Meditaciones 14 de agosto
14 de agosto, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
La recuperación, tanto para hombres como para mujeres, tiene lugar cuando se busca por la recuperación en sí y no por el efecto que podría llegar a tener sobre nuestra pareja o matrimonio. Cuando las personas están realmente manejando la recuperación, no alardean de lo que están haciendo para impresionar a los demás con su sinceridad. Si sientes la tentación de demostrarle a él cuánto has cambiado, es preciso que te asegures de que tu “recuperación” no es tan sólo un nuevo movimiento en la danza mortal ejecutada por dos bailarines atrapados en el abrazo asfixiante de la obstinación.
La
autonomía y nuestras decisiones
Nuestras
decisiones nos definen.
-Vivir
limpios, Capítulo dos, “El contacto con los demás” _
«En
el Cuarto Paso tuve una revelación que muchos tenemos: me di cuenta de que
aferrarme a mis resentimientos era una elección que frenaba mi avance. Y mi
experiencia con el Séptimo Paso me demuestra que cuando estoy a punto de
dejarme llevar por un defecto de carácter, puedo elegir -escribió un miembro.
Para mí, autonomía es ese momento de gracia en que pido: «Ayúdame a elegir de
otra manera porque quiero vivir de otra manera»».
Un
principio espiritual por día
14
de agosto
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Expectativas
/ Éxito
Mis
expectativas —que aumento cuando me acerco a la consecución de mis objetivos—
siempre impidieron sentirme satisfecha con el éxito.
Ellen
Sue Stern
Mucho
nunca es suficiente para las mujeres que hacemos demasiado. Siempre que parece
que hemos llegado a terminar un proyecto con éxito, añadimos alguna
contingencia y establecemos la posibilidad de hacer más de lo que en un
principio habíamos pensado que era posible. A veces, incluso llevamos a cabo
tareas de un modo más complicado de lo que requiere la tarea en cuestión, sólo
para mantenernos ocupadas. Nos sentimos seguras cuando estamos trabajando.
Sentimos pánico cuando disponemos de un tiempo sin actividad. Sentimos que es
casi imposible que saboreemos el éxito. Y, para ser sinceras, tenemos muchos.
Está
bien tener éxitos. Incluso está bien ser una persona de éxito.
14
de agosto, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Generalmente,
cuando somos rudas y duras estamos asustadas. Hace falta mucho valor para
permitirnos ser vulnerables y suaves.
Dudley
Martineau
Hemos
creado defensas para protegernos porque hemos sentido la necesidad de
defendernos de los abusos de los demás, ya se trate de nuestros padres,
nuestros jefes, nuestros esposos e incluso de los extraños. Y en ciertas
situaciones esas defensas nos sirvieron durante un tiempo. Sin embargo, nos han
pasado la factura. El hecho de escondernos detrás de ellas durante mucho tiempo
las convierte en hábitos, y así, nos alejamos cada vez más de nuestro centro,
de la mujer que cada una necesita y desea ser. Exponernos como somos realmente
suscita juicios, en ocasiones rechazo y con frecuencia desconsideración. Es un
riesgo terriblemente difícil de asumir, y las recompensas casi nunca son
inmediatas. Pero con el tiempo, los demás nos respetarán por nuestra vulnerabilidad
y comenzarán a seguir nuestro ejemplo. Nuestra integridad nos recompensará a su
debido tiempo. Dejar que los demás vean quiénes somos realmente alivia nuestra
confusión y también la suya. Ya no tenemos que decidir quiénes debemos ser,
pues simplemente somos como somos. Nuestras decisiones se simplifican. Sólo hay
una elección adecuada para cada situación, aquella que es sincera y que refleja
plenamente nuestra personalidad en ese momento.
Si
soy sincera, seré recompensada.
14
de agosto, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Adueñémonos
de nuestro poder
Muchos
de nosotros tenemos alguien en nuestra vida que desafía nuestra capacidad para
confiar y cuidar de nosotros mismos. Cuando escuchamos la voz de esa persona o
estamos en su presencia, podemos olvidar todo lo que sabemos que es real,
acerca de cómo ser dueños de nuestro poder, de cómo ser directos acerca de lo
que sabemos y creemos que es verdad, de lo importantes que somos. Le cedemos
nuestro poder a esa persona. Nuestro niño interior queda enganchado en una
mezcla de sentimientos poderosos, de amor, miedo o ira. Podemos sentirnos
atrapados, impotentes, o tan atraídos por ella, que no podemos pensar con
claridad. Puede darse una poderosa contienda entre los sentimientos de ira y
nuestra necesidad de ser amados y aceptados, o entre nuestra cabeza y nuestro
corazón. Podemos estar tan prendidos a ella o tan intimidados, que volvemos a
nuestra creencia de que no podemos reaccionar ante esta persona o responderle
de manera diferente. Nos quedamos enganchados. No tenemos por qué quedar bajo
un hechizo. Empezamos por hacernos conscientes de la gente que nos engancha, y
luego lo aceptamos. Podemos forzarnos a reaccionar distinto hacia esa persona,
aunque esa nueva reacción nos resulte difícil e incómoda. Indaga cuáles son tus
motivaciones ¿Estamos de alguna manera tratando de controlar o de influir en
esa persona? No podemos hacer cambiar a otra persona, pero podemos dejar de
jugar nuestra parte en el juego. Una buena manera de hacerlo es desapegándonos y
dejando ir cualquier necesidad de control. El siguiente paso es aprender a
adueñarnos de nuestro poder para cuidar de nosotros mismos, de ser como somos
cuando estamos libres de su influencia. Podemos aprender a adueñarnos de
nuestro poder con la gente difícil. Puede que no ocurra de la noche a la
mañana, pero podemos comenzar, hoy, a cambiar nuestras reacciones
autoderrotistas hacia la gente que nos ha enganchado.
Dios
mío, ayúdame a identificar las relaciones en las cuales yo haya renunciado a mi
poder. Ayúdame a desengancharme y a empezar a adueñarme de mi poder.
Comentarios
Publicar un comentario