Meditaciones 11 de septiembre
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11 de septiembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Cuando deseamos con todas las ganas perdonar a otra persona, súbitamente se nos revela la comprensión de todo cuanto necesitábamos saber acerca de su estado.
Descubrir
la rendición de cuentas en la percepción de los demás
Elegimos
esos espejos [los nuestros] con cuidado y buscamos personas en las que
confiamos porque las consideramos honestas, amables y buenas.
Vivir
limpios, Capítulo seis, “El anonimato”
Para
mantenerme limpio, necesito un reflejo claro. ¿Quiénes son hoy mis espejos más
fiables?
Un
principio espiritual por día
11 de septiembre
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado,
Anne Wilson Schaef
Serenidad
El silencio de un parque cerrado no suena como
el silencio del campo; es tenso y está encerrado.
Elizabeth Bowen
Cuando no estamos actuando desde nuestra
enfermedad de hacer demasiado, solemos estar silenciosas y nada serenas. Sólo
nos hemos callado por un momento, pero todavía nos sentimos «tensas y
encerradas», como un parque cerrado a toda actividad. La serenidad sería más
bien como si tuviéramos un «campo silencioso» dentro de nosotras. La serenidad
es una aceptación de lo que somos y un ser lo que somos. La serenidad es una
toma de conciencia de nuestro lugar en el universo y una unidad con todas las
cosas. La serenidad es activa. Es una participación amable y firme con
confianza. Serenidad es relajar nuestras células en lo que somos y celebrar
silenciosamente esta relajación.
En alguna parte remota, recuerdo cómo es tener
un «campo silencioso» por dentro. Puedo estar agradecida por esta sensación de
saber.
11 de septiembre, Meditación Diaria para
Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Pensaba que nunca llegaría a conocer la
diferencia entre la serenidad y la depresión, porque ésta me controlaba.
S.H
La depresión nos resulta familiar a todas, pero
es menos frustrante de lo que solía ser. Hemos progresado; de ello podemos
estar seguras. La frase “Esto también pasará” no es sólo un eslogan vacío. Todas
nosotras podemos recordar, quizás fácilmente, un período en el cual pensábamos
que no podíamos sobrevivir. Es probable que nuestro problema estuviese
relacionado con nuestra familia o con una difícil situación laboral. O quizás
nos sentíamos inadecuadas o carecíamos de la fuerza necesaria para afrontar
cualquier situación. Pero salimos adelante. Y aquí estamos hoy, haciéndonos
cargo de nuestra vida y avanzando en busca de la serenidad. Sin duda la
serenidad se nos escapa durante el día una y otra vez. Pero descansemos
nuestras mentes. Echemos al viento nuestros pensamientos y, al hacerlo, la
serenidad vendrá a nosotras. La paz que da la serenidad nos enriquece y nos
fortalece para soportar la confusión que nos espera. Siempre habrá confusión,
pues ella encierra las lecciones de la vida. Lo irónico es que una vida sin
problemas nos privaría de las oportunidades que necesitamos para crecer.
Dejaré que los momentos de serenidad me
purifiquen. Los amaré, pues ellos me suavizan. Y los embates de la tumultuosa
borrasca del día de hoy disminuirán.
11 de septiembre, El lenguaje del adiós de
Melody Beattie
Conflicto y desapego
En una relación hay esas épocas maravillosas en
que las cosas transcurren suavemente para ambas personas, y ninguna de las dos
necesita concentrarse demasiado en el concepto del desapego. Pero hay esas
épocas desafiantes en que una persona está en crisis o está cambiando, y
necesitamos desapegarnos. Luego están también esos ciclos estresantes donde
ambas personas están lidiando con cuestiones muy intensas. Ambos están
necesitados y ninguno tiene nada que dar. Hay épocas en que desapegarnos y
cuidar de nosotros mismos es difícil. Es útil, en esos momentos, identificar el
problema. Ambas personas están lidiando y curándose. Ninguna tiene mucho que
dar, por lo menos por el momento. Y ambas se sienten particularmente
necesitadas. Ése es el problema. ¿Cuál es la solución? Puede no haber una
solución perfecta. El desapego sigue siendo la clave, pero puede resultar
difícil cuando nosotros mismos necesitamos apoyo. De hecho, la otra persona
puede estar pidiendo apoyo más que ofreciéndolo. Aun así, podemos trabajar
hacia el desapego. Aun así, podemos manejar nuestros sentimientos. Podemos
aceptarlo como un ciclo temporal en la relación y dejar de estar buscando que
la otra persona nos dé algo que él o ella no pueden dar por el momento. Podemos
también dejar de esperar que nosotros demos por el momento. La comunicación
ayuda. Identificar el problema y hablar acerca de él sin culpar ni avergonzar
es un principio. Ingeniar sistemas de apoyo alternativos, o formas de
satisfacer nuestras necesidades, ayuda. Seguimos siendo responsables de cuidar
de nosotros mismos, aunque estemos en la mejor de las relaciones. Podemos
esperar razonablemente que los conflictos de necesidades y el choque de asuntos
por resolver se den en las relaciones más amorosas, más sanas. Es uno de los
ciclos del amor, de la amistad y de la familia. Si es una relación sana, la
crisis no continuará indefinidamente. Recuperemos nuestro equilibrio. La otra
persona lo recuperará también. Podemos dejar de estar volviéndonos locos
esperando que la otra persona esté equilibrada cuando no lo está. Hablemos las
cosas. Resolvamos las cosas. Mantengamos nuestras expectativas acerca de
nosotros mismos, de los demás y de nuestras relaciones sanas y razonables. Una
buena relación será capaz de mantenerse y de sobrevivir a los malos tiempos. A
veces, los necesitamos para que ambos podamos crecer y aprender por separado. A
veces, la gente que por lo general está ahí para apoyarnos no puede hacerlo.
Podemos encontrar otra manera de cuidar de nosotros mismos.
Hoy recordaré que mis mejores relaciones tienen
tiempos malos. Si el mal tiempo es la norma, consideraré qué tan deseable es la
relación. Si el mal tiempo es un ciclo temporal, practicaré el comprenderme a
mí mismo y a la otra persona. Dios mío, ayúdame a recordar que la ayuda y el
apoyo que quiero y necesito no viene nada más en la forma de una sola persona.
Ayúdame a estar abierto a opciones sanas para cuidar de mí mismo si no dispongo
de mi sistema normal de apoyo.

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