Meditaciones 18 de agosto
18 de agosto, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Debemos aceptar y amar nuestro interior antes de poder tolerar que se nos acerque otro para conocernos y amarnos.
Ser
flexible ante los desafíos de la vida
Precisamente
cuando creemos que sabemos todo lo que puede ofrecernos la recuperación, algo
más se nos revela… siempre y cuando estemos dispuestos a aceptar ese don.
Vivir
limpios, Capitulo siete, «Los despertares»
Puedo
aprender cosas nuevas y descubrir dones únicos en cualquier fase de la
recuperación. Hoy aflojaré las riendas y seré lo suficientemente flexible para
aceptar la gracia que venga a mi encuentro.
Un
principio espiritual por día
18
de agosto
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Soledad
Lo
que te hace más excepcional, si es que lo eres, es inevitablemente lo que te
causa más soledad.
Lorraine
Hansberry
Nos
da tanto miedo experimentar nuestra soledad que nos mantenemos llenas de citas
y ocupadas constantemente. A menudo nuestro miedo a la soledad produce más
limitaciones que la soledad misma. Nos asusta tanto estar solas que siempre nos
las arreglamos para no estarlo. Pero experimentar nuestra soledad y atravesarla
es frecuentemente la puerta a las partes de nuestro ser que son creativas y
excepcionales. Recientemente me regalaron una camiseta de la tienda de una
mujer que decía: «Haz gala de tu singularidad.» Tememos que si dejamos
realmente ver a la gente quiénes somos realmente, quedaremos aisladas. No nos
damos cuenta de que la soledad y el aislamiento son cosas distintas a estar
sola.
Recordaré
que estar sola no es morir. Mi soledad es mía. Tal vez pueda incluso aprender
algo de ella.
18
de agosto, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
El
hoy era como una sombra que me acechaba por detrás. Ahora se ha ido para
siempre. ¿Por qué nos resulta tan difícil entablar amistad con el tiempo?
Mary
Casey
Lo
único que poseemos realmente es el momento que estamos viviendo. Siempre
tenemos la opción de saborear el presente, de cosechar plenamente todos sus
beneficios, cualesquiera que éstos sean, sabiendo que cada día de nuestra vida
recibimos justamente lo que necesitamos. No debemos rechazar lo que el día de
hoy nos ofrece. El tiempo nos acompaña como un amigo, aunque con frecuencia lo
negamos o lo ignoramos. No podemos retomar lo que se nos ofreció ayer, pues ya
se ha ido. Todo lo que tenemos es el aquí y el ahora. Podemos enriquecer el
momento presente y darnos cuenta de que el dolor y los placeres que se nos
ofrecen a cada instante son nuestros amigos, son los maestros que nuestro yo
interior esperaba. Y podemos tener presente que este momento, esta precisa
combinación de sucesos y personas no volverá a darse otra vez. Son el regalo de
momento. Demos gracias por él. Nos perdemos las oportunidades que el día nos
ofrece porque no admitimos que las experiencias son la lección que se nos ha
asignado para dar el siguiente paso en nuestro desarrollo. Lo que el momento
nos trae es justo, necesario y favorable para nuestro crecimiento espiritual. Voy
a tomar el día de hoy en mis brazos y lo amaré.
Amaré todo lo que ofrece, pues es un amigo
que trae dones en abundancia.
18
de agosto, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Valora
este momento
El
desapego implica vivir el momento presente, vivir en el aquí y en el ahora.
Permitimos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y
tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los
miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho a cada día.
Ya
no seas codependiente.
En
este momento estamos justo donde necesitamos estar, justo donde debemos estar. Cuán
frecuentemente desperdiciamos nuestro tiempo y energía deseando que fuéramos
alguna otra persona, que estuviéramos haciendo alguna otra cosa, o que
estuviéramos en alguna otra parte. Podemos desear que nuestras circunstancias
actuales fueran distintas. Sin necesidad nos confundimos y desviamos nuestra
energía al pensar que nuestro momento presente es un error. Pero estamos
justamente donde necesitamos estar por ahora. Nuestros sentimientos,
pensamientos, circunstancias, retos, tareas, todo está programado. Echamos a
perder la belleza del momento presente deseando cualquier otra cosa. Vuelve a
casa contigo mismo. Vuelve a casa al momento presente. No cambiaremos las cosas
escapando al momento o abandonándolo. Cambiaremos las cosas sometiéndonos al
momento y aceptándolo. Algunos momentos son más fáciles de aceptar que otros.
Para confiar en el proceso, para confiar en él en su totalidad, sin permanecer
en el pasado ni atisbar demasiado lejos en el futuro, se requiere una gran
cantidad de fe. Sométete al momento. Si te estás sintiendo enojado, ponte
furioso. Si estas fijando un límite, sumérgete en ello. Si estás en proceso de
pena, siente la pena. Métete en ella. Camina hacia donde te lleve el instinto.
Si estás esperando, espera. Si tienes una tarea que hacer, tírate al trabajo.
Métete en el momento; el momento es correcto. Somos quienes somos, y eso está
bien. Es justamente donde debemos estar para llegar hacia donde vamos a estar
mañana. Y ese lugar será bueno. Ha sido planeado con amor para nosotros. Dios
mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de ser alguien más de lo que soy hoy.
Ayúdame a sumergirme totalmente en el momento presente.
Aceptaré
mis momentos presentes y me someteré a ellos, a los difíciles y a los fáciles,
confiado en el proceso completo. Dejaré de estar tratando de controlar el
proceso; en vez de ello, me relajaré y me permitiré experimentarlo.
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