Meditaciones 26 de septiembre
26 de septiembre,
La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
La enfermedad física puede servir como indicador de nuestra evasión psicológica. Nos alerta acerca de una cuestión que debe ser tenida en cuenta, y hace que ignorarla sea lo suficientemente doloroso como para que atraiga nuestra atención. Mediante los síntomas que manifiestan, nuestro cuerpo puede señalarnos aquello que estamos tratando de negar.
Rendición
Aceptar
que no siempre tengo razón
Si
vemos que nuestra voz es la que siempre está en desacuerdo, quizá podríamos
contemplar la utilidad de principios espirituales tales como la aceptación y la
rendición.
Los
principios que nos guían, Segunda Tradición, texto inicial
Hoy
puedo desprenderme de parte de mi apego a tener razón y aceptar la conciencia
de grupo. «Sí, es una gran idea», le diré a alguna otra persona y haré lo
posible para decirlo en serio.
Un
principio para cada día
26 de septiembre
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado,
Anne Wilson Shaef
Enmiendas/Maternidad-Paternidad/
Control/Introversión
Yo trataba a mis hijas/os como proyectos,
organizando y orquestando sus vidas eficientemente, a menudo a expensas de sus
propios sentimientos.
Ellen Sue Stern
Cuando empezamos a mirar los efectos de
intentar controlarlo todo y de «organizar y orquestar eficientemente» nuestras
vidas y las vidas de las personas que nos rodean, nos damos cuenta, lo mismo
que las personas alcohólicas, de que nuestra enfermedad ha perjudicado a las
personas que más queremos. Ellas son víctimas de nuestra enfermedad, lo mismo
que la familia de los alcohólicos y los drogadictos son víctimas de las de
estas personas. Empezamos a ver que, en nuestra manera confusa y enfermiza de
pensar, lo que pensábamos que era bueno para nuestros hijos/as y las personas a
las que queremos era realmente una manera encerrada en nosotras mismas de
intentar mantener el control. Ver lo que hemos hecho es el primer paso para la
recuperación. Tenemos que admitir lo que, tal vez sin saberlo, hemos hecho a
los demás, y empezar a hacer las enmiendas pertinentes allí donde sea posible,
sin herir a nadie.
Cuando miro hacia atrás a mi cautividad en el
trabajo, no siempre estoy orgullosa de lo que he hecho. Espero, sin embargo,
tener otra oportunidad con las personas a las que quiero.
26 de septiembre,
Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día
un nuevo comienzo:
¿Por qué la vida es tan trágica como una
angosta franja de pavimento sobre un abismo? Miro hacia abajo y siento vértigo;
me pregunto cómo haré para llegar hasta el otro extremo.
Virginia Wolf.
Al contemplar las horas que nos aguardan,
podemos dar gracias porque únicamente debemos preocuparnos por un solo día,
nada más. A su debido tiempo podremos manejar con facilidad lo que pueda
suceder mañana, la decisión que quizás debamos tomar la semana próxima o el
gran cambio de nuestras vidas que vendrá el año entrante. ¡Qué afortunadas
somos las que compartimos este programa de vida! Nuestras preocupaciones acerca
del futuro habrán terminado si así lo deseamos. Debemos dar sólo un paso a la
vez, un día a la vez, y siempre bajo el cuidado de Dios. Cuando vivimos según el
axioma dejarme ir y permitir que Dios actúe, nos liberamos automáticamente de las penas
de nuestra vida. La vida nos trae tragedias, las cuales nos transmiten
enseñanzas. Sin embargo, no tienen por qué desviarnos de nuestro camino. De
hecho, fortalecen y alimentan nuestro crecimiento personal. Y ninguna
experiencia superará lo que nosotras y nuestro poder superior podemos manejar.
Hoy recurriré al programa y a todo lo que me ofrece. Mi única
preocupación es el día de hoy y nada más.
26 de septiembre,
El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Sintámonos protegidos
Nuestra tarea no es una tarea ingenua de
sentirnos a salvo, de vivir y de amar en un mudo utópico. Una mujer comentaba
que nuestra tarea es hacernos sentir a salvo al tiempo que aprendemos a vivir y
a amar en un mundo que es inseguro. No queremos morar en los peligros, porque
eso le da poder a lo negativo. Tampoco queremos ignorarlos o pretender que no
existen. Si fuéramos a tomar un baño de sol, no seríamos ingenuos acerca de los
peligros del sol. Sabemos que los rayos dañinos pueden quemarnos. Tomaríamos medidas
para protegernos, para que pudiéramos disfrutar de los beneficios del sol. Esa
es nuestra tarea en la recuperación. Esto es lo que una mujer, una profesional
de la salud, me dijo: Imagina un filtro que te rodea. Colócalo alrededor de ti,
no tan pesado y grueso que no pueda penetrar la luz, ni tan delgado que te
expongas al peligro Mírate a ti misma protegida por un filtro efectivo.
Asegúrate de que. el filtro esté abierto a lo bueno. Por un tiempo, tu filtro
era demasiado grueso. No dejaba pasar lo que tú querías. Ahora, cámbialo para
que deje entrar lo bueno. Éste es tu filtro para la vida y para el mundo.
Míralo. Imagínatelo siempre rodeándote. Él te envuelve de amor, de consuelo, de
protección. No puede entrar nada perjudicial. Ninguna energía negativa puede
penetrar ese filtro. Vete en paz; vete a salvo; vete, ahora, sabiendo que estás
protegida. Ve adonde necesites ir. El mal ha sido bloqueado; se está derramando
la buena voluntad. No tienes que trabajar tan duro por protegerte. Puedes
relajarte y disfrutar de la vida, confiando en que estás segura. Vete sin
miedo, pues estás envuelta en amor y protección. Y siempre lo estarás.
Hoy me imaginaré envuelta en un escudo que
bloquea los rayos negativos y perjudiciales del mundo, pero que está construido
de forma que pueda entrar el bien.

Comentarios
Publicar un comentario