellos.
Charlotte Wolf
Es hora de escuchar, de escucharme a mí misma y
de escuchar la antigua sabiduría que me rodea. Las mujeres tenemos una gran
maestría en la sabiduría práctica y vivimos en un mundo que está muriendo por
falta de espíritu práctico. ¿Para qué sirve el mejor invento del mundo si no
funciona? ¿Para qué sirven las mejores ideas del mundo si no podemos servirnos
de ellas? Si somos las guardianas de la sabiduría, nos corresponde compartirla.
Como dice Meridel Le Sueur, «los ritos de la
antigua maduración hacen que mi carne se purifique y aligere».
9 de septiembre, Meditación Diaria para
Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
No deseo morir sin haber aprovechado fiel y
plenamente mi talento, ni sin haber cultivado la semilla que fue sembrada en mi
interior, hasta que la última ramita haya crecido.
Kathe Kollwitz
¡Hay tanto que hacer antes de descansar…tanto
que hacer! Cada una de nosotras ha recibido talentos que en algunos aspectos se
asemejan a los de otras personas, pero que son únicos en cuanto a la forma en
que somos capaces de usarlos. ¿Nos damos cuenta de nuestros talentos?
Atrevámonos a soñar y éstos se manifestarán. Es tan fácil caer en la trampa de
la autocompasión pensando que no tenemos propósito alguno, temiendo no estar
llevando nuestra vida a ningún lado e inquietándonos por las expectativas que
los demás tienen con respecto a nosotras. Sin embargo, en cualquier momento
podemos cambiar el rumbo de nuestros pensamientos. La decisión es nuestra.
Podemos decidirnos simplemente a descubrir nuestros talentos, a alimentarlos y
enriquecer la vida de los demás. Los beneficios, lo mismo que las alegrías,
serán abundantes. Tenemos una misión muy importante que cumplir en las vidas de
las personas con las que entramos hoy en contacto. Podemos esperar aventuras y
es seguro que las encontraremos, podemos buscar nuestro propósito y veremos que
está a nuestro alcance. Recordemos que no estamos solas, que alguien nos
acompaña en todo momento. Nuestros talentos son dones divinos, y la indicación
de cómo usarlos es parte de ellos.
Hoy tendré un sueño. En él recibiré las
instrucciones.
9 de septiembre, El lenguaje del adiós de
Melody Beattie
Muy a menudo tratamos de tener una perspectiva
clara antes de tiempo.
Eso siempre nos vuelve locos.
No siempre sabemos por qué están ocurriendo las
cosas de ese modo. No siempre sabemos cómo resultará una relación en
particular. No siempre entendemos el origen de nuestros sentimientos, por qué
se nos ha llevado por un sendero en particular, qué se está resolviendo en
nuestro interior, qué estamos aprendiendo, por qué necesitamos experimentar
reciclajes, por qué tuvimos que esperar, por qué necesitamos pasar un tiempo de
disciplina, o por qué se cerró una puerta. Cómo resultarán nuestras
circunstancias actuales en el esquema mayor de eventos no siempre nos queda
claro. Así es como necesita ser. La perspectiva vendrá en retrospectiva. Podemos
hacer un esfuerzo excesivo durante horas hoy para comprender el significado de
algo que puede venirnos en un instante el año que viene. Déjalo ir. Dejemos ir
nuestra necesidad de averiguar las cosas para sentirnos en control. Ahora es
tiempo de ser. De sentir. De pasar por ello. De permitir que las cosas sucedan.
De aprender. De dejar que tome su curso lo que sea que se esté resolviendo en
nuestro interior. Ya pasada la ocasión, lo sabremos. Lo veremos claro. Por hoy,
basta con ser. Se nos ha dicho que todas las cosas surtirán efecto para bien de
nuestra vida. Podemos confiar en que así ocurrirá, aunque no podemos ver el
lugar que ocupan los eventos de hoy dentro del panorama más amplio.
Hoy dejaré que las cosas sucedan sin tratar de averiguarlo todo. Si hoy no dispongo de claridad, confiaré en que vendrá más tarde, en retrospectiva. Confiaré simplemente en la verdad de que todo está bien, en que los eventos se están desarrollando como deben, y que todo se resolverá para bien de mi vida, mejor de lo que puedo imaginar.
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